La estrategia de Pablo Iglesias y Podemos para las próximas elecciones
El pasado 17 de junio, el eurodiputado Pablo Iglesias respondía en unaentrevista en El País que la participación de Podemos en los comicios municipales será “poco convencional” y, acto seguido, añadía: “Muchos se van a llevar sorpresas”. El politólogo había levantado ya la perdiz, pero pocos fueron los que supieron interpretar sus palabras, y es que, como él mismo vaticinaba: “Quien nos juzgue con la misma lógica de análisis, no entiende lo que significa”. Cinco semanas después, la incógnita comienza a desvelarse de manera clara: Podemos participará en las elecciones locales bajo el paraguas de una “candidatura municipalista ciudadana”.
La creación de estos espacios de participación política en las grandes ciudades se ha acelerado durante las últimas semanas (Ganemos Madrid, Ganemos Málaga, Ganemos Zaragoza, Ganemos Valladolid…) como réplicas de la iniciativa Guanyen Barcelona, liderada por Ada Colau e impulsada por Podem Barcelona, entre otros colectivos. Su vocación es la de hacer confluir bajo una misma marca a movimientos sociales, mareas ciudadanas y partidos a la izquierda del PSOE, para llevar a cabo lo que han llamado “el asalto institucional”.
De Podemos a Ganemos. Un juego de palabras bajo el que se esconde una inédita estrategia que supone una novedad sin precedentes en el panorama político español, más allá de la experiencia de la Entesa en algunos municipios catalanes (del que hoy son herederas las CUP). Si ninguna causa de fuerza mayor tumba esta estrategia, la formación liderada por Iglesias no presentará candidatura propia, con sus siglas y sus listas, en una buena parte del territorio. Además, a tenor de las declaraciones de los notables de Podemos, está descartado un “pacto de despachos” con la dirección de IU.
Para echar al traste esta aventura sería suficiente un adelanto electoral de las generales a noviembre. Y es que, como se recoge en las actas de las asambleas de Ganar Madrid, uno de los objetivos principales de conseguir representación en los ayuntamientos es practicar la desobediencia institucional para tratar de convertir los comicios generales en una suerte de plebiscito “constituyente”.
La cuadratura de los círculos
“No queremos ser un partido más. Y en las próximas elecciones lo que tenemos que hacer es ponernos detrás de los ciudadanos”, explicaba el líder de Podemos en la citada entrevista. Quizá en estas declaraciones fue menos claro, pues como interpretan desde los círculos de la formación, es una forma de acallar las voces críticas con la promotora, que demandaban más participación y democracia directa. El “no estamos dispuestos a convertirnos en meros pegacarteles”, sintetizaba a la perfección ese conato de desafección que saltó desde algunos círculos ante la jugada de Iglesias mediante la que presentó una lista única para crear la promotora de Podemos, sin apenas tiempo para que se presentasen otras alternativas.
“Para mí esta actitud (que la promotora ofrezca un mayor protagonismo a la círculos en este proceso) es muy positiva. Yo he sido crítico con ciertas decisiones de la promotora, que no me parecían todo lo democráticas que podrían ser, pero de esta forma se está permitiendo la creación de un contrapeso, de un instrumento democrático para que, digamos, se ejerza presión desde abajo, desde los círculos”, apunta Enrique Valdivieso, uno de los miembros fundadores del círculo Podemos en el distrito de Arganzuela, uno de los más críticos con la cúpula.
La presencia de miembros de Podemos en el primer encuentro Municipalia-Ganemos Madrid, celebrado el pasado 5 de julio en el edificio municipal Media-Lab Prado, fue muy sustancial, “en torno al 40 o al 60%” de los más de 350 ciudadanos que acudieron, según las fuentes presenciales consultadas. La vocación de adquirir protagonismo en estos procesos por parte de los círculos es evidente, y aunque algunos de ellos no han dado su apoyo formal a estas candidaturas, casi todos ellos han nombrado “enlaces”.
A pesar de que “se han mantenido varias reuniones a puerta cerrada entre la promotora de Podemos y los impulsores de Ganemos Madrid” antes de hacerse pública la iniciativa, según reconocen fuentes cercanas a la formación, parece que “desde arriba” se ha tomado nota y actuado conforme al “no estamos dispuestos a convertirnos en meros pegacarteles”. Como añade Valdivieso, “puede ser un acicate para aumentar la participación de la ciudadanía en los procesos políticos”.
Una candidatura diseñada a imagen y semejanza de Podemos
Si bien, este golpe de efecto “poco convencional” también servirá a la formación revelación del 25-M para solucionar una de sus mayores carencias mentadas por la mayoría de analistas políticos: su falta de estructura en pequeñas y mediadas ciudades para cubrir las listas en las municipales. De este modo, será más fácil que lleguen allí donde su estructura es más débil, y hacerlo con mayores garantías de éxito.
Por otra parte, quizá se abone el terreno para crear confluencias con otras formaciones políticas y movimientos sociales de cara a las generales. Y lo que es más importante, atraer a los think tanks quicemayistas (EnRed, Fundación de los Comunes, Alternativas desde Abajo…), que han recibido con recelo su apuesta institucional y, más aún, su supuesta reproducción de jerarquías y liderazgos más propia de los partidos de la casta que tanto critican.
La metamorfosis de Podemos en Ganemos resulta especialmente simbólica en el hecho de que la tipografía y colores de sus respectivos carteles propagandísticos son muy similares, al menos los utilizados para promocionar el primer plenario de Ganemos Madrid. Un hecho que fluctúa entre el guiño a la formación que consiguió más de 1.200.000 votos en las Europas y laestrategia comunicativa para que la sociedad asocie esta candidatura ciudadana a Podemos.
Si la cara de Pablo Iglesias serigrafiada en las papeletas para las europeas permitió a los votantes identificarlo con un partido, ahora la tipografía de Podemos hará lo propio para que se asocie a Ganemos Madrid. Como concluye Valdivieso, “la realidad política ha sido un tanto eclipsada por la irrupción de Podemos y, en cierta forma, toda nueva candidatura de izquierdas va a tener que pasar, en un grado u otro, por este partido”.
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