Las entidades financieras siguen cerrando el grifo de manera escandalosa, en seis meses más, el derrumbe de la PYME puede
resultar trágico.
Las empresas no tienen quien les preste
Publicado el 01-01-2009 , por Guillermo Escribano y Soledad Valle
Las ayudas del gobierno a las entidades financieras no se han reflejado en una mayor facilidad de acceso al crédito por parte de las compañías. Las patronales se quejan de que en los últimos meses se han endurecido las condiciones bancarias.
La banca no presta dinero a las empresas. Ni antes de recibir la inyección de liquidez por parte del Gobierno, que se recoge en el plan de rescate del sector (aplicado a finales de noviembre), ni ahora. Esto significa que uno de los objetivos con los que se puso en marcha esta medida, que era reactivar la actividad empresarial, ha quedado en nada. Era algo que se veía venir pero que, transcurridos tres meses, los distintos sectores se apresuran a corroborar.
«La escasez de crédito la hemos empezado a notar, de manera especial, en los tres últimos meses de 2008. Las entidades financieras han endurecido las condiciones de los préstamos sobre todo para los pequeños y medianos hoteles, que representan el 63% del sector», se queja Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat).
Según el presidente de Cehat, las entidades financieras no han distinguido ni por sectores ni por empresas a la hora de cerrar el grifo de la financiación y «nos han metido a todos en el mismo saco, aunque el sector hotelero español haya dado indicios de ser un sector consolidado y que ha aportado mucha riqueza en los últimos 25 años».
Esta queja tiene su reflejo en el resto de las actividades económicas consultadas. El acceso al crédito no sólo no se ha flexibilizado, sino que se ha endurecido. El último informe del Banco de España publicado el pasado martes recoge los datos de financiación hasta octubre de 2008, un mes en el que los créditos concedidos a familias y empresas crecieron el 7,6% de variación interanual, una tasa que es menos de la mitad que en 2007.
La situación a partir de noviembre indica que se ha mantenido esta tendencia.
«Las entidades financieras están pidiendo que el empresario responda con su patrimonio personal y estos están un poco asustados por esta situación. El problema de estas pymes es hacer frente a los pagos del corto plazo, pues necesitan fondos de maniobra de liquidez que no están consiguiendo», apunta Antonio Barderas, presidente de la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar (Amef).
Las quejas de los diferentes sectores están fundadas, si se tiene en cuenta que veinte entidades financieras ya han concertado la línea extraordinaria de crédito del Instituto Oficial de Crédito (ICO) para capital circulante (dinero para funcionar), que entró en vigor el pasado 23 de diciembre y con la que el Gobierno pretende facilitar la financiación a las pequeñas y medianas empresas ante la crisis económica. En teoría, esta línea pone a disposición de los autónomos y las pymes 10.000 millones de euros, 5.000 millones aportados por el ICO y 5.000 millones aportados por las entidades de crédito.
A pesar de esta línea, el informe del Banco de España advierte de que «subsisten elevadas incertidumbres sobre el acceso a las fuentes de financiación». En esta misma dirección, José Luis Malo de Molina, director del Servicio de Estudios del Banco de España, apunta a que el ritmo de concesión de préstamos crecerá por debajo del PIB nominal en 2009. Es decir, por debajo del 1,5%.
Dado que el dinero no llega al tejido empresarial, algunos sectores llaman directamente a la puerta del Gobierno. Este es el caso del motor, que espera que a lo largo de enero el Ejecutivo resuelva cómo va a inyectar los 800 millones que tiene comprometidos en el plan de rescate de la actividad automovilística. Los concesionarios de coches están pagando unos intereses anuales de 900 millones de euros por unas líneas de crédito bancario que suman 28.500 millones de euros, según datos de la Asociación Nacional de Entidades Financieras (Asnef).
«Esta cantidad se ha disparado en los últimos meses porque ahora tardamos 120 días en vender un coche, cuando antes tardábamos 45. Aún así, mantenemos la compra a los fabricante, lo que nos hace tener un enorme stock de vehículos que aumenta nuestro crédito. Además, las condiciones de los préstamos, ahora, son más duras. Comenzamos el año con un precio del dinero del Euribor más 0,2%, y ahora el diferencial, llega hasta el 1%», apunta Antonio Romero-Haupold, presidente de la patronal de concesionarios de España Faconauto. ¿Cómo esperan salir de esto que parece un círculo vicioso? «Estamos aguantando el tirón, pero esperamos ayudas del Gobierno específicas para el sector», concluye Romero-Haupold.
· Las pymes no perciben la liquidez
Este importante sector de la economía española no ha notado que la liquidez inyectada por el Gobierno en las entidades financieras haya llegado al flujo de crédito. «Las medidas que se ha aprobado el Ejecutivo no se han trasladado a nuestro sector», apuntan fuentes de Cepyme (Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas). Además, «el coste del acceso a la financiación se ha endurecido y es completamente disuasorio», agregan desde Cepyme. La patronal de pymes apunta, además, que «la principal preocupación es que el diferencial para obtener crédito es disuasivo. Proponer una tasa del euribor más cinco puntos es como decir que no quieren conceder un préstamo».
La construcción está a la expectativa
Un sector que miraba con esperanza las ayudas del Gobierno era el de la construcción, ya que el parón tenía una posible salida en la obra pública. Sin embargo, todavía no se ha hecho efectivo. «Tendremos que esperar unos meses para confirmar si la financiación de 8.000 millones de euros que el Gobierno va a inyectar a los ayuntamientos para obra pública de nueva planificación y ejecución inmediata tiene su traslación en un mayor dinamismo de nuestra actividad», apunta Aniceto Zaragoza, director general de la patronal cementera Oficemen.
Además, la Confederación Española de Fabricantes de Productos de Construcción (Cepco), advierte que «la falta de liquidez está estrangulando a muchas de las industrias de los 22 sectores de esta confederación, proveedores habituales de las constructoras».
· El motor espera los 800 millones del Gobierno
El sector del motor espera su propio rescate. De manera directa el Gobierno tiene aprobado 800 millones de euros destinados a reflotar esta actividad y, en enero, está previsto que anuncie cómo aplicar estas ayudas. Mientras, los concesionarios en España están asumiendo unos créditos por los coches que tienen en stock que se elevan a 28.500 millones de euros, (según datos de Asnef). Estos préstamos están sujetos a unos costes de financiación que «se han endurecido, desde principios de año hasta ahora», apunta Antonio Romero-Haupold, presidente de la asociación de concesionarios.
Los intereses a los que tienen que hacer frente los concesionarios han llegado a los 900 millones anuales, según Asnef.
· Al sector hotelero no le ha servido ser bueno«El sector hotelero no ha sido causante de esta crisis y ha registrado un comportamiento ejemplar en los últimos años, generando una importante riqueza para el país», con esta tesis Juan Molas, presidente de la Confederación Españolas de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), argumentaba a favor de sus sector. Sin embargo, la banca no parece que haya hecho distinción a la hora de conceder financiación y ha endurecido las condiciones de manera general.
En el caso de los hoteles son los más pequeños, empresas familiares, las que reciben el trato más duro, según señala Molas. Las grandes empresas no han tenido tantos problemas de financiación si bien éstas representan poco más de un tercio de los diez mil hoteles que existen en el país, señala Molas.
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