Qué nos están diciendo los mercados en rojo
Finanzas.com
Desde Banca March analizan las consecuencias de los últimos movimientos macroeconómicos y su influencia futura
Dejamos atrás una semana convulsa para los mercados, donde la incertidumbre ha atacado por los tres frentes abiertos: la Fed, Grecia y China. Primero, hagamos un repaso breve a los antecedentes. En primer lugar, por orden cronológico, el Banco Popular de China anunció la rebaja en un 1,9% del nivel de referencia sobre el que se mueve el yuan, así como una flexibilización del tipo de cambio. Como consecuencia, el yuan se depreció, pero sus efectos también se han sentido en los mercados emergentes ya que hay que recordar que una desaceleración de la segunda economía más grande, China, pesa, y mucho, sobre los precio de las materias primas y en la balanza comercial de los afectados.
Esto nos lleva al siguiente gran movimiento de la semana: las actas de la reunión de la Fed del pasado julio. Aunque la mayoría de los oficiales ven que las condiciones para una subida de tipos "se están acercado", la cautela se mantiene, porque necesitan ver más señales de que la recuperación es estable. Sigue preocupando China y los bajos precios de crudo.
Y por último, Grecia. La semana en que la aprobación del tercer rescate a Grecia se cerraba, el hasta entonces primer ministro, Alexis Tsipras, anunciaba su dimisión y forzaba la convocatoria de elecciones anticipadas.
¿Cómo sentó a los mercados? Pues no muy bien. Según recoge Banca March en un informe, desde el anuncio de la devaluación del yuan, el Ibex-35 ha caído un 6%, el Eurostoxx 50 un 8% y el Nikkei un 6,2%. En el mercado de bonos, Estados Unidos y Alemania se han convertido en refugio ante el repunte de la desconfianza hacia la deuda pública periférica.
¿Qué debemos recoger entonces de todo esto? "Lo que se está descontando es un menor crecimiento económico del esperado a nivel mundial y estamos en un mercado muy líquido, por lo que los movimientos son muy fuertes", apuntan desde Banca March. Solo hay que analizar los últimos datos que están llegando. Desde China, las únicas señales de debilidad son las del sector exterior y el PMI manufacturero no oficial. Los datos de ventas minoristas y producción industrial mejoraron en los últimos tres meses, recuerdan. "Además, no hay que descartar nuevas medidas de estímulos monetarios y fiscales en caso de que las autoridades vean que no se va a conseguir el 7% de crecimiento", afirman.
En Estados Unidos, la probabilidad de que la Fed suba los tipos en septiembre se ha rebajado al 30% por la ausencia de inflación, las bajas subidas salariales y la caída del crudo. Los datos de consumo y en el sector inmobiliario siguen dando muestras de fortaleza, "pero la revalorización del dólar está afectando a las exportaciones", defienden
En la zona euro, la mejoría del crecimiento no es muy fuerte, pero hay que esperar que, si no se reafirma, el BCE hará un anuncio del mantenimiento del QE. "Lo que mejoraría la competitividad exterior por el debilitamiento del euro y mejoraría la demanda interna".
Así las cosas, "quizás lo más preocupante sea el mal comportamiento de la economía japonesa, que decreció en el último trimestre un 1,6%, lo que hará que el Banco de Japón mantenga los estímulos monetarios".
¿Qué recomiendan hacer? De momento, cautela pero el largo plazo parece positivo. En renta fija, creen que la huida a la calidad, es decir, la compra de bonos de países más solventes, se puede dar la vuelta y, por ende, que los bonos periféricos puedan mejorar. En renta variable, defienden que las bolsas siguen respaldas por la evolución de los resultados: en la zona euro subieron un 15% en el último trimestre frente al 8% de Estados Unidos (excluyendo el sector energético). Por ello, afirman que las acciones de la zona euros son las que mejor pueden reaccionar. Ellos, por su parte, no van a realizar movimientos significativos. "En las que están por debajo de su nivel de riesgo, lo aumentaremos ligeramente".
Esto nos lleva al siguiente gran movimiento de la semana: las actas de la reunión de la Fed del pasado julio. Aunque la mayoría de los oficiales ven que las condiciones para una subida de tipos "se están acercado", la cautela se mantiene, porque necesitan ver más señales de que la recuperación es estable. Sigue preocupando China y los bajos precios de crudo.
Y por último, Grecia. La semana en que la aprobación del tercer rescate a Grecia se cerraba, el hasta entonces primer ministro, Alexis Tsipras, anunciaba su dimisión y forzaba la convocatoria de elecciones anticipadas.
¿Cómo sentó a los mercados? Pues no muy bien. Según recoge Banca March en un informe, desde el anuncio de la devaluación del yuan, el Ibex-35 ha caído un 6%, el Eurostoxx 50 un 8% y el Nikkei un 6,2%. En el mercado de bonos, Estados Unidos y Alemania se han convertido en refugio ante el repunte de la desconfianza hacia la deuda pública periférica.
¿Qué debemos recoger entonces de todo esto? "Lo que se está descontando es un menor crecimiento económico del esperado a nivel mundial y estamos en un mercado muy líquido, por lo que los movimientos son muy fuertes", apuntan desde Banca March. Solo hay que analizar los últimos datos que están llegando. Desde China, las únicas señales de debilidad son las del sector exterior y el PMI manufacturero no oficial. Los datos de ventas minoristas y producción industrial mejoraron en los últimos tres meses, recuerdan. "Además, no hay que descartar nuevas medidas de estímulos monetarios y fiscales en caso de que las autoridades vean que no se va a conseguir el 7% de crecimiento", afirman.
En Estados Unidos, la probabilidad de que la Fed suba los tipos en septiembre se ha rebajado al 30% por la ausencia de inflación, las bajas subidas salariales y la caída del crudo. Los datos de consumo y en el sector inmobiliario siguen dando muestras de fortaleza, "pero la revalorización del dólar está afectando a las exportaciones", defienden
En la zona euro, la mejoría del crecimiento no es muy fuerte, pero hay que esperar que, si no se reafirma, el BCE hará un anuncio del mantenimiento del QE. "Lo que mejoraría la competitividad exterior por el debilitamiento del euro y mejoraría la demanda interna".
Así las cosas, "quizás lo más preocupante sea el mal comportamiento de la economía japonesa, que decreció en el último trimestre un 1,6%, lo que hará que el Banco de Japón mantenga los estímulos monetarios".
¿Qué recomiendan hacer? De momento, cautela pero el largo plazo parece positivo. En renta fija, creen que la huida a la calidad, es decir, la compra de bonos de países más solventes, se puede dar la vuelta y, por ende, que los bonos periféricos puedan mejorar. En renta variable, defienden que las bolsas siguen respaldas por la evolución de los resultados: en la zona euro subieron un 15% en el último trimestre frente al 8% de Estados Unidos (excluyendo el sector energético). Por ello, afirman que las acciones de la zona euros son las que mejor pueden reaccionar. Ellos, por su parte, no van a realizar movimientos significativos. "En las que están por debajo de su nivel de riesgo, lo aumentaremos ligeramente".
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