sábado, 24 de mayo de 2014

Finales de....pago.

El partido de hoy no lo verá gratis
 

Cuando esta noche, poco antes de las nueve, usted, yo y otros millones de españoles encendamos la televisión y veamos a través de Televisión Española la final de la Champions League entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, no lo disfrutaremos gratis. Vea en este artículo por qué.
Seguro que usted ya sabe que en esta vida, al final, nada es gratis. Sin embargo, a veces es conveniente recordar que los servicios públicos tampoco lo son.

A principios de este mes se conoció que Radiotelevisión Española (RTVE), la empresa estatal encargada de los servicios de radio y televisión públicos, acumula unas pérdidas patrimoniales de 800 millones de euros.

Además, la cadena tiene un déficit de 100 millones de euros cada año. Es decir, lejos de poner remedio a este sinsentido, la cadena cada año pierde más y más dinero.

Cuando millones de españoles sintonicen la primera de TVE esta noche y disfruten del mejor partido del año, dudo mucho que alguien se pare a pensar cuánto dinero le estará costando ver el partido. Por no hablar de los millones de personas a las que el fútbol les importa absolutamente cero pero que también tienen que pagar por RTVE y el resto de las empresas públicas.

El gran engaño de los servicios públicos es que nadie sabe exactamente cuánto está pagando por ellos. Si usted va al dentista y le cobran 200 euros por un empaste, sabe cuánto está pagando y puede evaluar si lo que le han cobrado y lo que le han ofrecido se corresponden. Las cuentas en este caso están bastante claras.

Pero cuando usted va a su médico de cabecera, ve un documental de la 2 o atraviesa el país en una de nuestras flamantes autovías con sus puentes y túneles, no percibe que eso mismo le está costando dinero porque no lo tiene que pagar en el momento.

La satisfacción que nos produce poder hacer todas estas cosas sin que nos cueste nada en el momento del uso o consumo oculta ineficiencias y gestiones precarias que luego son palpables si uno se fija en las cuentas al detalle.

¿Por qué las empresas públicas funcionan peor que las empresas privadas? En realidad esto es algo muy fácil explicar, sólo se necesita un poco de sentido común.

Piense en los miles de empresarios y emprendedores que se endeudan para poder fundar su propia empresa. El bienestar suyo y el de sus familias depende de cómo vaya su empresa y esto asegura que la dedicación y el celo por hacer las cosas bien sea absoluto.

Ahora piense en el caso de una empresa pública. El administrador es alguien que, en el peor de los casos, lo único que le va a pasar es perder su trabajo y con una buena indemnización de por medio. ¿Cree que esta persona estará igualmente dedicada a hacer su trabajo tan bien como el empresario que depende de la marcha de su pyme?

Naturalmente no será así. Cuando la responsabilidad se diluye entre muchos miembros, los seres humanos tienden a rendir menos. Es algo normal.


LA FIESTA LA PAGA USTED

Cuando lea en las noticias que el déficit público es de 60.000 millones de euros, que RTVE acumula un agujero de 800 millones o que el consejo de administración de una caja de ahorros arruinada y rescatada por el Estado se ha autoimpuesto una indemnización de 50 millones de euros, ¿quién cree que paga la factura de los desmanes y las malas políticas en las empresas públicas?

Lo pagamos todos. Usted, yo y el resto de contribuyentes. El problema es que no sabemos exactamente cuánto le toca a cada uno.

Si se fija en www.elrelojdeladeuda.com verá que el importe de deuda pública para cada persona en este país es de más de 23.000 euros. Aunque hacer esta cuenta es hacer un poco de trampa. No parece muy lógico incluir a niños y ancianos en la ecuación. Si calculamos el cómputo de deuda pública por familia, la cifra se dispara hasta los 62.000 euros, más de diez millones de las antiguas pesetas.

Sí. Lleva viendo finales de la Copa de Europa gratis desde antes de que Ronald Koeman le clavara aquel gol de falta a la Sampdoria en 1992, pero probablemente nunca se paró a pensar qué coste ha tenido éste y otros servicios públicos para usted.

Ahora hay una importante corriente de opinión partidaria de engordar el sector público para crear miles de empleos verdes, nacionalizar la banca y Dios sabe para qué más. ¿De verdad necesitamos más empresas quebradas como RTVE para sacar este país adelante?

Lo que hace falta para salir adelante es un compromiso sólido por parte de las instituciones públicas de que no se va a expoliar a trabajadores y empresas con impuestos abusivos que ni siquiera alcanzan para financiar todo el conglomerado de administraciones y entes públicos. Menos impuestos y un gasto público más eficiente y racional.

Embajadas catalanas, planes E, partidos de la Champions, etc. La lista es demasiado larga para mirar a otra parte porque, no lo olvide, todo esto lo paga usted.

Un cordial saludo,
Alberto Redondo

No hay comentarios: