Barça 0-Málaga 1
El Barcelona vive un momento muy dulce futbolísticamente hablando y no es producto de la casualidad, sino de un trabajo duro y continuo, pero también o en gran parte, del momento que vive Lionel Messi. Mucho se insiste en que Anoeta marca un antes y un después para el Barça y mientras que el técnico insiste en que nada ha cambiado y que no hay teclas mágicas, Messi dejó claro hace un par de días que algo sí cambio.
Da la casualidad que la discusión entre Messi y Luis Enrique fue a la par de la derrota ante la Real Sociedad y a partir de ese problema entre entrenador y jugador es que todo cambió para bien, aunque se esperaba que fuera de mal en peor. Luis Enrique afirma que nada ha cambiado, algunos jugadores también así lo afirman, pero para Messi algo cambió aunque tampoco especificó qué. Lo que sí es una realidad, es que este tipo de discusiones son normales hasta cierto punto dentro de un vestuario, también es una realidad que el carácter de Luis Enrique no es fácil de llevar, que ha querido tratar a Messi como a cualquier otro jugador y que las cosas entre ambos no marchan bien.
Luis Enrique y Lionel Messi no mantienen una relación cercana, pero sí una relación profesional, ello no es difícil dada la experiencia de ambos, pero lo que sí es difícil es intentar mantenerlo en secreto. Tras la discusión entre ambos, la directiva azulgrana apoyó al jugador y ello obviamente no gustó al entrenador asturiano, sin embargo ambos hicieron una tregua a sus problemas para no afectar al equipo, eso sí, el sentimiento de molestia de Messi hizo que esa presión la encausara a elevar su rendimiento, como si le hubiesen picado el orgullo.
El entrenador del Barcelona se mantiene en un constante hermetismo sobre el tema, justo ayer en rueda de prensa se le formularon 4 preguntas en torno a él y Messi, pero todas las esquivó, con largos suspiros, sonrisas y silencios. Luis Enrique sabe que hay un antes y un después de aquella discusión con Messi y sabe que la directiva apoyó al jugador, Luis Enrique sabe que lleva las de perder y que al menos mientras dure la temporada hacer una tregua con el jugador estrella era lo más inteligente, no solo para él mismo, sino también para el equipo.
Desde que los cuestionamientos han perseguido al entrenador, éste ha tratado de disimular la situación. Por ejemplo, a Luis Enrique se le preguntaba por qué no festejaba los goles de Leo, ahora ya los festeja todo. A Luis Enrique se le cuestionaba sobre la calidad de Messi en el terreno de juego y evitaba hablar del tema, ahora ya no tiene problemas en afirmar una y otra vez que su jugador es el mejor del mundo. Para Luis Enrique las cosas han cambiado, sabía que un mal resultado le iba a marcar mucha presión por parte de la prensa y de la afición, pero nunca imaginó que los problemas le saldrían del mismo vestuario y que la directiva no lo apoyara a él.
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