06/28/2013
¿Quién dijo que preparar comida japonesa es complicado? No necesitas haber nacido en Kyoto ni ser un maestro de la katana. Sigue estos 10 sencillos consejos y estarás hecho todo un sushiman.
Preparar unos sabrosos makis –piezas de pescado crudo y verduras envueltas en alga nori- es la mejor puerta de entrada al universo del sushi. Sencillos, deliciosos y vistosos, permiten además jugar con la creatividad.
- Elige pescado de calidad. Puede parecer de perogrullo, pero la materia prima tiene que ser de primera. ¡Recuerda que se consume en crudo! Si es tu primera vez, opta por pescados más sencillos de manipular como el salmón o el atún. Procura que el corte no vaya en dirección contraria a la veta; eso convertiría el sushi en incomible.
- Un toque “verde”. Además del pescado, cualquier verdura es bienvenida en tus makis. La cremosidad del aguacate o un toque más crujiente, como el que pueden aportar el pepino o una zanahoria ligeramente cocida, funcionan perfectamente como contrapunto o complemento del pescado elegido.
- Quítale el almidón al arroz. Trata de elegir una variedad específica para sushi y, aún así, quítale el almidón para que quede lo más esponjoso y compacto posible. Para ello, lava el arroz unas cuantas veces hasta que el agua que obtengas sea completamente transparente.
- ¡No te olvides del vinagre de sushi! Da igual que todo sea de primera calidad: si no echas vinagre de sushi en el arroz, los makis no sabrán cómo deben. Vierte un chorro generoso para conseguir ese toque único.
- Cómo reconocer un buen alga nori. Hecho con un proceso parecido al del papel, el alga nori ideal tiene que tener un cierto grosor, ser de color verde oscuro y lucir brillante. Vigila que no tenga agujeritos.
- La ley de los dos centímetros. A la hora de comenzar a enrollar, envuelve con film la esterilla y coloca el alga, cúbrela con una fina capa de arroz y pon en el medio, en sentido horizontal y de lado a lado, el pescado y las verduras finamente cortados. No olvides dejar dos centímetros de alga libres en el extremo para poder sellar el rollito.
- Un corte limpio. Una vez obtenido nuestro “gran maki”, toca dividirlo en porciones pequeñas. Utiliza un cuchillo afilado y con la hoja ligeramente humedecida. Haz el corte de forma decidida y rápida para evitar que tu receta no se descuajaringue.
- Wasabi y soja. Esta pareja constituye el acompañamiento perfecto a tu obra culinaria nipona. Vierte en un pequeño cuenco salsa de soja y desmenuza un poquito de wasabi para darle un toque picante. También puedes untar un poco de wasabi en el arroz en el momento de enrollar los makis.
- Palillos o ‘finger food’. Manejar correctamente los palillos no hace daño a nadie, pero si eres de esos que acaban perdiendo el sushi en el camino a la boca, relájate: los japoneses permiten comer los makis con los dedos.
- ¡Itadakimase! Esta expresión japonesa significa, literalmente, “que aproveche”. Si has seguido los consejos anteriores, llega el momento de abrirse una buena cerveza japonesa y disfrutar de unos makis que nada tienen que envidiar a los que haría un sushiman tokiota. ¿Todavía estás un poco verde? Sigue practicando.
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