jueves, 8 de junio de 2023
Nortes confirma mi vaticinio...
FSA-IU: zonas de penumbra
La negociación de IU con la FSA supondría la salida de Juan Cofiño del Gobierno si se alcanzase un acuerdo
Por
Víctor Guillot
8 junio 2023
Juan Cofiño, vicepresidente asturiano y promotor de la Ley de Calidad Ambiental. Foto: Iván G. Fernández
Los contactos entre la FSA e IU ya han comenzado. Han sido discretos. Transcurren, como diría el maestro Miguel Ángel Aguilar, en zonas de penumbra, alejados del foco mediático, en la discreción que reclama el presidente del gobierno, Adrián Barbón. Toda negociación exige zonas de penumbra pero, sobre todo, reclama confianza. La confianza no está reñida ni con la luz ni con la sombra. Lo importante para una negociación óptima es que, entre los dos partidos se levanten puentes de confianza tan firmes que permitan a ambos líderes caminar juntos, ya sea en la más infranqueable oscuridad o cegados por el sol.
Adrián Barbón ruega prudencia y recato y Ovidio Zapico exige ocupar carteras económicas y productivas en el próximo gobierno. Antes de entrar a negociar nada, uno y otro deberán confirmar qué entienden por discreción y que entienden por carteras económicas y productivas. Alejandro Suárez (IU) ya ha anticipado su sentido de la reserva. En ningún caso puede significar la ocultación de lo que se está negociando a la ciudadanía. Ellos ofrecen estabilidad, credibilidad y movimiento. Y las declaraciones de Suárez tienen cierta justificación: la veterana coalición actúa y se comporta como un partido radicalmente democrático y no como un grupo de presión en la sombra.
Ovidio Zapico. Foto: David Aguilar Sánchez.
En la zona iluminada de la negociación también pasan cosas. El informe de la comisión colegiada de Izquierda Xunida ha concluido que los ciudadanos, en las elecciones del 28 de mayo, les han otorgado más poder municipal y una mayor dimensión parlamentaria que, en el contexto actual, le permite exigir a la FSA ser parte del próximo gobierno. Es un factor a tener en cuenta. La dirección de IU ha interpretado que Convocatoria por Asturias fue reconocida por los electores como el correlato de Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz que dirime estos días si acude a las próximas generales con Podemos o sin Podemos. La dirección de Ovidio Zapico tiene la misma vocación de transformación que Sumar accediendo a la centralidad institucional. Ese es el verdadero sentido de su voluntad de gobierno: un reformismo fuerte dispuesto a transformar la vida de la clase trabajadora y los más vulnerables a través del BOPA.
En la zona de penumbra, en el espacio de la discreción, también suceden cosas. En ese lugar que podría determinar un nuevo ciclo político para Asturias, no está situado solo Adrián Barbón y Ovidio Zapico. También está Juan Cofiño, quien estaría dispuesto a abandonar el gobierno si los de IU acceden a él y asumen las carteras económicas. El hecho es determinante, porque asumir esas carteras significaría derribar la Ley de Calidad Ambiental. Los mismos grupos de presión que consiguieron influir en el articulado de esa ley desde la zona de penumbra también saben que Cofiño ha lanzado un órdago que se podría resolver sin su nombre en la ecuación gubernamental. ¿Y dónde acabaría el actual secretario de la Agrupación Socialista de Siero? Algunos hombres del socialismo asturiano entienden que habría que darle una salida honrosa: la presidencia del parlamento asturiano. En las zonas de penumbra, cada movimiento que desplaza a un cuerpo provoca al mismo tiempo que ese cuerpo desplace a otro hacia otro punto distinto. Marcelino Marcos, actual presidente de la asamblea asturiana y que debe responder por Tineo, sería probablemente nombrado consejero del Medio Rural. Hay más movimientos que apuntan hacia el senado, después de que se constituya el nuevo parlamento.
Adrián Barbón y Juan Cofiño. Foto: Iván G. Fernández
En la zona iluminada del acuerdo, la dirección colegiada ha afirmado esta semana también algo muy relevante. No llevará la negociación a un abismo. Eso significa que no permitirá, bajo ningún concepto, que gobierne la derecha en Asturias. Si los encuentros no conducen a un ejecutivo de coalición, si no se cumplen las premisas que desde la campaña electoral han reclamado los de Zapico por activa y por pasiva, los parlamentarios de IU se convertirán en el principal partido de izquierdas de la oposición y Adrián Barbón se verá obligado a gobernar en minoría, pactando la mayoría de las leyes, probablemente, con la derecha, si no se atiene a las razones de IU. La geometría variable con PP o con FORO se convertiría en una máquina de tortura para la propia FSA, tanto fuera como dentro del partido. Que IU reconozca que Adrián Barbón gobernará sí o sí puede ser un gesto de debilidad o, por el contrario, un gesto de fortaleza. Demuestra, en todo caso, fiabilidad y eso que decíamos al principio, un firme cabo de confianza que sirva para tender un puente a la negociación, tanto desde la zona de penumbra como desde la zona más soleada de la política. Estaremos atentos.
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