El tercer rescate griego pasa factura a Ángela Merkel
Juan Carlos Barrena
El tercer paquete de rescate para Grecia, aprobado este miércoles con una amplia mayoría en el Bundestag, el parlamento alemán, divide a la Unión conservadora de la canciller federal, Angela Merkel, en cuyas filas aumenta la disidencia contra los esfuerzos para mantener al país heleno en la Eurozona. Un total de 454 diputados de los 585 presentes votaron a favor de conceder a Atenas créditos de hasta 86.000 millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) hasta 2018 para relanzar la maltrecha economía griega. Tan solo 113 parlamentarios votaron 'no' y 18 se abstuvieron.
Sin embargo, al minoritario sector crítico, encabezado por el grupo parlamentario de La Izquierda, se sumaron en la votación nominal 66 miembros de la gobernante Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) con 63 votos negativos y tres abstenciones. Todos ellos mostraron abiertamente su rebeldía contra Merkel y su titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que defendió con vehemencia el nuevo rescate griego en el debate previo a la votación. Cuando el Bundestag aprobó en junio el mandato para negociar con Atenas su tercer rescate, 60 diputados de la Unión votaron en contra y otros cinco se abstuvieron. Este miércoles otros 17 parlamentarios conservadores optaron por ausentarse de la sala para ahorrar a la canciller y su fiel jefe del Tesoro un resultado mas vergonzoso. De manera cerrada a favor del rescate votaron los representantes del Partido Socialdemócrata (SPD), socio menor de la coalición de gobierno, y la oposición verde.
Merkel, que no intervino ante el plenario, y Schäuble habían tratado la jornada anterior de convencer al creciente grupo de escépticos en sus filas de la necesidad de respaldar las nuevas medidas para reactivar la economía de Grecia. El jefe del grupo parlamentario de la Unión, Volker Kauder, llegó incluso a amenazar a los rebeldes con retirarles sus responsabilidades en los gremios mas relevantes de la cámara baja alemana. El resultado de la votación refleja claramente que el descontento entre los conservadores no se ha reducido, sino que incluso ha aumentado y supone un serio revés para Merkel y, sobre todo, Kauder, cuya autoridad como líder parlamentario se ve puesta en entredicho. Schäuble, que hace pocas semanas llegó a plantear una salida temporal de Grecia de la zona del euro, afirmó ante la cámara baja que los cambios en Atenas están ahora al alcance de la mano. "Ante el hecho de que el parlamento griego a aprobado ya una gran parte de las medidas resultaría irresponsable no aprovechar la oportunidad para un nuevo comienzo en Grecia", dijo el titular de Finanzas. Aunque reconoció que no existen garantías de éxito para que Grecia sea rescatada a la tercera, afirmó que "la oportunidad está ahí, si bien depende de los propios griegos que sea aprovechada".
Wolfgang Schäuble comentó que "no resulta fácil decidir sobre un nuevo programa de ayudas a Grecia" con un gobierno en Atenas como el de Alexis Tsipras que hizo a su pueblo la promesa incumplible de permanecer en el euro sin llevar a cabo reformas. "Ahora tiene que hacer lo contrario de lo que prometió", dijo el ministro alemán. Asimismo se mostró convencido de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acabará participando en la nueva operación para salvar al país heleno y rechazó una vez mas la posibilidad de realizar una quita a la deuda helena.
Desde La Izquierda alemana, hermanada con el partido Syriza de Tsipras y que votó en contra del tercer rescate, se recordó que de los 86.000 millones de euros del nuevo paquete, 54.000 millones serán destinados al pago de deudas e intereses y 25.000 millones al rescate de bancos y ni un solo millón a las inversiones que necesita el país para animar su economía. "El dinero está mal repartido", señaló Gregor Gysi, líder parlamentario de La Izquierda, quien comentó que Schäuble sufre un conflicto de intereses, ya que, por un lado quiere que el FMI participe en el rescate, pero por otro rechaza la demanda del organismo internacional de que la deuda griega se vea ampliamente reducida mediante una condonación.
También los disidentes conservadores tuvieron oportunidad de justificar ante el plenario su rechazo al tercer rescate para Grecia. "Cuando se choca con carrerilla dos veces contra la pared habría que mirar mejor a ver si existe una puerta. Esa puerta se llama Grexit", dijo el cristianodemócrata Klaus Peter Willsch a la hora de defender la salida de Grecia del euro. Tras calificar de "regalo" las nuevas ayudas para Atenas, Willsch se mostró convencido de que Europa chocará una tercera vez contra la pared y de que Grecia no conseguirá conservar la moneda única.
No hay comentarios:
Publicar un comentario