El presidente del grupo Alsa, Jorge Cosmen, admite que fue engañado porFrancisco Nicolás Gómez Iglesias. Así lo atestigua su declaración ante la policía en el marco de la comisión judicial dirigida por el Juzgado número 2 de Madrid que instruye el caso Nicolay, a la que ha tenido acceso El Confidencial y que tuvo lugar el pasado agosto. Cosmen explica que justo después de comer con Nicolás en el restaurante San Miguel de Ribadeo (Lugo), al percibir el “exagerado dispositivo” de seguridad que el chico había organizado, decidió llamar a Vicepresidencia del Gobierno y a la Casa Real con el fin de confirmar si su interlocutor era realmente quien decía ser.
En concreto, el pequeño Nicolás se presentó ante Cosmen y ante las autoridades locales como un “enlace comercial entre Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real”. De hecho, tanto Cosmen como el jefe de la Policía Local de Ribadeo y el propio alcalde de la localidad, Fernando Suárez Barcia, declararon haber sido testigos de cómo uno de los miembros del equipo de seguridad de Nicolás, durante la comida, le pasó un teléfono. El joven, en voz alta, según la descripción de los presentes, se levantó de la mesa y dijo “señora vicepresidenta, dígame” poco antes de apartarse de los comensales para seguir hablando por el móvil.
Tras presenciar toda esta puesta en escena, Cosmen telefoneó a la jefa del Gabinete de la Vicepresidencia del Gobierno, María Pico, y al jefe de Comunicación de la Casa Real, Javier Ayuso, con el fin de “contrastar si Francisco Nicolás efectivamente trabajaba o colaboraba con alguno de estos organismos”. Ambos interlocutores, relata el presidente de ALSA, negaron conocer al presunto impostor. Fue después de colgar el teléfono cuando Cosmen, según su propio testimonio, decidió denunciar los hechos.
En su declaración, el empresario niega tener conocimiento del supuesto informe de seguridad nacional con expediente 66/77/2014 elaborado supuestamente por Francisco Nicolás como “representante ante el comité ejecutivo Casa Real/CNI” bajo el título 'ALSA ok sí comisión'. También califica como “mentira” la afirmación que el propio Nicolás hizo a través de un mensaje de texto a uno de sus contactos en el que aseguraba que estaba a punto de cerrar un acuerdo con él en Marbella.
El testimonio de Cosmen se produjo el mismo día en que también declararon ante la comisión judicial el propio alcalde de Ribadeo, el jefe de la Policía Local, el cocinero del restaurante, una camarera y el presidente del Club Náutico de Ribadeo, Ramón Acuña González. Todos ellos admiten haberse creído la historia del pequeño Nicolás. No en vano, el responsable del Club Náutico le gestionó cuatro plazas de aparcamiento para los cuatro vehículos de alta gama que traía la comitiva desde Madrid y le obsequió con un bote de cerámica de la Ría de Ribadeo, que habitualmente se entrega “a personas de gran relevancia"; el alcalde solicitó ir a saludar al joven; y el responsable de la Policía Local accedió a apoyar con recursos municipales el dispositivo de seguridad del pequeño
Únicamente la Guardia Civil se negó a dar gusto al joven. Tras ser requerido por el jefe de la Policía Local, el comandante del puesto accidental del instituto armado en Ribadeo rechazó poner vehículos y agentes a disposición del inusual invitado porque no habían sido solicitados “por el conducto reglamentario”.
El caso del pequeño Nicolás, destapado por El Confidencial, está siendo instruido por el Juzgado número 2 de Madrid, que investiga la causa después de que Vicepresidencia pusiera en conocimiento de la Policía la existencia de un supuesto impostor que estaba haciéndose pasar por agente del CNI y enlace entre Vicepresidencia y la Casa Real. El joven, que también organizaba fiestasen un caro chalé del centro de Madrid, ha aparecido en televisión asegurando una y otra vez que era un colaborador de los servicios secretos españoles y que éstos hacen escuchas ilegales. En las últimas semanas, además, ha presentado su candidatura al Senado.
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