Inteligente, nadie se lo habia planteado..
Nuevo choque Draghi-Varufakis: ¿De quién son los beneficios del BCE?
Finanzas.com
El BCE gana dinero comerciando con la deuda de los estados miembros. Hasta ahí, todos de acuerdo. Otra cosa es qué se hace con esos beneficios, y en ese punto empiezan justamente los problemas,
los puntos de vista diferentes o, como en esta caso, el choque entre el
ministros de Finanzas griego, Yannis Varufakis y el presidente del BCE,
Mario Draghi.
La cuestión es que el BCE ha obtenido un beneficio con los bonos griegos de casi 2.000 millones de euros, y Varufakis ya se ha apresurado a reclamar estos fondos. Es más, ha dicho que cuenta con ellos para que el país pueda evitar el impago el mes que viene, cuando tendrá que devolver parte de un préstamo al Fondo Monetario Internacional. "Así que podríamos entregar este dinero como parte del pago al FMI", ha dicho el titular de las finanzas griegas. Claro, no es que las cosas se vayan a decidir así y Varufakis ha aclarado que esto es tan solo un ejemplo. Pero si piensa que "este es nuestro dinero, el dinero que se nos debe".
En la otra esquina del cuadrilátero se halla Mario Draghi, presidente del BCE y ex banquero de Goldman Sachs, la misma entidad que le dio un "toque creativo" a la contabilidad griega. Por tanto, sabe de bancos y sabe de números, y lo que es más importante, no tiene tan claro que deba devolver a Grecia los 2.000 millones de euros. El banquero italiano considera que es una creencia popular que el BCE tenga que devolver cualquier beneficio del Programa de Venta de Valores. Y de hecho, ha asegurado que estos beneficios son de los gobiernos. "Como cualquier otro beneficio, se ha distribuido a todos los miembros de los bancos centrales del BCE, quienes lo han transferido a sus presupuestos nacionales", apunta Draghi.
Varoufakis ha sugerido que el BCE transfiera directamente al FMI las ganancias que consigue con las obligaciones griegas que, según el ministro, corresponden a Atenas. "¿Por qué no se pondrían de acuerdo esas dos instituciones para transferirse fondos de una a otra?", dijo a Bloomberg Television.
La cuestión es que los ministros de Finanzas de la zona euro acordaron en noviembre de 2012 transferir a Grecia los beneficios del Programa de Venta de Valores siempre y cuando cumpliese con las condiciones de su programa de rescate. El martes, los mismos ministros (del Eurogrupo) dieron luz verde a un paquete de medidas que incluyen reformas en el sistema fiscal y en la lucha contra la corrupción. Ahora, está por ver que Grecia cumple en la práctica lo que ha quedado escrito en los papeles. Porque si no, no habrá dinero.
De momento, el primer obstáculo está a la vuelta de la esquina, tan pronto como en abril, cuando el Eurogrupo revise los progresos de Grecia. Y el dinero hace falta de verdad. Grecia tiene una deuda de 320.000 millones de euros, casi el doble de su Producto Interior Bruto, en manos en su mayoría por acreedores internacionales: los países de la eurozona, el FMI y el BCE, que empezó a comprar obligaciones griegas en 2010.
Atenas deberá devolver 19.000 millones de euros durante 2015. Primero llegará el FMI, que recibirá 1.600 millones de euros en marzo, y luego el BCE, al que Grecia pagará 3.500 millones de euros en julio y 3.200 millones en agosto por sus obligaciones griegas. Aquí es donde Varufakis quiere ver la mano amiga de Draghi, en los pagos que debe hacer a la institución que preside Christine Lagarde empleando los beneficios que Grecia reclama.
"No tendremos problemas respecto a la liquidez del Estado (...), pero tendremos dificultades para afrontar los vencimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ahora y los del BCE (Banco Central Europeo), en julio", ha reconocido el ministro griego.
El problema es que los socios europeos no tienen intención de prestar dinero a Atenas antes de abril, fecha en la que quieren evaluar cómo avanzan las reformas prometidas por el gobierno. El ejecutivo dispone además de poco margen para emitir obligaciones a corto plazo porque el programa de ayuda europeo limita ese recurso.
La cuestión es que el BCE ha obtenido un beneficio con los bonos griegos de casi 2.000 millones de euros, y Varufakis ya se ha apresurado a reclamar estos fondos. Es más, ha dicho que cuenta con ellos para que el país pueda evitar el impago el mes que viene, cuando tendrá que devolver parte de un préstamo al Fondo Monetario Internacional. "Así que podríamos entregar este dinero como parte del pago al FMI", ha dicho el titular de las finanzas griegas. Claro, no es que las cosas se vayan a decidir así y Varufakis ha aclarado que esto es tan solo un ejemplo. Pero si piensa que "este es nuestro dinero, el dinero que se nos debe".
En la otra esquina del cuadrilátero se halla Mario Draghi, presidente del BCE y ex banquero de Goldman Sachs, la misma entidad que le dio un "toque creativo" a la contabilidad griega. Por tanto, sabe de bancos y sabe de números, y lo que es más importante, no tiene tan claro que deba devolver a Grecia los 2.000 millones de euros. El banquero italiano considera que es una creencia popular que el BCE tenga que devolver cualquier beneficio del Programa de Venta de Valores. Y de hecho, ha asegurado que estos beneficios son de los gobiernos. "Como cualquier otro beneficio, se ha distribuido a todos los miembros de los bancos centrales del BCE, quienes lo han transferido a sus presupuestos nacionales", apunta Draghi.
Varoufakis ha sugerido que el BCE transfiera directamente al FMI las ganancias que consigue con las obligaciones griegas que, según el ministro, corresponden a Atenas. "¿Por qué no se pondrían de acuerdo esas dos instituciones para transferirse fondos de una a otra?", dijo a Bloomberg Television.
La cuestión es que los ministros de Finanzas de la zona euro acordaron en noviembre de 2012 transferir a Grecia los beneficios del Programa de Venta de Valores siempre y cuando cumpliese con las condiciones de su programa de rescate. El martes, los mismos ministros (del Eurogrupo) dieron luz verde a un paquete de medidas que incluyen reformas en el sistema fiscal y en la lucha contra la corrupción. Ahora, está por ver que Grecia cumple en la práctica lo que ha quedado escrito en los papeles. Porque si no, no habrá dinero.
De momento, el primer obstáculo está a la vuelta de la esquina, tan pronto como en abril, cuando el Eurogrupo revise los progresos de Grecia. Y el dinero hace falta de verdad. Grecia tiene una deuda de 320.000 millones de euros, casi el doble de su Producto Interior Bruto, en manos en su mayoría por acreedores internacionales: los países de la eurozona, el FMI y el BCE, que empezó a comprar obligaciones griegas en 2010.
Atenas deberá devolver 19.000 millones de euros durante 2015. Primero llegará el FMI, que recibirá 1.600 millones de euros en marzo, y luego el BCE, al que Grecia pagará 3.500 millones de euros en julio y 3.200 millones en agosto por sus obligaciones griegas. Aquí es donde Varufakis quiere ver la mano amiga de Draghi, en los pagos que debe hacer a la institución que preside Christine Lagarde empleando los beneficios que Grecia reclama.
"No tendremos problemas respecto a la liquidez del Estado (...), pero tendremos dificultades para afrontar los vencimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ahora y los del BCE (Banco Central Europeo), en julio", ha reconocido el ministro griego.
El problema es que los socios europeos no tienen intención de prestar dinero a Atenas antes de abril, fecha en la que quieren evaluar cómo avanzan las reformas prometidas por el gobierno. El ejecutivo dispone además de poco margen para emitir obligaciones a corto plazo porque el programa de ayuda europeo limita ese recurso.
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