A los mercados lo que menos les gusta es que les cambien el escenario. Y es lo que ha hecho este miércoles la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, en el comunicado posterior a la reunión del banco central norteamerican. Aunque ha mantenido tipos, ha indicado que "sería apropiado" subir los tipos en la última reunión del año en diciembre, cuando el mercado descontaba que el inicio del endurecimiento monetario no iba a llegar hasta bien entrado 2016.
La reacción de Wall Street ha sido fulminante: los índices han abandonado las ganancias que acumulaban hasta ese momento, en torno al 0,6% para el Dow Jones, y se han venido abajo. Ahora bien, posteriormente han recuperado poco a poco ese terreno hasta alcanzar cifras superiores, en torno al 8%. La fortaleza del sector financiero, el principal beneficiado de unos tipos más altos, junto al empuje de Apple tras sus resultados, han impulsado la remontada.
El principal damnificado de este anuncio es el euro: la moneda europea cotizaba en la zona de 1,106 dólares antes del comunicado, y ha caído después hasta la zona de 1,09. También le perjudica al bono norteamericano, cuyo rendimiento se ha disparado hasta el 2,09%, con la consiguiente caída de su precio.
Y es que el mercado descontaba que el inicio de las inevitables subidas de tipos en EEUU iba a llegar en marzo tras conocerse un dato de desempleo en septiembre mucho peor de lo esperado. Con el comunicado de hoy, lasprobabilidades de una subida en diciembre se han incrementado desde el 34%hasta el 49%.
Yellen se olvida de China
Para justificar su empeño en subir los tipos este año, Yellen asegura en su comunicado de este miércoles que la economía crece "a un ritmo moderado": aunque reconoce la ralentización del empleo, asegura que "los indicadores del mercado laboral, en conjunto, muestran que se ha reducido la infrautilización de los recursos humanos desde principios de año".
Asimismo, ha eliminado una línea presente en el comunicado de la reunión de septiembre en la que decía que la economía global y los acontecimientos financieros podían restringir la actividad económica (en referencia a la crisis de China y los países emergentes). En el texto de octubre se limita a decir que la Fed está monitorizando la situación internacional.
La recuperación de los mercados, clave
Este cambio obedece a que las aguas se han calmado tras la tormenta en los mercados que provocó la devaluación de la moneda china, el yuan, en agosto, que fue la causa de que Yellen prefiriera esperar en septiembre para subir tipos. Además, la semana pasada el banco central chino volvió a bajar los tipos, lo que ha alimentado las subidas de las bolsas, junto al anuncio del presidente del BCE, Mario Draghi, de que en diciembre ampliará su programa de compra de activos en mercado (QE).
De hecho, el S&P 500 llevaba camino de lograr en octubre su mayor subida mensual de los últimos cuatro años, tras rebotar más del 11% desde los mínimos del desplome de agosto. Los sectores que más han impulsado al índice han sido los más castigados entonces, es decir, petróleo, materias primas y empresas industriales.
En la reciente Round Table organizada por Cotizalia, los expertos se mostraban divididos entre los que esperaban el inicio de las subidas de tipos este mismo año (y que añadían que no es relevante una subida de 0,25 puntos con los tipos en cero) y los que pensaban que Yellen no se atrevería para no correr el riesgo de hacer lo mismo que Jean-Claude Trichet al frente del BCE en 2008 y 2011: subir tipos para luego tener que volver a bajarlos ante la debilidad de la economía.
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