Pérdida o robo de un móvil: Precauciones para minimizar el riesgo
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La pérdida o robo de un móvil puede suponer un gran trastorno, pero también un gran riesgo, por la cantidad de información, tanto personal como profesional, que almacena. Consejos para minimizar ese riesgo
El móvil ya se ha convertido en un dispositivo imprescindible en la vida de una inmensa mayoría de las personas. Su pérdida o robo puede suponer un gran trastorno, pero también un gran riesgo, por la cantidad de información, tanto personal como profesional, que almacena.
En 2012 ya hubo en España cerca de 300.000 denuncias por sustracción de móvil, según datos de la Secretaría de Estado de Seguridad. Además, cada año, con la llegada del verano, los viajes y el cambio de rutinas, el riesgo de pérdida o robo se incrementa de forma exponencial.
Por este motivo, publicamos un listado con las principales precauciones que todo usuario de Android, el sistema operativo de móviles más popular en la actualidad, debería tener según su propio criterio de seguridad para minimizar los riesgos ante un posible robo o pérdida de su dispositivo, elaboradas por el grupo especializado en ciberseguridad S2.
1. Bloqueo de pantalla. En caso de pérdida o robo es una buena medida para salvaguardar los datos y evitar el uso inmediato e indiscriminado de quien quisiera aprovecharse de la situación. Es posible configurar esta funcionalidad para que se active en el mismo momento en el que se apaga la pantalla, impidiendo el acceso sin una contraseña o un patrón de desbloqueo. Según cada dispositivo, es posible elegir entre cuatro posibilidades: contraseña, patrón dibujado en la pantalla, reconocimiento facial y lector de huella digital.
2. Bloqueo de la SIM. Bloquear la SIM con una clave PIN de cuatro números impide que la tarjeta pueda ser usada en otro teléfono, evitando probables sustos en la factura y también que se pueda anular el bloqueo de la pantalla con un 'hard reset' (proceso por el que se devuelve el teléfono al estado de fábrica).
3. Aplicaciones para localizar el móvil y/o borrar contenidos. Existen distintas aplicaciones, como Where is my droid? o Cerberus, que permiten localizar un dispositivo o borrar sus datos a distancia. Asimismo, el propio Android y Google proporcionan en todos los dispositivos un sistema menos sofisticado pero que permite la localización del dispositivo en un mapa, el borrado de datos o devolverlo al estado de fábrica a distancia.
4. La nube como copia de seguridad. Todos los dispositivos Android tienen la posibilidad de almacenar información en la nube. Por ejemplo, es posible configurar la agenda de contactos para que el dispositivo utilice siempre los datos almacenados en Google. También el calendario, fotos y vídeos con Google+, copias de seguridad de cualquier documento en Google Drive, correo electrónico, conversaciones del WhatsApp, configuración de aplicaciones, etc. Todo puede conservarse a salvo en caso de pérdida del móvil y recuperarlo inmediatamente al utilizar otro con nuestra misma cuenta. Esta práctica está recomendada siempre y cuando la información almacenada en la nube no sea información sensible, ya sea de tipo personal o profesional. En caso de tratarse de información profesional habrá que tener en cuenta las políticas de la compañía.
5. Conservar o apuntar el IMEI. Es una medida recomendable para cualquier teléfono móvil, no solo Android. Es un número de 15 dígitos que identifica cada uno de los dispositivos existentes y que será solicitado por la policía en el caso de realizar una denuncia por robo. Aunque es poco probable que el dispositivo se recupere, solo mediante ese número en la denuncia podrían confirmar quién es su legítimo dueño. El número suele venir en el embalaje original del teléfono, pero también se puede encontrar debajo de la batería o pulsando *#06# y tecla de llamada en cualquier terminal.
6. Contraseñas para limitar acceso a las aplicaciones. Algunas aplicaciones proporcionan un mayor nivel de seguridad, permitiendo configurar un acceso con contraseña. Es también posible utilizar aplicaciones que se encargan de ocultar el contenido que queramos mantener a salvo de los intrusos.
7. Nada de prestarlo ni compartir las contraseñas. No es extraño ver entre los más jóvenes cómo se prestan el móvil e, incluso, en señal de buena amistad llegan a compartir las claves para acceder a diferentes espacios privados, algo que hay que evitar a toda costa. Si no hay más remedio que prestar el móvil, debe ser siempre por poco tiempo, bajo supervisión y cambiando después las contraseñas.
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