martes, 20 de enero de 2009

Hay que repensar y rehacer la ley de Cajas.

Como se extienda el follón, la mitad de nuestro sector financiero quedará colapsado.

Caja Madrid pelea y las demás cajas se preparan para lamerse las heridas
Publicado el 19-01-2009 , por M. Romani
A estas alturas de la virulenta batalla que se está librando por el control de Caja Madrid es difícil saber quién saldrá ganador, pero está claro quién saldrá perjudicado: la entidad, en primer lugar y, por extensión, la reputación de todo el sector de las cajas de ahorros.

En medio de una de las peores crisis conocidas, no sólo en España sino en todo el mundo occidental, la cuarta entidad financiera española navega sin tener claro quién controla los mandos. Cae incluso en la paradoja de que esta semana pueden convocarse hasta dos Comisiones de Control, cada una de la cuales rechaza la validez de la otra.

La situación se complica por días y es difícil imaginar una solución sin recurrir a los tribunales. Serán, con toda probabilidad, los abogados de unos y otros lo que tengan que pelear con extremas interpretaciones de leyes y estatutos, para que la Justicia dé la razón a uno u otro bando. Pero, vaya como vaya, en el sector financiero, y en especial entre las cajas, la opinión es que el daño ya está hecho.

Los críticos de las cajas, los que cuestionan su modelo carente del examen del mercado y sin accionistas, han vuelto a alzar la voz, pidiendo su privatización. Los que opinan que las cajas no pueden funcionar porque los políticos, con su afán de control, acaban metiéndose en la gestión y generando problemas, tienen muchas flechas para disparar cuando se producen situaciones como la de Caja Madrid. Añaden argumentos a sus dudas los episodios protagonizados en los últimos meses por la cajas vascas, que han tenido que abortar una fusión que deseaban, o la integración virtual obligada de las cajas de Castilla y León.

Despolitizar
EL PSOE amenazó ayer con pedir al Ministerio de Economía que tutele Caja Madrid. El PP ha informado que propondrá al Congreso una ley para disminuir el poder de los políticos en las cajas y su líder, Mariano Rajoy, ya manifestó públicamente que la tutela de entidades como Caja Madrid o La Caixa debería tenerla el Banco de España y no los gobiernos regionales. Y ayer, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, se sumó a esta postura.

Todas estas declaraciones han sembrado el desconcierto entre las cajas que recuerdan que la despolitización y la autonomía son viejas peticiones del propio sector que, hasta ahora, los políticos han desatendido.

El presidente de la patronal de cajas, Juan Ramón Quintás, por ejemplo, ha manifestado en varias ocasiones que las fusiones interregionales no prosperan porque los políticos locales no quieren perder su poder sobre la entidad que controlan y ha pedido que sea el regulador central quien tenga la última palabra sobre estas operaciones.

Desde el Gobierno (éste, como los anteriores) le han contestado que no hay prisa para modificar la ley. Así que no extraña que cuando los políticos hablan de despolitizar las cajas sus palabras suenan como un eufemismo para decir otra cosa: reducir el peso del adversario en el gobierno de una determinada entidad.

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