sábado, 2 de marzo de 2024
Calvos quedamos de tanta tomadura de pelo...
Variante, Cercanías y Avril: dos décadas de retrasos acumulados en el tren en Asturias
Luis Ordóñez
L. ORDÓÑEZ
ASTURIAS
F. Sotomonte
El anuncio de una nueva demora en la entrega de los vehículos ha supuesto la enésima decepción de la comunidad
02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
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El anuncio de que los trenes Avril no llegarán a Asturias cuando se cumpla este mes de marzo fue demoledor. No se trata de un simple retraso, sino de una demora acumulada a decenas de demoras que crecen como un hongo ponzoñoso sobre el desarrollo de infraestructuras clave para Asturias desde hace dos décadas, a lo largo de todo el siglo XXI sin remisión, y con ello su efecto psicológico de abandono y desidia, de desconfianza de la población respecto a compromisos que siempre se alargan y promesas que siempre piden una prórroga. Porque todo lo que está relacionado con los trenes en Asturias, los de Cercanías y también los de alta velocidad, todo, va ya sobre el tiempo de descuento.
La última decepción tiene que ver con los Avril, la esperanza para que Asturias tenga realmente alta velocidad. Los trenes construidos por Talgo son capaces de alcanzar los 300 kilómetros por hora en vías de ancho ibérico y tanto el Principado como Galicia contaban con tenerlos rodando por sus territorios ya a finales del año pasado. Y eso contando ya el primer retraso. Se esperaban las primeras entregas para noviembre y de nuevo tuvo que moverse la fecha en el calendario. El ministro de Transportes, Óscar Puente, se sintió lo suficientemente seguro en Oviedo el pasado 15 de febrero como para comprometerse a que «día arriba o día abajo» los Avril llegarían a Asturias antes de abril. Pero no será así.
La empresa -que arrastra un notable problema de producción en un proceso de compraventa en el que a los nuevos propietarios ya se les está advirtiendo de las indemnizaciones que tendrán que abonar por estos retrasos- dio explicaciones vagas para desdecirse este jueves, jornada en la que el presidente asturiano, Adrián Barbón, se encontraba precisamente en Madrid y se topó el percal tras el encuentro con la vicepresidenta María Jesús Montero.
Barbón aseguró que los Avril llegarán «dentro de muy poco tiempo», pero lo cierto es que no hay ninguna fecha sobre la mesa. Al anuncio de demora ni siquiera le siguió un nuevo compromiso en el calendario. El Principado ha exigido una reunión con Transportes para tratar de concretar esos plazos pero, de momento, el enésimo desplante ferroviario a Asturias no tiene respuesta.
Y si se dice enésimo no es por decir. Asturias padece un retraso grave en la entrega de los trenes de Cercanías que deben renovar una flota ya envejecida y obsoleta, y más en un momento en el que las administraciones, con un fuerte impulso europeo, quieren promover el uso del ferrocarril. Pero van con retraso las obras de remodelación de las vías y también la fabricación de los vehículos. En este caso con una polémica estrambótica que se conoció en todo el país como el caso de los trenes que no caben los túneles y que se convirtió en una parodia pese que en realidad nunca llegó a construirse ni un solo tren. Fue un error de diseño que se detectó antes de la fabricación y que produjo, eso sí, un nuevo retraso (otro más) de manera que no habrá ninguna entrega hasta el año 2026.
Al menos en ese caso Asturias logró una compensación. Los viajes seguirán siendo gratuitos hasta que llegue ese año o hasta que se entregue el primer tren y además la comunidad recibirá más trenes de lo estipulado en un principio, hasta 35 en total, de forma que será posible renovar por completo la flota asturiana. Puente aseguró en Oviedo que comenzarían a fabricarse ya en el mes de febrero que acaba de concluir. La cuestión es que la decepción en Asturias es tan profunda que la opinión pública ya no se cree ningún anuncio ni ningún compromiso.
Esta decepción se ha ido cocinando a fuego lento y no se trata de agravio fatuo sino con importantes repercusiones económicas. En el caso de la Variante de Pajares, el Principado contaba con que estuviera en funcionamiento en marzo del año pasado y había preparado una campaña de promoción en Fitur y en Madrid pero Transportes les dejó colgados. La Variante no abrió hasta noviembre y aunque las cifras de viajeros, y de incremento de turistas, son arrolladoras, lo cierto es que no se pudo aprovechar los meses del verano que era el propósito inicial.
La pesadilla se repite porque los Avril eran un elemento fundamental de promoción para la próxima Semana Santa, otro proyecto asturiano que se quedará cojo por el nuevo retraso, sin fecha además, de los trenes.
Pero es que todos estos retrasos, los de Cercanías, los de los Avril, se suman a nada menos que 17 demoras en la apertura de la Variante de Pajares. Repetimos: 17 demoras, en un período que se extiende a lo largo de casi 20 años. En 17 ocasiones llegó a un ministro a Asturias a prometer que abriría los túneles y en en las 17 era mentira.
La primera piedra de la obra se puso en el 2005 y en 2014 estamos discutiendo si los trenes comprometidos llegarán a circular por sus túneles. En ese camino se fueron dando problemas técnicos -porque se trata de una obra monumental y un auténtico hito de la ingeniería el atravesar la Cordillera Cantábrica- pero también problemas políticos. Varios retrasos se deben al empeño de Francisco Álvarez-Cascos (que tenía capacidad de condicionar los presupuestos en el segundo mandato de Rajoy) para que la Variante usara sólo ancho métrico lo que haría imposible el doble uso de viajeros y mercancías. Eso obligó a rediseños que luego hubo que desechar, porque el uso de mercancías era una petición que respaldaban los partidos asturianos pero también los agentes sociales, la patronal y los sindicatos. Y finalmente fue así. Para pasajeros y para mercancías. Sólo hubo que esperar casi 20 años.
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