Un personaje en su exilio interior.

Escribe de Madrid desde Euskadi????? Al menos rarito no ?


AUTOR DE 'LA TABERNA FANTÁSTICA'
Sastre, artífice de uno de los éxitos teatrales del año: 'Siempre he sido ajeno a las modas'
La obra se representa en el Teatro Valle-Inclán de Madrid hasta el 18 de enero


Alfonso Sastre, en su domicilio de Hondarribia. (Foto: Justy García Koch)
Actualizado martes 30/12/2008 15:47 (CET)
ÁLVARO CORTINA
Hay quien se ha referido a Alfonso Sastre (1926), uno de los grandes (de los grandes de verdad) dramaturgos españoles de la segunda mitad de siglo XX, como el 'ermitaño de Hondarribia' (vive en esta localidad guipuzcoana desde hace 30 años).

Sobre la existencia de su actividad pública, él mismo se pronuncia en declaraciones a elmundo.es: "Depende de lo que usted entienda como vida social. Si es asistir a fiestas, no. Si es participar en actos por la libertad de los pueblos, sí".

'La taberna fantástica', su obra representada (hasta el 18 de enero de 2009) en el puntero Teatro Valle-Inclán de Madrid, bajo la dirección de Gerardo Malla, ha sido uno de los grandes bombazos de esta temporada, y se trata de una de las obras de realismo social más potentes de su época.

Habla de un Madrid marginal, de un bar de extrarradio, como aparte de esa gran carrera con cronómetro que es el centro de la capital. La escenografía de Malla abunda en hojalatas, en casas a medio construir, en rala vegetación y en barranquillos polvorientos, un híbrido desolado entre 'Barrio' y 'Mad Max 2'.

¿Habla la obra de una realidad social ya extinta, de un retrato que ya es historia? "Quienes son clásicos hoy no escribieron para la eternidad sino para su tiempo, aunque con más o menos deseos de que su obra perdurara. Ya sabemos que lo fugitivo permanece y dura. Yo escribo mis obras para mi tiempo, y, desde luego, aunque no sea un clásico, creo que 'La taberna fantástica' es una obra también de hoy, ni más ni menos", asegura Alfonso Sastre.

Censurada por el franquismo
La obra (que sí se puede llamar clásica) se escribió en 1966 y hasta los años 80 no vio la luz, algo que ha ocurrido con varios de sus textos. Aunque es difícil adivinar cuál fue el argumento censor, al fin y al cabo 'La taberna fantástica' expone simples seres humanos, estrangulados por el calor de agosto, verbosos caracteres animados y desanimados por los alcoholes, arrastrados al abrazo o a la navaja. "La censura franquista era muy arbitraria y la mayor parte de las compañías estaban regidas, como es tradicional en el teatro español, por gentes ignorantes", recuerda el autor.

Estos arrabales de desidia demuestran un gran conocimiento, por parte de Sastre, del conducirse y del argot de ese estracto social. "La jerga la aprendí en las tabernas de Madrid y la perfeccioné en la Cárcel de Carabanchel". Lo cierto es que la prisión ha sido bastante inspiradora en las letras españolas (marcó la vida y la literatura de Cervantes, de Bécquer o de Hierro).

"En ese conocimiento van vinculados mi pasión por el lenguaje con mi serio interés por los grupos marginados en particular —como los gitanos y los mercheros (o quinquilleros)— y por la marginación como situación generalizada", cuenta el dramaturgo madrileño.

Farris Anderson, un estudioso de Sastre, incluye 'La taberna...' dentro de una etapa de "realismo distanciado", en el que la ironía toma un mayor papel. "El drama debe mover sentimientos, promover ideas, y nunca lo olvidemos, deleitar con todo ello. Yo no tuve que esperar a Brecht para, sabiendo esto, tomar mis distancias en relación con la vida cotidiana, pero tampoco escribí nunca muñecos para guiñol sino personajes humanos, a veces demasiado humanos".

Si se enmarca el estreno de 'La taberna fantástica', en 1985, dentro de una corriente artística inspirada en el lumpen y en los excluidos, en los alienados del sistema (dramas de Luis Alonso de Santos, películas de Eloy de la Iglesia), don Alfonso es terminante. "Siempre he sido ajeno a las modas". Él, desde luego, puede decirlo.