Los dos Oviedos pasan revista a la Fundación Princesa de Asturias
La ciudad volverá a ser la capital de las proclamas monárquicas y de las protestas republicanas, con la reina Letizia y su compañera de pupitre Ana Taboada como protagonistas
VIERNES 23 DE OCTUBRE DE 2015
Oviedo vuelve a ser hoy la capital de las proclamas monárquicas y de las protestas republicanas: una ciudad metáfora de su tiempo. La ciudad que vio nacer a la actual reina y a su compañera de pupitre, Ana Taboada, asiste a un cambio de tercio político en toda regla, que ha afectado de lleno a las relaciones entre instituciones, con un insólito fuego cruzado desde el Ayuntamiento de Oviedo y unas agrias declaraciones tanto del director emérito de la Fundación Princesa, Graciano García, como de su actual directora, Teresa Sanjurjo. A sus espaldas, las Marchas de la Dignidad y una Plataforma Cívica de apoyo a los galardones creada para la ocasión confrontarán gritos de respaldo a sus respectivas causas en una capital tomada por cientos de policías. En el fondo subyace un debate sobre transparencia en las cuentas que la Fundación Princesa de Asturias deberá asumir, al igual que hizo en su día la propia Casa del Rey.
¿Cómo podría filmar el brillante Francis Ford Coppola la historia de estas dos ciudades que forman una sola? Habría que preguntárselo. Mientras tanto, el guion se desarrolla como sigue:
1.-- Las conferencias de los premiados están atrayendo a cientos de asturianos interesados en escuchar de cerca sus experiencias y sus conocimientos. Un éxito que se reedita cada año y que deja imágenes y momentos magníficos.
2.-- El hall del Reconquista será hoy la antesala. A las dos de la tarde se vaciará. Los invitados ser dirigirán al interior del hotel para el tradicional ágape. El menú será el de siempre y quizá esté elaborado por estudiantes en prácticas que no percibirán un solo euro por sus servicios, lo que ya provocó una sonora polémica. Habrá pequeñas cazuelitas de fabada, quesos asturianos, dulces. Estarán los de siempre. Representación de los patronos (con presencia del IBEX35 y del mercado continuo), de los jurados, de políticos veteranos (incluso ucedistas), de unos cuantos periodistas con caché nacional que se apuntan a un bombardeo y miembros del entorno monárquico más cortesano. Dirigentes de Podemos creen que la palabra casta, manoseada por Pablo Iglesias hasta la saciedad, encuentra aquí una buena imagen definitoria. ¿Quién paga todos estos gastos? La Fundación Princesa de Asturias. El ayuntamiento cree que los 350.000 euros que destina como subvención no deben emplearse en esos menesteres pero el problema es que el ayuntamiento no sabe en qué se emplean y la Fundación tampoco aporta explicaciones convincentes. Hasta ahora, ese melón no se había abierto, supiese o no a pepino. Pero los tiempos son otros. El afán de transparencia que está dictando la sociedad está sobre la mesa. Sabemos el sueldo de la reina pero desconocemos el de Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación. La luz y los taquígrafos nunca sobran.
3.-- Las Marchas de la Dignidad tienen palco reservado en la Plaza de la Escandalera. Han aprovechado la coyuntura, como ya sucediese el año pasado. Gabino de Lorenzo intentó, de nuevo, vetar la protesta basándose en una inexistente licencia de una exposición, que para el delegado también era inexistente. Un patinazo más del exalcalde de Oviedo. Una veintena de manifestantes ya han hecho noche en el consistorio tras una ardua negociación y pese a que la Junta de Gobierno había acordado impedir que las protestas tomasen el edificio. Sabemos que el ayuntamiento es de todos: que sepa el alcalde que ha abierto las puertas pero también ha dado luz verde a un precedente. La policía vigilara los movimientos de las Marchas muy de cerca.
4.-- A las puertas del Hotel Reconquista se agolpará la otra cara de la moneda. La plataforma cívica de apoyo a los premios está encabezada por Santiago González-Alverú, editor de una revista que recibió fondos económicos del anterior consistorio, ayudas que acabaron ante la fiscalía. Salvado ese obstáculo, entre los firmantes aparecen desde Caunedo a las asociaciones de taxistas o peluqueros o el presidente de la patronal de la construcción. Reivindican el valor de los premios (nadie lo duda) y critican la agresión a la que están siendo sometidos. A González-Alverú hay que reconocerle su coherencia: las ayudas públicas no tienen importancia, tampoco su destino final.
5.-- Llama la atención el tono de las declaraciones de los miembros de la Fundación Princesa, que acostumbraban a ser diplomáticas hasta hace unos días. Algunos ejemplos. Teresa Sanjurjo: "Unos se expresan gritando y otros lo hacemos trabajando". Graciano García: “A los que hablan de manifestarse contra los Premios yo les enfrento con sus verdaderas aspiraciones, que son la destrucción, el rencor, la aspiración de venganza”. Esta táctica de apagar el fuego con gasolina no era la norma. Pero los tiempos cambian.
6.-- No llama nada la atención el tono de las declaraciones de miembros del Ayuntamiento. Era lo que cabía esperar, a tenor de otros movimientos anteriores. Al fin y al cabo llevan expresándose así varios años. Desde Roberto Sánchez Ramos a Ana Taboada, pasando por Rubén Rosón: tres encendidos republicanos sin el menor atisbo de diplomacia. La diferencia es que ahora tienen los altavoces, los titulares, el protagonismo que provienen del poder de las urnas. Están legitimados por esos votos. ¿Han oscurecido las críticas de Taboada la edición de los premios de este año? Que el lector juzgue. ¿Es una barbaridad exigir transparencia en las cuentas de una Fundación auspiciada por los grandes capitales de este país? Hay que acoplarse a los tiempos, aunque las inercias son a veces un freno.
7.-- Felipe VI aprovechará su discurso para defender la unidad de España frente a las amenazas soberanistas y confiar en que la (muy) incipiente recuperación económica que tanto ha golpeado a las familias españolas: la pobreza de muchos. Ese guion lo conocemos sin estar escrito. Su discurso, que hace años era la cita anual del Heredero para sacar cabeza y crear un corpus ideológico (si es que un príncipe lo tiene o le dejan tenerlo) pondrá fin a una jornada de contrastes en una ciudad que intenta sacudirse las telarañas.
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