domingo, 30 de junio de 2013

Manualillos de Inversión ( 1 )

Junio borra las ganancias de la Bolsa española en el semestre

Las Bolsas tenían muy buena pinta desde enero. Algunas llegaron a niveles récord. Pero el último mes ha arrasado con todos los activos.  
     
El Ibex-35 llega al término del primer semestre del año con números rojos superiores al 4% y en el entorno de los 7.800 puntos. El indicador llegó a marcar máximos por encima de los 8.700 puntos. Contra ese nivel chocó tres veces: a finales de enero, en marzo y en mayo. El selectivo llega al ecuador del ejercicio 1.000 puntos por debajo. Los expertos dividen el año en dos partes. Natalia Aguirre, de Renta 4, por ejemplo, dice que hasta el  22 de mayo, los mercados, en concreto todos los activos de riesgo, estuvieron apoyados en la liquidez proporcionada por los bancos centrales. Tal es así que el polémico rescate de Chipre, que puso en cuestión la seguridad de los depósitos, incluso los de menos de 100.000 euros, o el desastroso resultado de las elecciones italianas, no hicieron casi mella en los mercados. Según Aguirre, por el mensaje de tranquilidad lanzado por Mario Draghi hace casi un año, además de porque el mercado mantenía la esperanza en que el BCE hiciera más por la economía europea. De hecho, hasta bajó los tipos de interés. Tomás García-Purriños, de Cortal Consors,  reconoce que Europa llegó relativamente rápido a un acuerdo sobre Chipre y también los partidos políticos italianos para formar un Gobierno que terminó gustando.  Tal fue la tranquilidad y el optimismo que reinó en los mercados en los primeros meses del año que muchos índices, como el Dax alemán o los americanos, alcanzaron máximos históricos.
Los bancos centrales mandan
La actividad de los bancos centrales fue esencial. Sobre todo la del Banco de Japón. Sus novedades animaron a las Bolsas y provocaron un primer terremoto en la renta fija. Fue, como dice García-Purriños, el primer aviso de que había que cambiar la percepción sobre la deuda. Salió un montón de dinero de la deuda japonesa, por el agresivo objetivo de inflación de la autoridad nipona, y fue directo a los activos de riesgo: de hecho, gracias a eso, la rentabilidad del bono español a diez años cayó hasta el 4%.
Pero, a partir del 22 de mayo salió dinero de todos los activos, a excepción de los monetarios. De la Bolsa, pero sobre todo de los bonos, de todos. También de las materias primas, especialmente del oro. Como han detectado los expertos de Pioneer, mientras la volatilidad en la Bolsa ha seguido siendo reducida, en el resto de los activos se ha disparado.
Ese 22 de mayo, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, avisó de que el fin de los estímulos  se acercaba. Como explica García-Purriños, esto pilló a muchos gestores desprevenidos y, por ello, muchos fondos de inversión que parecían inexpugnables sufrieron caídas muy importantes, como en la renta fija emergente y en el «high yield» (bonos de alto rendimiento). Como comentan los analistas de Legg Mason, los mercados han percibido que tanto la Fed como Bernanke han sido más halcones de lo previsto. Pero se pueden equivocar. Lo cierto es que en un  mes, la rentabilidad anual de las carteras quedó aniquilada.
Jordi Padilla, de Popular Gestión Privada, se preparó para lo que ha ocurrido. Desde principios de año, salió de la renta fija, recogió los beneficios acumulados en 2012, se metió en monetarios, sobre todo, y en Bolsa. Un reparto coherente teniendo en cuenta el escenario: mejora económica y endurecimiento paulatino de la política monetaria.
El Nikkei, el mejor
Pese a que es en EE.UU. donde se retiran los estímulos, Wall Street sigue encabezando los avances dentro de los mercados occidentales. Aunque, entre los desarrollados, el que más gana es el índice Nikkei de Tokio, algo lógico, dada la proactividad del Banco de Japón. De todas maneras, las últimas semanas no han sido un camino de rosas para el Nikkei: ha sufrido una gran volatilidad, normal también, según García-Purriños, teniendo en cuenta que, desde noviembre, había recuperado un 70%. Lo que sorprende en los mercados desarrollados es que los periféricos, como el portugués o el español, que encabezaban las subidas a principios de año, ahora no sólo no suben, sino que acumulan pérdidas en el año. Se han convertido en los más vulnerables a la retirada de estímulos. Aunque eso no significa que España no esté progresando. Como explica Natalia Aguirre, el ritmo de deterioro se está frenando. Además, el Tesoro se ha financiado sin problemas.
Los peores del semestre han sido los emergentes, por las razones que explicaba hace una semana Miguel Ángel García, de Banca March: están perdiendo competitividad respecto a los países desarrollados y, además, están realizando una transformación estructural para depender menos del exterior y más de sus propios consumidores, lo que reduce su crecimiento potencial. Los miedos respecto al mundo emergente aumentaron en los últimos días, ante el riesgo de que estallara una crisis de crédito en China, posibilidad que disminuyó una vez que el banco central del país asegurara su apoyo en caso de problemas.
Cómo afrontar la segunda mitad del año
Tomás García-Purriños, de Cortal Consors, dice que se ha producido una brecha entre los datos y los mercados. Según su opinión, las referencias reales son cada vez mejores, pero las Bolsas reaccionan mal a las noticias. Esto tendrá que terminar. En algún momento, la Bolsa comenzará a subir. El dinero ha salido de la renta fija, pero no va a ningún sitio. Ello tendría que adelantar la gran rotación hacia la Bolsa, pero aún es pronto. Pero dice que en EE.UU. el cierre de año no estará muy lejos de estos niveles y que en Europa hay más oportunidades. En todo caso, según Marián Fernández, de Inversis, más en los mercados desarrollados que en los emergentes. Esto no significa que haya que entrar ya en Bolsa, porque García-Purriños cree que el tercer trimestre va a ser complicado: tanto por estacionalidad como por los eventos que hay por delante. Y no es el único que piensa esto: los expertos de Bankinter han reducido exposición a Bolsa con vistas al verano. En eso coincide Miguel Ángel Rodríguez, de XTB:«De momento, no hay que estar en Bolsa. Pero dentro de poco se tocará suelo, sobre todo en EE.UU.». Según Purriños, una buena estrategia a corto plazo es la «long/short», ponerse largo y corto en activos que llevan trayectorias contrarias.

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