Joan Garriga ha fallecido este jueves a consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de moto sufrido el pasado lunes. El expiloto catalán, que tenía 52 años, había tenido varios episodios complicados a causa del consumo de drogas y los graves problemas de salud que padeció como consecuencia de ello.Campeón de España de velocidad en tres ocasiones (1984, 1986 y 1987) y en las 24 Horas de Montjuïc (de 1984 y 1986), Garriga se quedó cerca en 1988 de ganar el Mundial de motocilismo en 250 cc., donde peleó por el título con su compatriota Sito Pons.
Una vez retirado del moticlismo, la vida de Garriga se complicó y pasó por muy malas etapas. En 2003 fue condenado a dos años de prisión por tráfico de estupefacientes y tenencia ilícita de armas, aunque no entraría en prisión al lograr que le conmutaran la pena por trabajos sociales, y diez años después, sufriría dos infartos que casi acaban con su vida. En una entrevista concedida al diario Marca y que fue publicada el pasado 23 de junio, Joan volvió ademitir el consumo de droga, aunque negó que estuviera involucrado en el tráfico de estupefacientes. "Esto no acabará bien", llegó a afirmar. Del mismo modo, negó haber sido detenido una semana antes. En Jerez, y con motivo del World GP Bike Legends, el piloto catalán pudo olvidarse de todo rodando con la Ducati con la que corrió su última carrera, las 24 Horas de Montmeló.
"Sí, estoy mejor. Vamos bien, de momento", respondió Garriga cuando le preguntaron sobre sus problemas de salud y los infartos que había sufrido hacía dos años. "Si te digo la verdad, no me he hecho ninguna revisión. Si algo tengo claro es que todos nos morimos un día. Más tarde o más temprano, pero nos morimos. Igual que nacemos, hay un día que se acaba. Entonces, ¿sufrir?, ¿para qué? Me encuentro bien. Me medicaron y no me encontraba nada bien. Dije: 'no me voy a tomar nada más'. Y no me lo tomé. Me cambiaba mucho el metabolismo del cuerpo. Nunca me han gustado los medicamentos", sentenció.
Sobre lo que se había publicado de que estaba acusado de tráfico de drogas, Joan fue rotundo: "Eso es mentira. Fui a buscar el mono (el Ducados del 92), que se lo había regalado a un seguidor mío. Y no lo encontraba. Y fui a un barrio conflictivo de Barcelona, donde se vende. Fui varios días y se ve que estaban haciendo un seguimiento de alguien. Me vieron por ahí y ya está. Me engancharon por la fama que tengo. Un sambenito. Me llamaron y me llevaron. Estuve hablando dos horas con ellos y ya está. No tenía nada que ver. Pero, por ahí no van los tiros. El domingo había salido el documental en Telecinco ('La última vuelta', donde se narra su rivalidad con Sito Pons en 1988 y su vida posterior) y fueron a por mí".
¿Sólo por eso fueron a por usted?, le preguntó el redactor de Marca, a lo que Garriga contestó: "Sí. Los catalanes son así de asquerosos. Y mira que soy catalán, ¿eh? Lo digo así de claro (...) Me han jodido a saco. Meten todo el tema de la droga por el medio. No me escondo. Con esta edad... Si te quieres hacer una fiesta algún día... Consumo y punto. De eso a traficar y hacer esas cosas... por favor. Se ha llegado a decir en Barcelona que hacía tirones de bolsos. Ya es lo máximo. La gente es muy mala. Lo que pasa es que jode. Hace mucho daño. Te cierra muchas puertas. ¿Dime si no conoces a nadie que no tenga en su familia a alguien con problemas de drogas? Yo no conozco a nadie. En todas. Y yo soy un santito. Viví la época de la heroína. Aún hay niños de casa bien, que a los 45 años se levantan cada mañana en casa de los papás preguntándose qué quieren ser de mayores. Ahí está el problema".
Duras críticas a los políticos catalanes
Lo que siempre quiso dejar claro Garriga es que "es todo por lo político. Cuando me dio el infarto, salieron todos los políticos diciendo: 'Tranquilo, que te lo vamos a solucionar'. Y una mierda. No han hecho nada. El secretario de Mas, que es un imbécil, lo digo así porque es un impresentable, me prometió un piso de protección oficial y un trabajo en Vic. Tanta independencia y tanta hostia. Es penoso. Que se dejen de tonterías de banderitas y solucionen los problemas del país. Y en el mundo. Si sólo fuera en el país".
"A mí me engancharon y me quitaron todos los carnets de golpe", confesó el malogrado piloto. "Me dijeron: 'El próximo también te lo quitamos'. Entonces yo me 'enchoscaba' a 250 por la Cataluña interior. Fueron los Mossos. Tengo ganas de que se acabe todo esto. No sé cómo acabará, pero bien seguro que no. Me sabe mal por mi hija. Está hasta los cojones de tener que aguantar tonterías. Y más que lo sabe ella cómo es su padre".
¿Le está ayudando Sito Pons?, fue la última pregunta de la entrevista: "¿Sito? Los cojones. Me regaló unos calzoncillos de su hijo Axel viejos. Un día los voy a sacar a subasta. Esa es la ayuda del Sito", fue la respuesta de Joan, quien, tal y como presagió el pasado mes de junio: "esto no acabará bien".
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