lunes, 14 de febrero de 2022
Nicaragüa...hoy...por Javier Arjona.
Carta (a los partidos, sindicatos, colectivos y movimientos sociales de nuestra tierra, y a las autoridades de facto de Nicaragua)
Ha fallecido en prisión el exguerrillero sandinista Hugo Torres Jiménez, general de brigada en retiro y preso político por órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde julio de 2021.
Por
Javier Arjona
14 febrero 2022
El héroe nicaragüense Hugo Torres. Víctima mortal de Ortega-Murillo.
Pocos días antes se producía la sentencia a la comandanta Dora María, que también fuera Ministra de Salud. El general sandinista Hugo Torres tenía un historial amplio en la lucha de liberación del somocismo (“comandante uno”), y en dos ocasiones, asalto a la casa de Chema Castillo y asalto al Palacio Nacional, logró sacar de las cárceles somocistas a presos sandinistas, entre ellos a Ortega.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), lamentó el deceso y recordó que durante meses estuvo sometido “a un proceso penal sin garantías”.
La instancia de la ONU recordó que desde la detención en julio del año pasado fue violada la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo en el caso de Torres y más de 40 personas detenidas el año pasado, en referencia a la escala represiva del régimen de Ortega ocurrida en los meses previos a las votaciones de noviembre último.
Los últimos días del general Torres estuvieron envueltos de total hermetismo. El Ministerio Público informó del fallecimiento la tarde del sábado 12-F, pero no determinó las causas de muerte ni tampoco reconoció las condiciones precarias, de torturas sistemáticas, aislamiento y restricciones de comida, que han denunciado familiares de presos políticos encarcelados en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el “Chipote”, donde se encontraba el militar en retiro.
El que fuera vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, desde el exilio ha declarado que “liberó de la cárcel a Ortega y muere en una cárcel de Ortega. Hay que volver a ver y escuchar el testamento que dejó cuando era inminente su captura, lección de serena dignidad y entereza”.
En el video mencionado por Ramírez, Hugo Torres se refiere también a la comandanta sandinista Dora María Téllez, secuestrada por Ortega-Murillo, y que también había participado en la acción histórica del Palacio Nacional contra Somoza. Dos días antes de conocerse la muerte de Torres, Dora María fue condenada en juicio exprés a 15 años de prisión.
La comandanta de la revolución Mónica Baltodano, desde el exilio, cuestionó el mutismo orteguista y de su policía en el caso de Torres, desde su arresto arbitrario hasta su muerte este sábado. “No ha habido un solo comunicado, un solo pronunciamiento, una sola información, no solo de sus carceleros inmediatos que son la gente de la Dirección de Auxilio Judicial o de la Policía orteguista, pero tampoco de sus verdaderos carceleros, los que dan la orden de estas capturas absurdas que son Daniel Ortega y Rosario Murillo”.
El fallecimiento de Torres fue conocido más de dos meses después que se ignorara su paradero, mientras el gobierno Ortega-Murillo mantiene una fuerte censura sobre la situación de los 170 presas/os políticos que hay en Nicaragua.
“Hugo murió de tristeza y de saber que toda su vida heroica la pisoteaban aquellos por los que arriesgó su vida tantas veces. Las traiciones son el cáncer más duro que puede sufrir un hombre íntegro y bueno como Hugo”, ha afirmado la también exiliada escritora Gioconda Belli.
El día anterior otro preso político, Víctor Hugo Tinoco, que fue embajador ante la ONU, viceministro de exteriores, también fue condenado a largos años de prisión, en el mismo proceso vengativo, cruel, inmisericorde de la pareja presidencial contra cualquier disidencia frente a su esperpéntico mandato.
“Nadie debería confundirse. Estos no son juicios. Son farsas represivas que el régimen utiliza para emitir condenas y seguir intimidando al pueblo“, ha declarado la doctora y fundadora del CENIDH doña Vilma Núñez de Escorcia, quien en diciembre recibía el premio DDHH de la APDH española.
Doña Vilma es una de las defensoras de derechos humanos de mayor prestigio (no en vano ella también fue presa de la dictadura somocista) y ha denunciado los crímenes y la violencia que se han incrementado desde la represión que emprendió la pareja Ortega-Murillo contra las protestas civiles que empezaron en abril de 2018.
La crisis sociopolítica dejó un saldo de 355 muertos, cientos de presos políticos y unos 108.000 exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En paralelo a los juicios exprés, violatorios de todas las leyes, Ortega-Murillo han cerrado doce universidades, entre ellas la Paulo Freire, y 61 ONG locales e internacionales.
En la espiral de persecución y cancelaciones han caído organizaciones tan disímiles como la asociación de cantautores (los míticos hermanos Mejía Godoy, cantores de la revolución, también se encuentran entre los exiliados), o Cáritas de Estelí y Justicia y Paz de Estelí, o el Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa que dirigía un empresario sandinista.
Coincide que Hugo Torres había nacido en Madriz-Las Segovias, lo mismo que Luís Enrique y Carlos Mejía Godoy.
Es un departamento donde se realizaron gestas heroicas antiimperialistas de la mano del general de hombres libres, Sandino, y hubo una ONG española de fuerte impronta en Asturias con ese nombre, presidida por el abogado laboralista gijonés Carlos Meana. También varias “brigadas” organizadas por los COSAles (comités de solidaridad con América Latina) fueron a esos territorios de las Segovias, y durante varios años una significativa solidaridad asturiana se destinó a la población de Jalapa, en las Segovias.
Aunque sectores ligados al orteguismo habían medio anunciado una relajación de la persecución y la posibilidad de que algunas presas y presos fueran liberados tras desactivarse toda la oposición a la reelección presidencial de noviembre, los hechos muestran que, por el contrario, una oleada de juicios exprés están siendo ejecutados, los miles de exiliados permanecen expulsados del país, y las presas y presos siguen denunciando las torturas y humillaciones carcelarias.
Ante esta situación se solicita a que los partidos, sindicatos, organizaciones sociales, prioricen los DDHH sobre las razones “geopolíticas”, y no se queden callados o cómplices con la persecución, en una tierra con tanta y tan intensa relación con Asturias, hasta el punto de tener en común a otro héroe contra la dictadura, el naloniano Gaspar García Laviana.
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