China se plantea la tasa Tobin que Europa lleva aplazando cuatro años
La medida se contempla en Pekín como una medida de contención ante la especulación desatada en torno al renminbi tras su abrupta irrupción en el mercado global de divisas.
Bandera de China
José M. Del Puerto / 16-03-2016 • 09:46
China está determinada a frenar laespeculación con su moneda ahora que ha conseguido introducirla de lleno en el circuito financiero internacional. Un objetivo para el que Pekín parece haber encontrado la mejor vía en el establecimiento de la polémica tasa Tobin, la misma que los países de la Unión Europea llevan posponiendo cuatro años.
Las autoridades del ‘Gigante Asiático’ ya dejaron entrever esta posibilidad cuando en la recta final del pasado ejercicio se logró la inclusión del yuan en la exclusiva cesta internacional de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, parece ser que ahora el proyecto ya estaría en negro sobre blanco a la única espera de la necesaria ratificación por parte de las autoridades financieras del país, según ha publicado la agencia Bloomberg.
A tenor de la celeridad con que se adoptan y ponen en práctica las decisiones monetarias en China, el suave cepo cambiario para el yuan podría ser realidad en el más corto plazo. Una rapidez que contrasta con los problemas que la implantación de la tasa Tobin ha generado en Europa, donde se habló por primera vez de ella en el año 2011 con el objetivo de que comenzase a gravar ciertas operaciones en determinados mercados a partir del siguiente ejercicio. El año 2016 está a punto de culminar su primer trimestre y en el Viejo Continente no se espera la entrada en vigor de esta tasa a las transacciones financieras.
En todo caso, siempre según la agencia de información financiera, China se habría inclinado por un modelo de impuesto suave y limitado a las operaciones del mercado de divisas, lo que coincide con la esencia del gravamen propuesto por el economista James Tobin, ganador del Nobel en 1981, que abogaba por este mecanismo para mitigar la volatilidad de un mercado forex sin tasas de cambio fijas una vez roto los acuerdos de Bretton Woods en esta materia.
A pesar de la teoría desarrollada por el experto financiero fallecido en el año 2002, lo cierto es que en los países donde esta medida se ha aplicado para frenar la especulación ha resultado insuficiente, tanto en términos recaudatorios como en lo que se refiere a su efecto amortiguador sobre la volatilidad, ya que con frecuencia son los pequeños inversores los que primero dejan de negociar en un mercado para el que se fija un impuesto que en otros países vecinos no se contempla.
Estas experiencias hasta cierto punto fallidas son, junto con la disparidad de criterio en torno a la tasa específica del gravamen así como al ámbito de operaciones que debiera afectar son las que han frenado hasta la fecha su aplicación uniforme en Europa. Al menos, en los países que desde un primer momento se mostraron partidarios de su implementación.
Las autoridades del ‘Gigante Asiático’ ya dejaron entrever esta posibilidad cuando en la recta final del pasado ejercicio se logró la inclusión del yuan en la exclusiva cesta internacional de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, parece ser que ahora el proyecto ya estaría en negro sobre blanco a la única espera de la necesaria ratificación por parte de las autoridades financieras del país, según ha publicado la agencia Bloomberg.
A tenor de la celeridad con que se adoptan y ponen en práctica las decisiones monetarias en China, el suave cepo cambiario para el yuan podría ser realidad en el más corto plazo. Una rapidez que contrasta con los problemas que la implantación de la tasa Tobin ha generado en Europa, donde se habló por primera vez de ella en el año 2011 con el objetivo de que comenzase a gravar ciertas operaciones en determinados mercados a partir del siguiente ejercicio. El año 2016 está a punto de culminar su primer trimestre y en el Viejo Continente no se espera la entrada en vigor de esta tasa a las transacciones financieras.
En todo caso, siempre según la agencia de información financiera, China se habría inclinado por un modelo de impuesto suave y limitado a las operaciones del mercado de divisas, lo que coincide con la esencia del gravamen propuesto por el economista James Tobin, ganador del Nobel en 1981, que abogaba por este mecanismo para mitigar la volatilidad de un mercado forex sin tasas de cambio fijas una vez roto los acuerdos de Bretton Woods en esta materia.
A pesar de la teoría desarrollada por el experto financiero fallecido en el año 2002, lo cierto es que en los países donde esta medida se ha aplicado para frenar la especulación ha resultado insuficiente, tanto en términos recaudatorios como en lo que se refiere a su efecto amortiguador sobre la volatilidad, ya que con frecuencia son los pequeños inversores los que primero dejan de negociar en un mercado para el que se fija un impuesto que en otros países vecinos no se contempla.
Estas experiencias hasta cierto punto fallidas son, junto con la disparidad de criterio en torno a la tasa específica del gravamen así como al ámbito de operaciones que debiera afectar son las que han frenado hasta la fecha su aplicación uniforme en Europa. Al menos, en los países que desde un primer momento se mostraron partidarios de su implementación.
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