sábado, 19 de marzo de 2016

Los movimientos de SuperMario...

¿Dónde nos permitirá Draghi echar la caña?

 Thomas Herbertmprimir
El BCE dejó clara tras su última reunión su intención de hacer "lo que sea necesario" para reactivar la economía de la Eurozona. El organismo que preside Mario Draghi cumplió, y con creces, a la hora de calmar a los mercados financieros, ofreciendo incluso más de lo que se había esperado durante las apuestas previas.
En concreto, el banco central decidió rebajar los tipos de interés principales, lanzar una nueva oleada de TLTRO y expandir su programa de flexibilización cuantitativa, tanto en volumen como sumando los bonos corporativos a la lista de activos incluidos. Además, Draghi indicó, como ya hizo en diciembre, que cuenta con más herramientas en caso de que sea necesaria una mayor intervención.
La más interesante de estas decisiones, y probablemente la menos esperada, fue precisamente la inclusión de la deuda corporativa en el programa de compra de activos. Si este paso realmente ayuda a contrarrestar el aumento de la volatilidad en los mercados y consigue una relajación de las condiciones de financiación, dará como resultadoun incremento de la visibilidad y la confianza para las compañías de la Eurozona. Esto se suma a la seguridad en la promesa de que el BCE todavía está al frente, controlando la situación, y será capaz de repeler cualquier acontecimiento deflacionario como las claves para una mejora en el gasto en inversión y en el crecimiento de la economía.
Aunque no es probable que estas medidas vayan a contribuir directamente a la recuperación, la mejora de las condiciones financieras, la estabilización de los mercados y el apoyo a la confianza de las empresas, consumidores e inversores al menos debería servir como un fundamento decente para que la actividad económica real experimente una mejora en los próximos trimestres.
En este entorno, los principales beneficiarios de estos estímulos son los bonos soberanos periféricos y high yield. El incremento del volumen del programa de compra de activos debería apoyar el estrechamiento de los diferenciales entre los mercados periféricos y los países centrales, al menos durante los próximos meses.
Por su parte, el mercado high yield europeo debería beneficiarse de la extensión de las compras del BCE a grado de inversión, que empujará a los inversores más abajo en la curva de calificación en su búsqueda de rentabilidad. Asimismo, apoyar el préstamo bancario y las condiciones de crédito debería en última instancia ayudar a mantener las tasas de impago en jaque y proporcionar apoyo fundamental a las valoraciones high yield. Por último, pero no por ello menos importante, no podemos olvidar la muy atractiva rentabilidad del 6% a nivel de índice europeo.
En cuanto a la renta variable, hemos mantenido mucho tiempo la visión de que la reciente volatilidad no está justificada por la actividad económica global. Los mercados han recuperado la mayoría de sus pérdidas y la rotación del sector ha comenzado a producirse. Antes de volver a invertir significativamente en los mercados de renta variable, sin embargo, necesitamos alguna evidencia más de que los beneficios por acción se están girando al alza gracias a unos mejores datos macroeconómicos. Todavía no estamos en ese punto...

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