Manuel Antonio Noriega, ex presidente de Panamá.
Vaya pájaro!
¿Quién teme al anciano 'cara de piña'?
Manuel Antonio Noriega, cuando fue capturado por el Ejército de EEUU tras la invasión de Panamá en diciembre de 1989. (Foto: AP)
MANUEL AGUILERA CRISTÓBAL desde Miami
18 de enero de 2009.- Un hombre de 74 años que ha sido tratado de un cáncer de próstata y ha sufrido un derrame cerebral está en la cárcel 16 meses después de cumplir su condena. Su nombre es Manuel Antonio Noriega y gobernó en Panamá entre 1983 y 1989.
Trabajó para la CIA pero sus excesos, que le llevaron a convertirse en un narcotraficante, le pusieron en bandeja al padre del todavía presidente de Estados Unidos a invadir el país y traerlo a territorio norteamericano para ser juzgado.
A día de hoy, a pesar de haber cumplido su pena por tráfico de drogas, está en una cárcel federal cercana a Miami. Es además considerado prisionero de guerra y se encuentra bajo la jurisdicción de la Convención de Ginebra. Recibe visitas anuales de la Cruz Roja y puede llevar sus insignias y su uniforme militar cuando comparece en los tribunales.
El problema es que tanto Francia como Panamá le reclaman y las autoridades norteamericanas no saben que hacer con él. Mientras tanto, Noriega escribe unas memorias que incomodan a más de un político tanto en su país como en Estados Unidos.
En Panamá fue juzgado en ausencia y fue hallado culpable de asesinato, robo y corrupción. Fue sentenciado a 60 años de prisión pero si volviera cumpliría la pena en arresto domiciliario debido a su avanzada edad. Él viejo dictador prefiere ir a acabar sus días a su país pero según su abogado, Frank Rubino, en Panamá no ven con agrado ese regreso: "Me atrevo a decir que les asusta su retorno por razones políticas. Piensan que todavía tiene una base de poder allí".
Está inhabilitado para ejercer cargos públicos pero su presencia incomodaría a antiguos colaboradores y enemigos. Su condición de ex agente de la CIA le supone sabedor de oscuros secretos de la clase política de su país. En Francia le reclaman por blanqueo de capitales. En concreto de 25 millones de dólares procedentes de la venta de cocaína. Si finalmente es extraditado mantendrá su estatus de prisionero de guerra. Si, como es previsible, los tribunales no son capaces de resolver la situación de Noriega en Estados Unidos será la Secretaría de Estado quien tenga la última palabra.
Hillary Clinton tiene en sus manos el futuro de este hombre con cara y biografía de malo. Condoleezza Rice había asegurado que si Noriega perdía su apelación para ser enviado a Panamá ella firmaría los papeles para su extradición a Francia. Quizás George Bush padre pudiera ser víctima de algunos de los secretos del dictador amigo que se convirtió en enemigo. "Manuel Antonio Noriega fue la mejor fuente de información que tuvo Estados Unidos sobre Latinoamérica", declaró un coronel de la fuerza aérea durante el juicio en el que fue condenado el ex hombre fuerte de Panamá. ¿Qué hará entonces Hillary con el anciano "cara de piña"?
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