Asturias vuelve a perder el tren de la recuperación
-
El BBVA advierte de que su menor apertura exterior limitará los efectos positivos de un menor tipo de cambio y un petróleo más barato
-
Fue la comunidad que menos creció el año pasado, según todos los paneles de expertos, y este año también estará a la cola
Oviedo. Tras dos años consecutivos (2012 y 2013) sufriendo los
efectos de la segunda recesión, la economía española inició un nuevo
ciclo a finales del pasado ejercicio. Un cambio de tendencia que se ha
reflejado en los últimos datos de crecimiento del PIB, confirmados esta
semana, con una subida del 1,4% en 2014, y, también, en las previsiones
para este año, cuando el avance podría alcanzar el 2,7%, según la
estimación de crecimiento del BBVA Research. Además, las estimaciones de
los principales centros de estudio españoles aventuran que tanto en
2014 (año del que todavía no hay datos oficiales de crecimiento por
regiones) como en 2015 todas las comunidades autónomas registrarán tasas
de crecimiento positivas aunque, eso sí, estos incrementos presentarán
fuertes variaciones en función de cada territorio. El crecimiento
esperado se reparte de forma muy distinta dependiendo de la zona
geográfica en la que se encuadre. Y los pronósticos no parecen
especialmente buenos para las regiones de la cornisa cantábrica.
Especialmente para Asturias, Cantabria y Galicia, que crecerán, tanto en
2014 como en 2015, por debajo de la media española, según las últimas
previsiones elaboradas por el departamento de análisis del BBVA. Frente a
un crecimiento del PIB español del 1,4% para 2014, y del 2,7% para el
próximo, el Principado será la región con peores perspectivas (0,7% y
2,1%, respectivamente), seguida por Cantabria (0,8% y 2,2%) y Galicia
(1% y 2,3%).
Es decir, que mientras la economía española seguirá acelerando su ritmo de crecimiento gracias al tirón de la demanda interna, nuevo motor de la recuperación en detrimento del sector exterior, la asturiana vuelve a perder el tren y se recuperará al ralentí. Como ocurrió en crisis anteriores, fruto de las particularidades de un sistema productivo con más peso del sector industrial que en el conjunto de las comunidades, que permite que el empleo no se destruya tan rápidamente y que ha venido provocando un retraso de entre tres y cinco trimestres tanto en las entradas como en las salidas de la crisis. En esta ocasión, aunque la región partía de una posición inicial más ventajosa, la corrección de los desequilibrios está siendo algo más lenta de lo esperada lo que, a juicio de los economistas del BBVA, está condicionando su recuperación.
En los primeros años de la crisis, el Principado se había mostrado comparativamente mejor debido a la menor dependencia del ladrillo, pero en 2012 y en 2013 -con sendas caídas del PIB anual del -2,1% y del -1,5%- fue una de las seis autonomías cuya economía se contrajo por encima de la media española (-1,6% y -1,2%).
En 2013, la economía regional tocó fondo afectada, sobre todo, por los recortes públicos y la caída de la construcción y la industria, así como por la desaceleración exportadora, y aunque en 2014 inició el camino de la recuperación esta está siendo más endeble que la del conjunto del país.
La reciente revisión de la Contabilidad Regional de España efectuada por el Instituto Nacional de Estadística a instancias europeas ha dejado un escenario bastante más negativo para el Principado en el periodo 2010-2013, con una caída en promedio del 2,2% frente a la estimada anteriormente del 1,3%. El nuevo Sistema Europeo de Cuentas (SEC 2010) introdujo una serie de cambios, entre los que destacan el reconocimiento como inversión tanto del gasto en investigación y desarrollo (I+D) como en armamento, la actualización de la información del Censo de Población y Viviendas y la toma en consideración, por primera vez, de actividades ilegales como la prostitución, la producción y el tráfico de drogas y el contrabando.
Un ajuste que, de cara al futuro, según los analistas del BBVA Research, terminará afectando a las posibilidades de recuperación de la demanda interna -la que, precisamente, ha permitido acelerar el crecimiento español-, lo que unido a los problemas en algunos sectores clave para la economía asturiana, genera una recuperación algo más lenta que en el promedio nacional.
Ese centro de estudios advierte, por ejemplo, de que «su menor apertura exterior y distinta especialización sectorial» hará que se beneficie en menor medida de los efectos positivos del menor tipo de cambio previsto en los próximos años y de un petróleo más barato. Así, mientras que en el conjunto de España la caída del crudo sumará hasta un punto porcentual del PIB en 2015, en Asturias se espera que la contribución de esta variable sea de apenas una décima. En cuanto al tipo de cambio euro/ dólar, el nuevo escenario supone un incremento de 0,75 puntos porcentuales en España, frente a los 0,5 puntos adicionales en la región. También las estimaciones elaboradas por Regiolab, el grupo de investigación de la Universidad de Oviedo, algo más favorables para 2014 que las del BBVA, colocan a Asturias a la cola del crecimiento.
El análisis de los principales indicadores socioeconómicos evidencia una divergencia nada despreciable de Asturias con el resto de España en magnitudes clave como la evolución del PIB, la reducción del paro, la población ocupada o la tasa de actividad. Respecto a la primera, según el Instituto Nacional de Estadística, Asturias fue la comunidad que presentó la mayor caída del PIB en 2011, 2012 y 2013, con un diferencial acumulado de 4,1 puntos respecto a la media española.
La previsión para 2014 del Centro de Predicción Económica (Ceprede), de hecho, sitúa a Asturias como la única comunidad con crecimiento negativo. El diferencial es de 2,4 puntos, lo que, sumado al acumulado en el trienio anterior, hace que el Principado presente una divergencia con la media española en el periodo 2011-2014 de -6,5 puntos. Pero no solo los datos de crecimiento auguran una recuperación algo más lenta que en el promedio nacional.
En la actualidad, la tasa de paro asturiana es del 20%, algo más de tres décimas por debajo de la media española. La último EPA situó la cifra total de desempleados de 98.400, tras una subida en el cuarto trimestre de 2014 del 2,71%, frente al 0,55% de la media nacional. De hecho, si se compara la evolución del paro en el Principado durante el periodo 2011-2014 se puede comprobar que el paro se incrementó en la región más que en el resto de comunidades durante el periodo 2011-2012 y que en 2013 y 2014 lo empezó a reducir pero más lentamente que en la media.
No menos importante es la evolución de otros indicadores como el de la producción industrial que, según el INE, se contrajo el año pasado en Asturias un 1,4%, lo que contrasta con lo que ocurrió en el conjunto del país, donde experimentó un repunte del 1,4%. En sentido contrario, cabe destacar el repunte del consumo de energía eléctrica -un 0,2%, tras el 1,5% de 2013-, de la ocupación en el sector industrial -9,7% tras la caída del 4,2% en 2013- y, de manera particular, el mayor dinamismo de las exportaciones, sobre todo, las de semimanufacturas, con un peso del 50% sobre el total y en la parte final de 2014, que según los analistas podrían ayudar a corregir el mal comportamiento del resto de sectores. Y es que, frente a lo que sucede en el conjunto del país, donde el sector exterior restó crecimiento a la economía en 2014, en la región el saldo comercial volvió a ser positivo por segundo año consecutivo. En concreto, el superávit comercial superó los 450 millones.
Es decir, que mientras la economía española seguirá acelerando su ritmo de crecimiento gracias al tirón de la demanda interna, nuevo motor de la recuperación en detrimento del sector exterior, la asturiana vuelve a perder el tren y se recuperará al ralentí. Como ocurrió en crisis anteriores, fruto de las particularidades de un sistema productivo con más peso del sector industrial que en el conjunto de las comunidades, que permite que el empleo no se destruya tan rápidamente y que ha venido provocando un retraso de entre tres y cinco trimestres tanto en las entradas como en las salidas de la crisis. En esta ocasión, aunque la región partía de una posición inicial más ventajosa, la corrección de los desequilibrios está siendo algo más lenta de lo esperada lo que, a juicio de los economistas del BBVA, está condicionando su recuperación.
En los primeros años de la crisis, el Principado se había mostrado comparativamente mejor debido a la menor dependencia del ladrillo, pero en 2012 y en 2013 -con sendas caídas del PIB anual del -2,1% y del -1,5%- fue una de las seis autonomías cuya economía se contrajo por encima de la media española (-1,6% y -1,2%).
En 2013, la economía regional tocó fondo afectada, sobre todo, por los recortes públicos y la caída de la construcción y la industria, así como por la desaceleración exportadora, y aunque en 2014 inició el camino de la recuperación esta está siendo más endeble que la del conjunto del país.
La reciente revisión de la Contabilidad Regional de España efectuada por el Instituto Nacional de Estadística a instancias europeas ha dejado un escenario bastante más negativo para el Principado en el periodo 2010-2013, con una caída en promedio del 2,2% frente a la estimada anteriormente del 1,3%. El nuevo Sistema Europeo de Cuentas (SEC 2010) introdujo una serie de cambios, entre los que destacan el reconocimiento como inversión tanto del gasto en investigación y desarrollo (I+D) como en armamento, la actualización de la información del Censo de Población y Viviendas y la toma en consideración, por primera vez, de actividades ilegales como la prostitución, la producción y el tráfico de drogas y el contrabando.
Un ajuste que, de cara al futuro, según los analistas del BBVA Research, terminará afectando a las posibilidades de recuperación de la demanda interna -la que, precisamente, ha permitido acelerar el crecimiento español-, lo que unido a los problemas en algunos sectores clave para la economía asturiana, genera una recuperación algo más lenta que en el promedio nacional.
Ese centro de estudios advierte, por ejemplo, de que «su menor apertura exterior y distinta especialización sectorial» hará que se beneficie en menor medida de los efectos positivos del menor tipo de cambio previsto en los próximos años y de un petróleo más barato. Así, mientras que en el conjunto de España la caída del crudo sumará hasta un punto porcentual del PIB en 2015, en Asturias se espera que la contribución de esta variable sea de apenas una décima. En cuanto al tipo de cambio euro/ dólar, el nuevo escenario supone un incremento de 0,75 puntos porcentuales en España, frente a los 0,5 puntos adicionales en la región. También las estimaciones elaboradas por Regiolab, el grupo de investigación de la Universidad de Oviedo, algo más favorables para 2014 que las del BBVA, colocan a Asturias a la cola del crecimiento.
El análisis de los principales indicadores socioeconómicos evidencia una divergencia nada despreciable de Asturias con el resto de España en magnitudes clave como la evolución del PIB, la reducción del paro, la población ocupada o la tasa de actividad. Respecto a la primera, según el Instituto Nacional de Estadística, Asturias fue la comunidad que presentó la mayor caída del PIB en 2011, 2012 y 2013, con un diferencial acumulado de 4,1 puntos respecto a la media española.
La previsión para 2014 del Centro de Predicción Económica (Ceprede), de hecho, sitúa a Asturias como la única comunidad con crecimiento negativo. El diferencial es de 2,4 puntos, lo que, sumado al acumulado en el trienio anterior, hace que el Principado presente una divergencia con la media española en el periodo 2011-2014 de -6,5 puntos. Pero no solo los datos de crecimiento auguran una recuperación algo más lenta que en el promedio nacional.
Se reduce la ventaja
El menor dinamismo mostrado durante estos últimos años ha ocasionado
que la región, que a inicios de la crisis mantenía un diferencial amplio
respecto al desempleo nacional, haya visto como éste disminuía
considerablemente. No hay que olvidar que hasta septiembre de 2008, ya
en plena crisis, la región estuvo liderando la creación de empleo en
términos interanuales y que la importante cartera de pedidos con la que
la industria entró en la crisis permitió que una buena parte de las
empresas de ese sector siguieran, todavía en 2009, creciendo y creando
empleo. Y es que la particular estructura económica de Asturias no solo
suaviza el ritmo de destrucción de empleo en los primeros meses e
incluso años de crisis. También permite que la caída del consumo sea
menos drástica, fruto de una transferencia de rentas muy superior a la
de otras comunidades por el elevado número de jubilados. Hay que tener
en cuenta que el Principado es la región con mayor tasa de jubilados del
país y la segunda, tras el País Vasco, con la pensión media más alta. En la actualidad, la tasa de paro asturiana es del 20%, algo más de tres décimas por debajo de la media española. La último EPA situó la cifra total de desempleados de 98.400, tras una subida en el cuarto trimestre de 2014 del 2,71%, frente al 0,55% de la media nacional. De hecho, si se compara la evolución del paro en el Principado durante el periodo 2011-2014 se puede comprobar que el paro se incrementó en la región más que en el resto de comunidades durante el periodo 2011-2012 y que en 2013 y 2014 lo empezó a reducir pero más lentamente que en la media.
Menos ocupados
La evolución de la población ocupada reproduce el mismo esquema que
el de la población parada. Asturias perdió más empleo que la media
nacional entre 2012 y 2013 y en 2014 lo aumentó en menor proporción. Lo
que no ha cambiado en estos años es la importante divergencia que
mantiene Asturias con España en tasa de actividad -la que indica qué
parte de la población se encuentra participando activamente en el
mercado de trabajo- que, incluso, se ha incrementado. La última EPA
situó la tasa de actividad asturiana en el 51,63%, frente al 59,77% del
conjunto nacional.No menos importante es la evolución de otros indicadores como el de la producción industrial que, según el INE, se contrajo el año pasado en Asturias un 1,4%, lo que contrasta con lo que ocurrió en el conjunto del país, donde experimentó un repunte del 1,4%. En sentido contrario, cabe destacar el repunte del consumo de energía eléctrica -un 0,2%, tras el 1,5% de 2013-, de la ocupación en el sector industrial -9,7% tras la caída del 4,2% en 2013- y, de manera particular, el mayor dinamismo de las exportaciones, sobre todo, las de semimanufacturas, con un peso del 50% sobre el total y en la parte final de 2014, que según los analistas podrían ayudar a corregir el mal comportamiento del resto de sectores. Y es que, frente a lo que sucede en el conjunto del país, donde el sector exterior restó crecimiento a la economía en 2014, en la región el saldo comercial volvió a ser positivo por segundo año consecutivo. En concreto, el superávit comercial superó los 450 millones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario