La muerte de Hugo Suárez abre el debate sobre los controles médicos a deportistas
Los doctores aseguran que la mayoría de los casos se detectan con un electrocardiograma // Varios futbolistas explican que las pruebas para conseguir la licencia federativa son ridículas
MARTES 15 DE MARZO DE 2016
El fútbol asturiano se vestía de luto el pasado domingo tras el triste fallecimiento de Hugo Suárez. El joven jugador de 28 años murió supuestamente por un paro cardíaco mientras disputaba un partido de Primera Regional y su caso ha vuelto a traer a primera línea de actualidad el debate sobre los controles médicos que pasan los futbolistas y la conveniencia o no de aumentar el número de pruebas para reducir el riesgo a la mínima expresión. Existen argumentos para todos los gustos y los médicos destacan la dificultad de diagnosticar este tipo de enfermedades, ya que las causas que las provocan son dispares. Por otro lado, varios futbolistas del Principado explican que las pruebas que tienen que pasar para conseguir la licencia federativa son ridículas, por lo que exigen que se intensifiquen los controles.
El tremendo impacto que tuvo la fatídica noticia ha provocado que varios futbolistas denuncien que el control médico que deben pasar para poder llevar a cabo su actividad deportiva es insuficiente. Eso no quiere decir que el fallecimiento de Hugo se hubiese podido evitar, ya que cada caso es único y deberán ser los médicos los que certifiquen el motivo de la muerte. A pesar de ello, los deportistas consideran que el examen facultativo no es tan exhaustivo o riguroso como debiera y eso produce intranquilidad en el entorno futbolístico. Según aseguran, el control consiste en una prueba bianual en la que el médico valora parámetros de salud mínimos, como el peso y la estatura, y realiza una ligera prueba de resistencia (movilidad con abdominales y sentadillas). Los futbolistas afirman que es muy complicado no ser no apto.
“Los controles médicos que se realizan deberían ser más estrictos, sobre todo en las pruebas de esfuerzo, y no tener el listón tan bajo a la hora de superar el examen”, explica Tomás García Aguiar, futbolista del Arguero. “También debería ser obligatorio tener un desfibrilador en todos los campos de fútbol, no sólo por este caso concreto, sino recordando que además existen otros precedentes. Es muy injusto que pasen cosas así y podrían ser evitables con esta medida sencilla”, añade. El segundo entrenador de un equipo asturiano, que prefiere no dar su nombre, asegura que solo existen desfibriladores en los campos de Tercera División y categorías superiores, mientras que entre el resto la Federación los reparte por sorteo. Cada aparato de estos cuesta aproximadamente 800 euros.
Un pensamiento similar al de Tomás es el de Javier Gómez, futbolista del Manuel Rubio de Primera Regional. “Los controles médicos de la Federación deberían ser mucho más duros, cualquiera está en disposición de poder jugar y puede suponer un peligro para su vida. Hay que tratar de regular esto de la mejor manera posible y así poder evitar más casos”, concluye.
Todos los deportistas consultados por este periódico coinciden en sus razonamientos, por lo que podría deducirse que el sentir es generalizado. Borja Álvarez Silva, jugador del Colegio La Asunción de Segunda Regional, sostiene idéntica opinión respecto a la insuficiencia del examen médico.” Lo puede pasar cualquiera, no es nada riguroso y apenas dura unos pocos minutos”, explica. También mantiene el mismo argumento Pablo Caso, que milita en el Racing de la Guía de Primera Regional. “No sirve absolutamente de nada que te midan y te pesen, el reconocimiento médico es de lo más simple”, señala.
Pero no solamente los jugadores manifiestan esa preocupación. También la comparten algunos directivos y entrenadores del fútbol base. “Claro que se podrían tomar medidas para hacer chequeos médicos más estrictos. Siempre se puede ser más riguroso”, añade un entrenador. Otro técnico sostiene que la revisiones son susceptibles de ser mejoradas aunque es difícil “precisar en qué medida pueden contribuir a rebajar los riesgos cardiovasculares”, añade.
Opiniones médicas
Más discrepancias existen en las opiniones de los doctores. Ante la muerte de una persona joven como Hugo, la sociedad tiende a hacerse preguntas. Cesar Morís, jefe del departamento de cardiología del HUCA, reconoce la dificultad de identificar estos trastornos en deportistas. “Cuando suceden noticias tan trágicas como estas es normal que se pidan responsabilidades, pero la incidencia de este tipo de sucesos es bajísima. ¿Que podrían realizarse electrocardiogramas?, quizá sí, pero es que incluso podría no aparecer incidencia alguna en el análisis. A veces, cuando se producen patologías coronarias es un tema que entraña una gran complejidad”, explica.
El doctor Morís va más allá y añade otro punto al debate. Afirma que cuando se toma la decisión de privar a un deportista de realizar deporte, también es una decisión que puede causar problemas. “Hay que actuar con seguridad y convencimiento. No puedes privar a un deportista, sano y joven, de hacer ejercicio si no estás del todo seguro de que existe una alteración que puede generar problemas” añade. Morís no cree que exista poca prevención a la hora de realizar controles médicos a los deportistas. “Por supuesto que es una tragedia fatal la muerte de un chico de 28 años, pero son sucesos muy aislados e independientes. No creo que sea cuestión de falta de medios sino también que muchas veces la llegada de la muerte es impredecible hasta para la medicina”, concluye. Prueba de ello son casos como el de Jarque o Puerta, futbolistas de primer nivel que habían pasado todo tipo de controles y a los que aun así no se les detectó ningún problema.
Por su parte, Miguel Enrique del Valle Soto, delegado del rector de la Universidad de Oviedo de Deporte y Salud y profesor de la facultad de Medicina, recuerda que para estar federado en una disciplina deportiva es necesario pasar un reconocimiento médico. No entra a valorar los que pasa la Federación porque lo desconoce. En su opinión, y aunque reconoce la dificultad para diagnosticar estas enfermedades, señala que las pruebas deberían ser de tres tipos. El análisis de la historia clínica, una exploración cardiovascular y un electrocardiograma en reposo. Con estas tres pruebas, podría detectarse hasta el 95% de los casos. Si ahí se detecta alguna anomalía, podrían realizarse otras, como una prueba de esfuerzo monitorizada o una ecografía.
El profesor asegura que la muerte súbita puede producirse por motivos muy difíciles de detectar, y cita como dos ejemplos las malformaciones coronarias y las aneurismas. En su opinión, "los médicos tenemos que intentar trabajar al máximo la prevención" con el objetivo de reducir al mínimo este tipo de casos.
También destaca la dificultad para detectar este tipo de enfermedades el genetista Eliecer Coto. Asegura que los cardiólogos son los que mejor pueden hablar de este tema, ya que su especialidad es en los casos en los que el origen es genético. En este tipo de situaciones, señala que es muy difícil de detectar cuando no existen antecedentes familiares. Además, asegura que hay casos en los que no puede hacerse nada en materia de prevención porque son casos muy heterogéneos y son muchas las enfermedades que pueden causar la muerte súbita. Eso sí, reconoce que, en la mayor parte de los casos, un electrocardiograma puede servir para detectar si existe algún tipo de alteración.
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