El libre albedrío, con Joaquín Fuster
Daniel Méndez - XL Semanal
Neurocientífico. Nació en Barcelona en 1930. Hermano del cardiólogo Valentín. «En la familia hay 20 médicos. ¡Es genético!». Investiga en EE.UU. En su libro 'Cerebro y libertad' (Ariel) analiza el libre albedrío.
XLSemanal. ¿Qué es la libertad, según usted?
Joaquín Fuster. La capacidad que tenemos para elegir entre una serie de acciones posibles en un momento y en unas circunstancias determinados. Incluyendo la no acción, claro, el no hacer nada.
XL. ¿Y qué determina que nos decidamos por una opción u otra?
J.F. Lo que hemos vivido, pero también la cultura que nos rodea, las tradiciones, las creencias... La memoria personal y hasta la memoria de la especie...
XL. ¿Estamos condenados a ser libres...?
J.F. ¡Bien dicho! Sí, lo llevamos escrito en nuestra capacidad para imaginar e inventar el futuro. Estamos condenados... Pero es una libertad que tiene sus límites...
XL. ¿Cuáles?
J.F. Los físicos: al no tener alas, no podemos volar. El cerebro es una estructura física y también tiene límites.
XL. Según usted, ¿existe el libre albedrío?
J.F. Me sitúo en un determinismo blando: hay ciertas cosas que limitan nuestra capacidad para elegir, pero a la vez ciertas facultades mentales nos abren al futuro, nos dan libertad.
XL. ¿Qué papel juega la corteza cerebral en esto?
J.F. Mucha parte de este 'medioambiente' en que vivimos está escrito en nuestro cerebro.
XL. ¿De qué modo?
J.F. La corteza posterior de nuestro cerebro tiene que ver con la experiencia personal, con la memoria. En cambio, la prefrontal se orienta al futuro, ¡y es la última en desarrollarse!
XL. Curioso.
J.F. No alcanza la madurez completa hasta la tercera década de la vida. Es la corteza prefrontal la que hace que el hombre sea capaz de predecir, una cualidad que no tienen los animales.
XL. Ni el niño pequeño.
J.F. Exacto, el niño necesita la recompensa inmediata. Es en la madurez, en la adolescencia, a través de la educación y del contacto con el mundo, cuando nos vamos abriendo al futuro. Y lo que antes era solo 'qué voy a hacer hoy' comienza a ser 'qué voy a ser mañana'...
XL. ¿La capacidad de predecir también está en el cerebro?
J.F. El enfermo con lesión del lóbulo frontal es incapaz de hacer planes y, menos aún, de llevarlos a cabo. El individuo sano puede hacer predicciones sobre el futuro y autopredicciones: puede pensar en lo que él mismo hará.
XL. ¿Siempre tomamos las decisiones de un modo consciente?
J.F. ¡En absoluto! En nuestra toma de decisiones influyen la emoción y las necesidades biológicas, los impulsos, los instintos: el sexo, el hambre, etcétera. La corteza cerebral para formar nuevas estructuras de memoria, de lenguaje o de conducta mayormente utiliza información inconsciente. ¡La intuición desempeña un papel fundamental!
XL. ¿Y qué papel tiene la intuición en la libertad?
J.F. La intuición es en realidad un razonamiento inconsciente que se funda en cosas que ya sabemos. Es la base de lo que llamamos una corazonada. Hacemos algo y no sabemos por qué, pero es que nuestro cerebro sabe mucho más de lo que creemos. ¡El 90 por ciento de lo que percibimos lo hacemos de manera inconsciente!
XL. Pertenece a la generación que inventó la neurociencia; cuando usted empezó, no existía ni el nombre...
J.F. ¡Es tremendo lo que ha cambiado todo! En los últimos 50 años hemos aprendido sobre el cerebro mucho más de lo que supimos en toda la historia de la humanidad. Los próximos cien años serán muy decisivos en nuestro conocimiento del cerebro, y tendrá enormes consecuencias para la sociedad y para la economía...
Pregunta a bocajarro
¿Usted cree en el alma?
Como neurocientífico, no puedo pronunciarme sobre ello. Y no tiene nada que ver con si creo o no en Dios: simplemente la neurociencia no puede probar que exista o no. Lo que no hago ni prentendo hacer con el libro es metafísica.
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