Cómo planificar la jubilación de acuerdo con el nivel salarial
Cristina Casillas
Qué hay que ahorrar para la jubilación está claro, pero no todos los productos se adaptan a las necesidades de cada trabajador. La capacidad de aportar determinará cuál elegir.
La sostenibilidad de las pensiones está cada vez más entredicho por varios factores. Por un lado, el alargamiento de la esperanza de vida, la crisis, el acceso cada vez más tardío al mercado laboral o la caída del número de cotizantes. Los países europeos comienzan a adoptar reformas para paliar esto, pero cada vez es más urgente contar con un sistema privado que complemente la pensión pública. Y hacerlo cuanto antes. Según Antonio Suárez, director de Óptima, la pensión máxima de jubilación no superará los 1.400 euros en 2020, lo que supone una reducción del 45 por ciento.
Como recuerda Isca Noguera, del departamento de consultoría de Optima Financial Planners, se va a producir un retraso en la edad de jubilación, llegando hasta los 67 años, al mismo tiempo que se va ampliar los años para el cálculo de la pensión, hasta 25 años, y el número de años cotizados para el acceso al cien por cien de la pensión. La reforma que entró en vigor en 2011 va por ese camino. Así, para aquellos trabajadores que se jubilen en 2022 el número de años que se tendrá en cuenta será de 25 años y 37 años respectivamente.
Debido a este desafío cada vez más países apuestan por compatibilizar sistemas privados y públicos. Miguel Menéndez, director de previsión social de Mercer, señala que el nivel de sostenimiento básico cae al 80 por ciento tras la jubilación, pero que «se irá reduciendo hasta alcanzar el 60 por ciento». Sin embargo, ahorrar para el retiro se antoja complicado teniendo en cuenta que el salario más frecuente entre quienes trabajan en España es de 15.500 euros y que el salario medio se situó en 22.697 euros correspondiente a 2013, últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Menéndez cree que una alternativa para solventar estas dificultades pueden ser los planes de previsión social empresarial, las aportaciones que realiza a toda la plantilla por parte de la empresa y que cuentan con las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones, ya que reducen la base imponible. Menéndez destaca, además, que permiten abaratar los costes de los productos. En este sentido, la mediana sería una aportación de entre el 3-4 por ciento de salario. Para directivos, la mejor opción sería las pólizas colectivas de vida, que permiten, por ejemplo, incorporar el bonus de la alta dirección en estos productos, reduciendo también su base imponible.
Y aunque cada vez más las empresas incorporan los planes de pensiones como un incentivo a la hora de captar talento, todavía no es una práctica muy extendida. Así, para cubrir nuestras necesidades a la hora de jubilarnos existen varias alternativas que se adaptan a nuestro nivel salarial.
Para rentas bajas
Maite Lázaro, directora técnica de ahorro-previsión de Optima Financial Planners, recomienda comenzar cuanto antes a preparar la jubilación. Para un trabajador joven, que comienza su carrera profesional, la mejor alternativa es apostar por productos de ahorro que sean muy flexibles en cuanto a los límites de aportación. «Tienen que adaptarse a nuestras circunstancias personales permitiendo aportar cantidades pequeñas desde 50 euros al mes hasta mayores, sin que haya límites tanto por arriba como por abajo y, que además, ofrezcan rentabilidad». En este sentido, Lázaro recomienda los seguros de ahorro. De hecho, según explica la patronal de las aseguradoras, Unespa, estos productos sirven de hucha y gozan de la ventaja de estar protegidos por lo que son la mejor opción para rentas medias-bajas. Desde Mutua Madrileña explican que se trata de «productos hucha, de acumulación, con lo que conlleva dos ventajas clave: la primera, una mejor tributación, ya que los seguros de ahorro no pagan impuestos por el capital hasta el rescate y, en segundo lugar, la rentabilidad que ofrecen y, que en caso del Plan de Vida Ahorro de Mutua Madrileña es del 1,25 por ciento». Otro aspecto diferencial de los seguros de ahorro frente a los depósitos es que incluyen una cobertura por la que en caso de fallecimiento, los beneficiarios recibirán, además del ahorro existente en ese momento, un capital determinado (de entre 500 y 1.200 euros en el caso de Plan Ahorro Plus).
Otra alternativa son los llamados Ahorro 5, como recuerda Lázaro. «Tanto los SIALP o CIALP (llamados así dependiendo si quién lo comercializa es una aseguradora o una entidad financiera) permiten ahorrar a corto-medio plazo y el límite máximo es de 5.000 euros, además, cuentan con la ventaja de que los rendimientos están exentos del pago de impuestos». En cuanto a la forma de ahorrar, se puede empezar con aportaciones de 50-100 euros mensuales e ir incrementándolas un 2 por ciento anualmente.
Rentas medias
Los planes individuales de ahorros sistemático (PIAS) gozan de gran atractivo, en opinión de Lázaro. El límite máximo de las aportaciones se equipara con planes de pensiones, en 8.000 euros, pero es la fiscalidad si se rescatan en forma de renta vitalicia a los 10 años lo que le añaden interés, ya que esa renta mensual está exenta de tributar dependiendo de la edad del asegurado, llegando a gozar de una exención de hasta el 92 por ciento. La liquidez es otro factor fundamental a tener en cuenta y, en el caso concreto de los PIAS, permite a un trabajador acceder a su fondo acumulado una vez transcurrido un año desde su contratación, lo que le dota de gran flexibilidad a la hora de afrontar contingencias como puede ser un despido.
Rentas altas
Uno de los cambios que ha traído la reforma fiscal ha sido limitar las aportaciones máximas a planes de pensiones y planes de previsión asegurados (PPA) a 8.000 euros desde los 12.500 euros, así como el límite máximo deducible, aún así consideran que se trata del mejor producto para obtener rentas una vez llegada la jubilación para las rentas altas porque permiten reducir la base imponible, como recuerda Lázaro.
Carlos Herrera, miembro del Comité de Servicios a Asociados de EFPA, es de la opinión de que cualquier trabajador puede abrir un plan de pensiones, determinando la edad y el grado de aversión al riesgo del producto. «Aportar 50-100 euros mensuales nos permite crear, además, una cultura de ahorro». En cuanto a las rentas altas, con capacidad para aportar más allá de los límites establecidos, la mejor opción es la diversificación. «Las rentas altas y grandes patrimonios tienen que contar con un plan de pensiones, pero también con un PIA o un PPA y con un producto que les dé liquidez a corto plazo», concluye Herrera.
Carlos Herrera, miembro del Comité de Servicios a Asociados de EFPA, es de la opinión de que cualquier trabajador puede abrir un plan de pensiones, determinando la edad y el grado de aversión al riesgo del producto. «Aportar 50-100 euros mensuales nos permite crear, además, una cultura de ahorro». En cuanto a las rentas altas, con capacidad para aportar más allá de los límites establecidos, la mejor opción es la diversificación. «Las rentas altas y grandes patrimonios tienen que contar con un plan de pensiones, pero también con un PIA o un PPA y con un producto que les dé liquidez a corto plazo», concluye Herrera.
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