martes, 20 de junio de 2023
El Lavianés entre la espada y la pared....
Cuenta atrás para negociar el Principado con el impacto de un Gijón con gobierno de extrema derecha
L.O.
ASTURIAS
F. Sotomonte
Adrián Pumares reduce el pacto con Vox al ámbito local y afirma que se siente «incómodo»
20 jun 2023 . Actualizado a las 11:38 h.
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Como una advertencia de pocas palabras para que bastaran a los buenos entendedores, Adrián Barbón señaló en la entrevista concedida a La Voz de Asturias la semana pasada que: «Todo lo que pase este sábado en los ayuntamientos va a tener influencia en las negociaciones autonómicas. Para bien y para mal». Muchos ojos se posaron en la jornada de la constitución de los ayuntamientos en San Martín del Rey Aurelio, donde las desavenencias entre socialistas e IU eran notables y hubo posibilidades de que la coalición desbancara al PSOE con el respaldo del PP. No fue así. Con todo el mayor impacto, que probablemente prolongue su onda expansiva toda la legislatura no sólo en el ámbito local sino en el autonómico e incluso en el reequilibrio de fuerzas en el centro derechas asturiano, fue el acuerdo cerrado por Carmen Moriyón con Vox para gobernar Gijón.
De cara a la formación del gobierno de Asturias, Barbón apuntó a que sería respetuoso con los plazos: primero la formación de los ayuntamientos, que ya ha pasado, y luego la constitución del parlamento autonómico, que se celebrará el próximo 26 de junio. Pero desde ahí hasta la formación definitiva del gobierno del Principado hay margen amplísimo, casi hasta finales de agosto de manera que que todos los actores podrán posicionarse una vez que conozcan el resultado de las elecciones generales, convocadas para el 23 de julio. Y hasta entonces no se van a mostrar todas las cartas.
Los números son tozudos: el PSOE tiene 19 escaños. Con los tres de IU y el único de Podemos suman la mayoría absoluta de la cámara; 23 escaños que aseguran la investidura de Barbón en una primera votación. Pero el sistema asturiano está pensado para hacer casi imposible el bloqueo de la formación de gobierno: no se puede votar contra una candidatura, se puede apoyar o abstenerse, y finalmente salir aprobado el candidato que tenga mayoría simple.
La cuestión es que el pasado mandato, con una mayoría un poco más holgada (de 20 escaños) Barbón sacó adelante todos sus presupuestos con una geometría variable que le permitía apoyarse a izquierda y derecha. Seguramente querría repetir a menor escala este mandato esa jugada con el escaño bisagra de Foro, pero el pacto con Vox en Gijón lo ha puesto difícil.
Desde Izquierda Unida, que en campaña insistió en que su intención era entrar en el gobierno este mandato, ya han destacado que apoyarán la investidura de Barbón pase lo que pase. Para la oposición del PP queda una esperanza: que a los 17 escaños de Diego Canga se sumaran los cuatro de Vox y el único de Foro, en manos de Adrián Pumares. Eso provocaría un empate a falta de que Podemos se decantara. Pero incluso este posibilidad es dar demasiadas cosas por supuestas.
Pumares, para empezar, se revolvió cuando Canga asumió que podría incluirlo en el bloque de centro derecha, y se reivindicó en el jornada en que se recogían las actas de diputados, como representante de una visión regionalista en el espectro político. Todo esto saltó por las aires la noche del viernes cuando Moriyón plasmaba su firma en el acuerdo con Vox que congela cualquier política de promoción del asturiano en el concejo y entrega a la extrema derecha las políticas de igualdad municipales.
Porque este acuerdo también tendrá consecuencias incluso a nivel orgánico en el partido forista. El ala más de centro y asturianista del grupo quedó vapuleada por pacto con la extrema derecha. El candidato en Oviedo, Carlos Suárez, dejó la formación ya el sábado y presentaron su renuncia miembros de la dirección como Inaciu Iglesias y José Arias-Cachero, 'Felechosa'. El último mensaje de Pumares en su cuenta de Twitter es el retweet de Felechosa mencionando el libro de Umberto Eco 'Contra el fascismo'.
En la primera comparecencia de Adrián Pumares tras el acuerdo, el diputado limitó el alcance del pacto con Vox al ámbito local y dijo sentirse «incómodo» con él.
Valla publicitaria del partido Vox para explicitar su oposición a la oficialidad del asturiano en la que se puede ver al presidente del Principado, Adrián Barbón, y al secretario general y portavoz parlamentario de Foro, Adrián Pumares, besándose
Vox recrudece el acoso contra el presidente de Asturias y el portavoz de Foro por la oficialidad del asturiano
La Voz
Pumares fue la víctima de una campaña de acoso emprendida por Vox, que colocó vallas con montajes besándose con el presidente Barbón y repartió pegatinas con su nombre tachado ante la posibilidad de que respaldara una reforma del Estatuto que incluyera la oficialidad del asturiano.
Carmen Moriyón expresamente declaró que eso era motivo para no llegar a acuerdos con Vox. Ahora, al desdecirse y dejar al secretario general de su partido a los pies de los caballos, indicó, según citó Europa Press, que lo consideraba un «compañero» y que tenía su apoyo «absoluto» y aunque lamentaba las renuncias de miembros de la dirección dijo tener con ellos un «vínculo emocional que no va a significar una ruptura».
Ya el mismo domingo, la diputada de Podemos, Covadonga Tomé advirtió a Barbón que su margen de apoyos se estrechaba. Le invitó a formar gobierno en acuerdo con IU y Podemos destacando que pactar con Foro sería indirectamente pactar con quien no tiene reparo en apoyarse en la extrema derecha.
Desde IU, su secretario de Organización, Maximino García, apuntó que los más relevante era pactar las políticas que llevará a cabo el Ejecutivo asturiano el próximos mandato, más que la composición del propio Ejecutivo. Las fichas empiezan a moverse pero con mucha calma ya que el horizonte final está más allá de las elecciones generales.
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