miércoles, 6 de noviembre de 2024

Tamos guapos!!!!

Trump se impone a Harris y vuelve a la Casa Blanca: "Dios me salvó la vida para que yo salve mi país" Las poyecciones indican que Trump gana en Wisconsin, Pennsylvania, Georgia y North Carlina, y lidera en el resto de Estados clave Harris sufre una dura derrota, perdiendo también en el voto popular, algo que no había sucedido cuando el magnate venció a Clinton en 2016 6 de noviembre de 2024 10:39h Actualizado el 06/11/2024 11:44h @pmortera_ Ha vuelto. Después de ser condenado por 34 delitos, de ser procesado por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020, del asalto al Capitolio, de ser casi asesinado y de mentir hasta la saciedad en campaña, llegando incluso a asegurar que había inmigrantes que se comían a las mascotas de los ciudadanos de Springfield, Donald Trump ha vuelto a ganar las elecciones para volver a la Casa Blanca. Sólo Grover Cleveland en 1885 había conseguido el milagro de ser elegido para un segundo mandato después de perder la reelección. Al nombre de Cleveland, un hombre honesto, popular y querido, se une ahora el del magnate neoyorquino, el hombre que ha moldeado la política americana (y en buena medida la global) en la última década. Trump, además, lo hace por la puerta grande. Aún no se conoce el escrutinio definitivo, pero todo hace indicar que el multimillonario se podría llevar todos los Estados clave (swing states) que estaban en juego. A esta hora, las proyecciones indican que Trump ha ganado en Georgia, North Carolina, Pennsylvania y Wisconsin, y está en cabeza en Michigan, Arizona y Nevada, una debacle demócrata si se recuerda que, hace 4 años, el todavía presidente, Joe Biden ganó en todos ellos (eso sí, por un margen estrechisimo) a excepción de en North Carolina. La gran derrota de Harris se acentúa si tenemos en cuenta las diferencias que han existido en estos swing states entre ambos candidatos. Si en su victoria de 2016 contra Hillary Clinton, Trump ganó en los Estados del Rust Belt (Wisconsin, Michigan y Pennsylvania), por apenas unas decenas de miles de votos, este martes, el magnate ha vencido por 200.000 votos y 3 puntos en Pennsylvania, 4 puntos y 120.000 votos en Wisconsin y, quizás lo más sorprendente, 2 puntos y 100.000 votos en Michigan. Además, el republicano ha ganado también en voto popular, un 51% contra un 47% de su rival, en lo que se preveían como unos de los comicios más igualados de los últimos tiempos. Hacía 20 años que los republicanos no conseguían este hito. "Dios me salvó la vida para que yo salve mi país", ha dicho un exultante Trump haciendo referencia a esa bala que por milímetros no le impactó en la cabeza, en un discurso de victoria donde ha estado acompañado por su familia y por sus más estrechos colaboradores. No ha estado en el escenario, sin embargo, el multimillonario dueño de Tesla y X, Elon Musk, con el que se le ha visto hablar durante la noche electoral y al cual el magnate ha alabado durante su discurso. Sobre todo, Trump ha hecho referencia a los mítines que Musk llevó a cabo en las últimas semanas de campaña en Pennsylvania, comportándose como si el mismo formara parte del Partido Republicano. Todo hace indicar que el millonario tendrá un puesto importante en la nueva Administración de Trump. Las encuestas, una vez más, subestimaron al magnate, aunque en casi todos los Estados los resultados están dentro del margen de error. Además, los sondeos también captaron captaron una progresiva tendencia al alza de Trump en el último mes. En los últimos días, todas las casas demoscópicas tendían a coincidir en un empate técnico entre ambos candidatos, aunque finalmente, la igualdad no ha sido tal y, al contrario de lo que muchos analistas pronosticaban, el ganador se ha podido conocer en la misma noche electoral. Quizás, lo más llamativo en este sentido ha sido el error de la prestigiosa pronosticadora Ann Seltzer, la cual predijo la sorprendente victoria de Trump en 2016 en Iowa, y que dio a Harris ganadora en ese Estado, ahora mismo un bastión trumpista, por 3 puntos. Ese resultado hizo a muchos demócratas confiar en una victoria de Harris, algo que no se ha producido ni en Iowa (Trump ha ganado por 14 puntos), ni a nivel nacional. Es la economía, estúpido La victoria del republicano tiene numerosas aristas, pero se podría resumir en dos aspectos clásicos por los que se deciden las elecciones: la popularidad y la economía. En el primer caso, es cierto que Harris tiene una mayor aceptación que su rival (43% por 46%), pero sin duda ha arrastrado en estos comicios la losa que es la visión negativa que tienen los electores de Biden. El todavía presidente supera incluso a una figura tan polarizadora como Donald Trump en estadounidenses que desaprueban su gestión (56%). Un Trump más extremo o un enigma llamado Harris: EEUU elige su futuro en unas elecciones de vértigo Un Trump más extremo o un enigma llamado Harris: EEUU elige su futuro en unas elecciones de vértigo Ver más Y si hay que buscar un motivo para ese desprestigio, todo nos lleva al segundo motivo de la derrota de Harris, la economía. Si bien Biden ha conseguido mantener el crecimiento del PIB constante y crear empleo de forma sostenible, el aumento de la inflación ha pesado mucho a la hora de emitir el voto. En las encuestas preelectorales, la subida en los precios figuraba entre una de las mayores preocupaciones del electorado, por lo que, a falta de las encuestas postelectorales, todo hace indicar que este ha sido uno de los temas que más ha podido inclinar la balanza. Si a todo eso le sumamos que los votantes percibían a Trump como el candidato que mejor podía gestionar la economía, la receta para el desastre demócrata estaba servida. Algo similar sucede con la migración, otro de los temas que más ha marcado la campaña y del cual también los estadounidenses tenían al magnate como preferido a la hora de hacer frente a esta cuestión. La campaña del republicano conocía estas ventajas y las explotó profusamente en campaña, algo que se ha visto como muy efectivo contra Harris. En cuanto al aborto, una de las banderas de la candidatura demócrata, o bien no ha logrado movilizar a suficientes mujeres para paliar las pérdidas de la vicepresidenta en otros electorados, o bien no ha tenido la importancia que tuvo en las elecciones de mitad de mandato de 2022, cuando los demócratas lograron unos grandes resultados aupados por la entonces reciente supresión de la protección federal al aborto del Tribunal Supremo. Los ejemplos de Georgia y Michigan son dos casos paradigmático. En estos swing state, al poco de cerrar las urnas, la NBC daba a conocer una encuesta donde un 62% y un 69% de los electores de los respectivos Estados pensaban que el aborto debía ser legal. Unos números que parecían muy favorables para las aspiraciones demócratas pero que, sin embargo, no se han traducido en una victoria de Harris en esos lugares.

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