Prisa estrena dueños: Telefónica, CaixaBank, el Santander y HSBC duplican el peso de los Polanco
Los últimos movimientos en la refinanciación de deudas de Prisa ha dejado un mapa accionarial desconocido. Los históricos Polanco quedan relegados a un 12% de la compañía.
E.B. / 25-07-2014 • 18:24
Prisa estrena accionistas de control en pro de su salvamento financiero. Cuatro de sus antiguos acreedores se revelan como los nuevos dueños del grupo de medios mientras los Polanco se ven arrinconados una vez más. Telefónica, CaixaBank, el Santander y HSBCya controlan el doble de acciones de la editora de ‘El País’ que sus históricos fundadores.
A fuerza de reestructuración de capitales, el mapa accionarial de Prisa no se parece ni por asomo al de hace simplemente un año. Menos aún tiene que ver con los tiempos en los que los Polanco llegaron a controlar un 75% del grupo de medios a través de la sociedad Rucandio. El pago de deudas con acciones ha terminado por encumbrar a cuatro de sus acreedores con más de un 20% del capital del grupo de medios.
Las primeras en avanzar su nueva condición a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han sido, junto a unos Polanco venidos a menos, CaixaBank y Telefónica. A consecuencia de la conversión de antiguos bonos, figuran ya como titulares de un 5,34% y un 5,29% de Prisa, respectivamente. Se espera que en los próximos días se revelen otras dos entidades, cuyo peso rondará esta partidas. En el caso de HSBC, que se ve forzado a convertir 130 millones de euros en papeles de deuda en acciones, el desembarco promete ser mayor que en el caso de Banco Santander.
El primer golpe de estos más recientes a la participación de los Polanco llegó el pasado mes de febrero, cuando la conversión obligatoria en acciones de los warrants emitidos sobre Prisa provocó un fuerte baile de carteras. En aquel movimiento, uno de los primeros que imponían los bancos en su tercer acuerdo de refinanciación de deudas en tres años, la familia vio cómo su cartera adelgazaba del 31,629% al 25,533%. Una situación que ya les arrebataba su histórica mayoría frente al resto de grandes accionistas.
Hace sólo unos días llegaba otra conversión y la correspondiente dilución de los Polanco. En esa ocasión se trataba del canje forzoso de las acciones tipo B de la compañía por las tradicionales de tipo A. Como consecuencia, Morgan Stanley emergió como accionista de referencia con un 4,8% del capital de la española. Lo mismo le ocurrió también al fondo británico Fidelity, que a finales de la semana pasada se destapó como titular de un 1,58% del grupo de medios.
Ahora, con la conversión de los bonos de las cuatro grandes compañías que los suscribieron en el verano de 2012 se cierra uno de los capítulos más convulsos de la reconversión de la compañía. Sin embargo, otro se avecina ya: la conversión de antiguos créditos en otros de naturaleza participativa para compensar las pérdidas asumidas por la venta del 56% precisamente a Telefónica. Un movimiento que ya se contemplaba también en el pacto de refinanciación en el que las entidades acreedoras forzaron la salida de Prisa de la plataforma de televisión por pago.
El panorama revuelto y el baile de participaciones que algunos analistas vaticinan para los próximos días ha animado la toma de posiciones en la maltrecha compañía, que ayer mismo reconocía su situación transitoria de quiebra técnica. Las acciones de Prisa han cerrado sesión con alzas superiores al 3% gracias también a la venta de parte de su participación en Mediaset España, una desinversión que desde hace tiempo tenía pendiente y que ha aprovechado para cerrar en uno de los momentos más dulces en lo que a Bolsa se refiere para el brazo español del grupo de Berlusconi.
A fuerza de reestructuración de capitales, el mapa accionarial de Prisa no se parece ni por asomo al de hace simplemente un año. Menos aún tiene que ver con los tiempos en los que los Polanco llegaron a controlar un 75% del grupo de medios a través de la sociedad Rucandio. El pago de deudas con acciones ha terminado por encumbrar a cuatro de sus acreedores con más de un 20% del capital del grupo de medios.
Las primeras en avanzar su nueva condición a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han sido, junto a unos Polanco venidos a menos, CaixaBank y Telefónica. A consecuencia de la conversión de antiguos bonos, figuran ya como titulares de un 5,34% y un 5,29% de Prisa, respectivamente. Se espera que en los próximos días se revelen otras dos entidades, cuyo peso rondará esta partidas. En el caso de HSBC, que se ve forzado a convertir 130 millones de euros en papeles de deuda en acciones, el desembarco promete ser mayor que en el caso de Banco Santander.
El primer golpe de estos más recientes a la participación de los Polanco llegó el pasado mes de febrero, cuando la conversión obligatoria en acciones de los warrants emitidos sobre Prisa provocó un fuerte baile de carteras. En aquel movimiento, uno de los primeros que imponían los bancos en su tercer acuerdo de refinanciación de deudas en tres años, la familia vio cómo su cartera adelgazaba del 31,629% al 25,533%. Una situación que ya les arrebataba su histórica mayoría frente al resto de grandes accionistas.
Hace sólo unos días llegaba otra conversión y la correspondiente dilución de los Polanco. En esa ocasión se trataba del canje forzoso de las acciones tipo B de la compañía por las tradicionales de tipo A. Como consecuencia, Morgan Stanley emergió como accionista de referencia con un 4,8% del capital de la española. Lo mismo le ocurrió también al fondo británico Fidelity, que a finales de la semana pasada se destapó como titular de un 1,58% del grupo de medios.
Ahora, con la conversión de los bonos de las cuatro grandes compañías que los suscribieron en el verano de 2012 se cierra uno de los capítulos más convulsos de la reconversión de la compañía. Sin embargo, otro se avecina ya: la conversión de antiguos créditos en otros de naturaleza participativa para compensar las pérdidas asumidas por la venta del 56% precisamente a Telefónica. Un movimiento que ya se contemplaba también en el pacto de refinanciación en el que las entidades acreedoras forzaron la salida de Prisa de la plataforma de televisión por pago.
El panorama revuelto y el baile de participaciones que algunos analistas vaticinan para los próximos días ha animado la toma de posiciones en la maltrecha compañía, que ayer mismo reconocía su situación transitoria de quiebra técnica. Las acciones de Prisa han cerrado sesión con alzas superiores al 3% gracias también a la venta de parte de su participación en Mediaset España, una desinversión que desde hace tiempo tenía pendiente y que ha aprovechado para cerrar en uno de los momentos más dulces en lo que a Bolsa se refiere para el brazo español del grupo de Berlusconi.
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