Bruselas extiende su ‘guerra’ contra el dinero en efectivo a las monedas digitales
El año pasado, el presidente del BCE, Mario Draghi, ya había aconsejado que no se promoviese el uno de monedas virtuales.
Comisión Europea
Luis Suárez / 01-02-2017 • 08:16
La guerra abierta que mantiene la Comisión Europea para limitar el uso del dinero en efectivo, al que se acusa de servir para financiar actividades ilícitas como el terrorismo, podría acabar afectando también a los pagos realizados con monedas digitales.
En un informe de ‘evaluación de impacto’, los autores defienden que “las posibles restricciones a los pagos en efectivo serían un medio para combatir las actividades delictivas que entrañan grandes transacciones por parte de las redes de delincuencia organizada”. Además, “dificultaría el funcionamiento de las redes terroristas” y tendría un “efecto preventivo”.
Pero Bruselas podría ir mucho más allá del dinero físico. “Teniendo en cuenta el desarrollo de las criptomonedas y la existencia de otros medios de pago que aseguran el anonimato, una opción podría ser extender las restricciones a los pagos en efectivo a todos los pagos que aseguren el anonimato”, señalan los autores.
La Comisión Europea considera además que, “por otro lado, las restricciones a los pagos en efectivo podrían promover el desarrollo de tecnologías de pagos alternativos compatibles con el objetivo perseguido de no anonimato”.
No es la primera vez que las autoridades europeas muestran su preocupación por las criptomonedas como el bitcoin, ante las sospechas de que puedan usarse para actividades ilícitas. Tal y como ya publicó el diario ElBoletin.com, el propio presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha entrado en el debate pidiendo, por un lado, a la Unión Europea que las monedas virtuales no sean consideradas como ‘verdaderas’ monedas al tiempo; y, por el otro, alertando de su posible uso para actividades ilícitas como el blanqueo de dinero o la financiación del terrorismo.
Draghi advertía de que los cuerpos legislativos de la Unión deben tener cuidado de “no dar la impresión de promover el uso de monedas digitales establecidas en privado” como medio alternativo de pago si no se establecen legalmente como moneda y son constituidas de curso legal por los bancos centrales y otras autoridades públicas.
El presidente del banco central criticaba no sólo que “terroristas y otros grupos criminales” están en condiciones de transferir dinero dentro de las redes virtuales “ocultando las transferencias o beneficiándose de un cierto grado de anonimato”, sino que su simple uso “plantea mayores riesgos que los medios tradicionales de pago” al estar basado en Internet y contar sólo con la limitación de la red.
En un informe de ‘evaluación de impacto’, los autores defienden que “las posibles restricciones a los pagos en efectivo serían un medio para combatir las actividades delictivas que entrañan grandes transacciones por parte de las redes de delincuencia organizada”. Además, “dificultaría el funcionamiento de las redes terroristas” y tendría un “efecto preventivo”.
Pero Bruselas podría ir mucho más allá del dinero físico. “Teniendo en cuenta el desarrollo de las criptomonedas y la existencia de otros medios de pago que aseguran el anonimato, una opción podría ser extender las restricciones a los pagos en efectivo a todos los pagos que aseguren el anonimato”, señalan los autores.
La Comisión Europea considera además que, “por otro lado, las restricciones a los pagos en efectivo podrían promover el desarrollo de tecnologías de pagos alternativos compatibles con el objetivo perseguido de no anonimato”.
No es la primera vez que las autoridades europeas muestran su preocupación por las criptomonedas como el bitcoin, ante las sospechas de que puedan usarse para actividades ilícitas. Tal y como ya publicó el diario ElBoletin.com, el propio presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha entrado en el debate pidiendo, por un lado, a la Unión Europea que las monedas virtuales no sean consideradas como ‘verdaderas’ monedas al tiempo; y, por el otro, alertando de su posible uso para actividades ilícitas como el blanqueo de dinero o la financiación del terrorismo.
Draghi advertía de que los cuerpos legislativos de la Unión deben tener cuidado de “no dar la impresión de promover el uso de monedas digitales establecidas en privado” como medio alternativo de pago si no se establecen legalmente como moneda y son constituidas de curso legal por los bancos centrales y otras autoridades públicas.
El presidente del banco central criticaba no sólo que “terroristas y otros grupos criminales” están en condiciones de transferir dinero dentro de las redes virtuales “ocultando las transferencias o beneficiándose de un cierto grado de anonimato”, sino que su simple uso “plantea mayores riesgos que los medios tradicionales de pago” al estar basado en Internet y contar sólo con la limitación de la red.
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