Bancos europeos: El problema es la rentabilidad, no la solvencia
Yann Goffinet
Las acciones de bancos europeos se han estado comportando peor que el conjunto del mercado de acciones europeas, como los bancos estadounidenses respecto al mercado estadounidense, lo que sugiere que no hay un problema específico de bancos europeos. De hecho ha habido liquidación en los mercados de acciones con la caída de los precios del petróleo,desaceleración del crecimiento de China y menguante habilidad de los bancos centrales para apuntalar el crecimiento. Ello, combinado con un dólar hasta hace poco fuerte ha aumentado los temores de que la Reserva Federal haya ajustado demasiado pronto su política monetaria y que la economía de EEUU pueda caer en recesión. De manera que las acciones de los bancos parecen sufrir más la agitación de los mercados y temores sobre la economía global que una causa específica o sistémica.
Efectivamente, los bancos se enfrentan a una cuestión de rentabilidad, pero no a un problema de liquidez o solvencia, al menos todavía, pues, a diferencia de 2007-08, no hay una cuestión sistémica. Los ratios de solvencia de bancos europeos aumentaron 0,2% el último trimestre hasta 12,2%, muy por encima de niveles de 2007-08. Además la liquidez es abundante, con acceso ilimitado a operaciones de refinanciación a largo plazo del BCE y liquidez disponible en dólares. Si ha aumentado la rentabilidad a vencimiento en algunas emisiones de deuda bancarias TIER 1, con considerable ampliación del precio de cobertura del riesgo de crédito mediante Default Swaps (CDS). Por otra parte hay preocupación respecto a los bancos italianos (sobre todo por impagos de préstamos) y Deutsche Bank. Sin embargo los bancos italianos no se enfrentan a problemas de solvencia (con la posible excepción de Banca Monte dei Paschi di Siena) ni tampoco Deutsche Bank (aunque si a fuertes presiones de rentabilidad).
El caso es que el sector bancario es vulnerable a las preocupaciones sobre la economía global, especialmente los riesgos deflacionistas, pues el valor real de su deuda aumenta con una inflación negativa. De hecho hay correlación en la Euro Zona entre expectativas de inflación y comportamiento de sus bancos. Además el sector bancario es sensible a las épocas de agitación, al tratarse de entidades muy apalancadas (recursos propios sobre activos totales a menudo menores de 5% en Europa y ligeramente más en EEUU) y amplia exposición a sectores y zonas geográficas, petróleo y gas, materias primas y mercados emergentes.
Además las pérdidas derivadas de préstamos al sector de energía implican que el ciclo de crédito global se desacelera tras una tendencia positiva desde el final de la crisis financiera de 2007-08.Algunas pérdidas se han hecho efectivas el último trimestre, en la mayoría de casos de bancos de EEUU y algunos europeos (como UBS), con previsión de más pérdidas si los precios de materias primas y petróleo siguen bajos. El nivel de pérdidas dependerá de cuánto bajen y cuánto tiempo. Sin embargo las pérdidas pueden ser graduales, repartidas en varios trimestres, de manera muy diferente a 2007-08, cuando la valoración a mercado en contabilidad de los bancos generó pérdidas inmediatas.
A ello se añade que el entorno de bajos tipos de interés reduce los márgenes netos y beneficios de los bancos. A principios de marzo BCE puede recortar aún más su tipo de interés negativo de depósitos bancarios, probablemente en menos 0,1%, hasta menos 0,4%. Al respecto una reducción de 0,2% puede penalizar los beneficios de los bancos europeos alrededor de 5%. Por su parte en EEUU los inversores esperaban hace semanas hasta cuatro aumentos de tipos de interés de la Reserva Federal este año, con la correspondiente mejora de márgenes de sus bancos. Ahora esperan un ritmo más lento y menores beneficios para los bancos. Esto, junto con la decisión del Banco de Japón de finales de enero de ofrecer tipo negativos a los depósitos de los bancos, genera la preocupación de que estos tipos negativos se generalicen más tiempo, cuestionando el límite inferior para bancos europeos y norteamericanos. Además con las caídas de valor en mercados de renta fija y acciones los ingresos de los bancos de inversión pueden reducirse a ambos lados del Atlántico y el negocio de gestión de activos también puede ser menor.
Así que para que las acciones bancarias se recuperen significativamente las preocupaciones deben reducirse -especialmente los riesgos deflacionarios de un fuerte debilitamiento del yuan chino-. Mientras el sector puede encontrar dificultades. Las condiciones actuales favorecen a las entidades no bancarias con balances no demasiado vulnerables a una reducción de ingresos. Entre bancos los domésticos con poca exposición al mercado global se pueden comportar mejor. Además las compañías de seguros presentan generalmente menos riesgo, con balances fuertes y buena capacidad de pago de dividendos, especialmente en no-vida.
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