sábado, 17 de enero de 2009

Manualillos para una crísis.

El desbarajuste en el Sistema, abre alas y aleros a la proyección económica global.


¿Fin de una era?

Julián Miglierini
BBC Mundo


El distrito financiero se despertó con la noticia de que estaba siendo nacionalizado parcialmente.
Durante años, el distrito financiero de Londres fue considerado como el centro de la economía británica, el ejemplo mundial de la creencia profunda en el libre mercado y el capitalismo. Eso, en estos días de octubre, ha cambiado de manera radical.
Es el "fin de una era", dicen algunos. "Se acabó el capitalismo como lo conocemos", dicen otros. "Las puertas del abismo", dicen los preocupados.

Y más allá de cualquier interpretación, lo que queda claro es que el paquete de rescate anunciado por el gobierno del Reino Unido -la mayor intervención del Estado en la economía- equivale a una nacionalización parcial del sistema bancario del país.

Obviamente, esto no quiere decir que el gobierno estará encargado de gestionar los bancos.

Pero la inyección de dinero público en el sistema bancario ocurre en el país en el que Adam Smith -creador del entendimiento económico moderno- desarrolló su teoría de que el mercado se regularía a sí mismo gracias a una "mano invisible" y que el gobierno debía tener un papel limitado en la economía.

¿Alivio?

Las ironías de esta situación no terminan allí.

Hace pocos meses, un anuncio de que una potencia económica como la británica nacionalizaría parte del sistema bancario del país hubiese causado un desplome de las bolsas y despertado acusaciones de intervención indebida del Estado en el mercado.


La intervención del gobierno en la economía británica no tiene precedentes.
Hoy, el plan anunciado por el gobierno de Gordon Brown es visto como el salvavidas que -quizás- puede evitar que los bancos británicos colapsen y uno de los indicadores del éxito de este plan es si los mercados bursátiles, tras días de caída libre, logran recuperarse.

El sistema financiero británico, que maneja un quinto de la economía del país, ha sido durante décadas para políticos británicos -de derecha e izquierda- una fuente de dinero para sus proyectos públicos y la City ha gozado por ello de una enorme influencia en el escenario político nacional.

Y también quizás por ello, durante años hubo un consenso político que era mejor no preguntar sobre los crecientes niveles de deuda, la enorme complejidad del mercado de derivados y también de los enormes bonos de fin de año de los ejecutivos de las entidades financieras.

Ahora, empujado por la crisis financiera iniciada en Estados Unidos y que se ha contagiado al resto del sistema financiero del mundo, el gobierno británico se ha visto obligado a tomar una medida urgente.

Participe: ¿es prioritario salvar a la banca?
"Nuevas e innovadoras"

"Hemos tomado una actitud integral", dijo al anunciar el plan el primer ministro Gordon Brown después de días -y noches- de negociaciones.



Éste no es un momento para el pensamiento convencional o dogmas anticuados, sino para nuevas e innovadoras intervenciones que alcancen el corazón del problema
Gordon Brown, primer ministro británico
"Éste no es un momento para el pensamiento convencional o dogmas anticuados, sino para nuevas e innovadoras intervenciones que alcancen el corazón del problema", explicó Brown.

Algunos, sin embargo, todavía piensan que el problema es que estas intervenciones estatales en los mercados causarán más complicaciones que soluciones.

"Estas burbujas y estos descalabros se han producido por la acción e intervención de los gobiernos", dice Dora Ampuero, directora del neoliberal Instituto de Economía Política de Ecuador.

"Si no hubiese intervenido, el mismo mercado hubiese encontrado formas de corregirse", agrega Ampuero. "Se debería dejar que las fuerzas de mercado funcionen porque si no terminan pagando los contribuyentes".

Tiempo

Pero esas fuerzas del mercado, por ahora, han demostrado que no pueden recuperarse a sí mismas: la falta de confianza entre los bancos -que les impide prestarse dinero mutuamente- es vista como una de las raíces de la crisis actual.

Y más allá de la enorme intervención estatal de países como el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania -por mencionar algunos-, una solución inmediata al problema es distante.

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"No estamos en una situación que pueda resolverse de la noche a la mañana. Debemos esperar unos meses antes de ver de nuevo un sistema financiero funcionando con normalidad y un sistema que evita distorsiones sobre el crecimiento económico", dijo a BBC Mundo Pablo Guijarro, analista de la empresa Analistas Financieros Internacionales en España.

Según el analista de política británica de la BBC, Nick Robinson, los políticos británicos en los próximos días insistirán en que la City seguirá siendo la piedra angular de la economía británica; que los contribuyentes al fisco recibirán nuevamente su dinero que están poniendo en este paquete de rescate; y que esta medida es temporaria y no de largo plazo.

Recién en unos meses se sabrá si la decisión de este martes del gobierno británico será recordada como el día en que uno de los países creadores del capitalismo empezó a escribir su obituario.

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