miércoles, 10 de febrero de 2016

Manualilos de Inversión ( 1 )

"Los clientes están bastante tranquilos. De hecho, la pregunta que más nos hacen es si hemos alcanzado ya niveles de compra, es decir, si ya es momento de entrar en el mercado", asegura Daniel Lacalle, director de inversiones deTressis y colaborador de Cotizalia. El Ibex acumula un desplome del 16,94% en lo que va de 2016, lo que supone una caída del 33,3% desde sus máximos de abril del año pasado, casi en 12.000 puntos; el martes cerró en 7.927,6 puntos. Un desplome de tal magnitud hace que mucha gente piense que es difícil que la caída continúe y que, en consecuencia, ha llegado el momento de comprar.
De hecho, esta posición se ve alimentada por la mayoría de analistas, gestores de fondos y bancos de inversión, que ahora recomiendan aprovechar los "bajísimos precios" para comprar... al igual que hicieron en las caídas de agosto, septiembre y diciembre. Lo cierto es que es imposible saber la respuesta, puesto que nadie tiene la bola de cristal. Y aunque hay factores para pensar en una subida -desde luego, para un rebote a corto plazo-, también hay muchos elementos que invitan a mantener la cautela, al menos hasta tener un panorama más despejado.

El mercado está exagerando... ¿Seguro?

Desde el punto de vista fundamental, los expertos insisten en que el mercado está sobrerreaccionando porque no nos encontramos ante un escenario como el del último 'crash' bursátil (El Confidencial ha destacado las semejanzas y diferencias con 2008): ahora no existe una burbuja de activos en diferentes partes del mundo, ni un exceso generalizado de crédito, ni una concentración del riesgo en la banca. Lo que tenemos es una crisis económica en China que afecta a las materias primas, al ciclo económico global y a las divisas a través del yuan, sumado al agotamiento de la política monetaria y a un exceso de deuda pública en el mundo. Estos factores provocan que el gran temor del mercado en estos momentos, que explica en gran parte su desplome, sea ladeflación.
Los presidente del BCE y la Reserva Federal, Mario Draghi y Janet Yellen. (Reuters)
Los presidente del BCE y la Reserva Federal, Mario Draghi y Janet Yellen. (Reuters)
¿Y ese temor es suficiente para justificar estas caídas? Pues depende. Los datos económicos, sobre todo en EEUU, empiezan a ser preocupantes. Y el principal peligro es la impotencia de los bancos centrales (o incluso los efectos contraproducentes de una subida de tipos en EEUU si su economía se contrae) para contrarrestar ese escenario de deflación, explica Daniel Suárez, gestor del fondo Gestión del Ciclo de Gesiuris. Ahora bien, a su juicio "lo que aconteció en los meses de septiembre y octubre de 2008 es la excepción, no la regla" y "el riesgo de una implosión del sistema financiero global es un evento mucho menos frecuente". Pero no imposible: Deutsche Bank que ha encendido todas las alarmas.
Tampoco hay que olvidar el 'hecho diferencial' español, es decir, la situación política, que ayuda a que los 'hedge funds' se estén cebando con nuestro país. Si efectivamente estamos ante una sobrerreacción, y la caída de la bolsa no anticipa una recesión, los precedentes indican que debería subir con mucha fuerza posteriormente: desde 1939, las correcciones superiores al 10% del S&P 500 que no han anunciado una recesión (la caída media ha sido del 19,4%) han dado paso a subidas del 79,6% en los siguientes cinco años (ver tabla adjunta).

La bolsa está barata, si no caen los beneficios

El otro gran argumento alcista es el de las valoraciones, es decir, que la bolsa está extremadamente barata y es una oportunidad clara de compra (algunos dicen incluso que de las que se ven solo una vez en cada generación). De hecho, el EuroStoxx 50 descuenta una caída de los beneficios empresariales del -5% como media en los próximos siete años.
Pero puede resultar que algo así no sea tan descabellado viendo la mala evolución de algunos sectores y, sobre todo, sus malas perspectivas de futuro; y no solo hablamos de los productores de materias primas, sino sobre todo del grupo más importante del mercado, la banca. Por otro lado, en el terreno nacional, el Ibex cotiza tras el desplome con un PER (relación entre las cotizaciones y los beneficios empresariales) de 16,35 veces, lo cual no se puede calificar precisamente de barato.

Sentimiento alcista, pero los gráficos son bajistas

Desde el punto de vista técnico, también hay argumentos para recomendar comprar ahora: el sentimiento del mercado es extremadamente negativo (el VIX, el llamado índice del miedo, está casi en niveles de 30 puntos, lo que históricamente es una señal alcista) y los medios de comunicación abren a diario con noticias sobre el pánico bursátil. Como decía el barón de Rothschild, hay que comprar cuando la sangre corre por las calles. Es lo que se conoce como teoría de la opinión contraria, que dice que las lecturas extremas de pesimismo son alcistas. Al mismo tiempo, los 'insiders' (los altos cargos de las empresas, los que mejor las conocen) están comprando acciones a manos llenas.
Dicho esto, los gráficos -la base del análisis técnico- no dan ningún argumento para el optimismo de momento, sino todo lo contrario. Los principales índices presentan una clara tendencia bajista con máximos y mínimos decrecientes; en el caso del Ibex, desde que perdió los 10.000 puntos en diciembre. Y no solo eso, sino que esta semana ha perforado el soporte de 8.200-8.300 en que había rebotado un par de veces este año, lo que implica que lo más probable es que siga bajando (seguramente, después de un rebote a corto plazo que puede ser bastante fuerte). No hay ninguna figura de vuelta ni indicador que apunte a un suelo, y el siguiente nivel fiable está en la zona de 7.500 puntos.
Por tanto, aunque es posible que el mercado esté exagerando y que estemos ante una oportunidad de compra, las grandes incertidumbres actuales y la situación técnica hacen aconsejable esperar, puesto que el riesgo de entrar ahora en el mercado es altísimo. Si finalmente los índices han hecho suelo, la subida debería ser lo suficientemente importante para que no tenga demasiada importancia comprar en el mínimo o un poco más arriba (acertar con los suelos es lo más difícil en el mercado). Como decía ese gran especulador bursátil que era John Maynard Keynes, "el mercado puede mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu dinero".

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