Noventa años del Centro Asturiano de Oviedo
La institución celebra la creación de la delegación local y la primera piedra del edificio sanitario del Naranco | Además, se cumplen cien años del incendio que devoró el club asturiano en La Habana, lugar de encuentro para los inmigrantes
Centro Asturiano está de enhorabuena. Este año se cumplen tres efemérides importantes: el primer centenario del incendio que devoró las instalaciones de La Habana, la celebración de los noventa años de la creación de la delegación de Oviedo y la puesta de la primera piedra del edificio del Naranco.
Los gérmenes de este club deportivo, cultural y social se remontan a finales del siglo XIX en Cuba, rememoran el presidente de la institución ovetense, Alfredo Canteli, y el cronista, Pedro Rodríguez Cortés. Un grupo de cincuenta asturianos vinculados a la industria tabaquera se reunió a mediados de 1886 en La Habana y acordaron la creación de un centro de encuentro para los inmigrantes de Asturias. Buscaron una sede y pronto dieron con ella: el Casino Español. La compra fue financiada con diferentes créditos y una serie de aportaciones de hombres adinerados, explica Rodríguez.
Tanto éxito que pronto se marcaron el siguiente objetivo: construir un sanatorio en Asturias donde estuviesen ingresados los emigrantes con problemas de pulmón que volvían a la tierra a pasar sus últimos días. Pero los planes pronto se hicieron añicos: el casino español de La Habana fue devorado por un incendio. Se originó en una de las salas de cine adosadas al edificio donde había unos rollos de películas.
Todos los esfuerzos se centraron entonces en la búsqueda de una nueva sede en Cuba. En noviembre de 1927, por fin, se inauguraban estas instalaciones en la isla, por las que pasaban a menudo los asturianos. Allí charlaban de sus orígenes, de sus añoranzas, de negocios y de futuro.
Los inmigrantes asturianos en Cuba eran unos emprendedores incansables. Cuando un proyecto ya estaba asentado ponían en marcha otro. Entonces retomaron el plan para Oviedo. En 1928 compraron la finca del Naranco para convertirla en un centro sanitario y pusieron la primera piedra. En el proyecto se contemplaba la construcción de doce edificios, pero solo se hicieron dos: el que alberga ahora el restaurante, el salón de actos y la sala de exposiciones, entre otras utilidades, y otro al lado de San Miguel de Lillo, recuerda Canteli.
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Inauguración en 1935
Estas instalaciones tardaron en construirse ocho años; los problemas se volvieron a interponer. En esta ocasión la culpa fue de la revolución: «La inauguración de las instalaciones de Oviedo se aplazó en tres ocasiones. La última se había programado para el 12 de octubre de 1934, coincidió con el estallido la insurreción obrera». Finalmente, la apertura se realizó el 31 de agosto de 1935.
Los retornados usaron estas instalaciones durante unos meses, pero la guerra civil «destruyó las dependencias sanatorias». Durante casi tres décadas la parcela no se usó. Su estado era ruinoso y se planteó su venta, pero los asturianos no tenían capacidad de decisión sobre el edificio: «Todas se tomaban desde La Habana hasta el año 1965, momento en el que se consigue la independecia», añade Canteli.
A partir de entonces se proyectó la recuperación de estas instalaciones con un centro deportivo y cultural. El primero impulso lo dio Leonardo Rodríguez. Después «Luis Riera les dio el mayor espaldarazo», añade Rodríguez
Una vez más los problemas volvieron. En los noventa se vivió una situación «un tanto complicada y confusa», y en 1999 Alfredo Canteli se hizo con la presidencia.
Entre los logros que ha conseguido está la construcción del pabellón infantil y el complejo de piscinas, También se triplicó el número de plazas de aparcamiento. Las mejoras prevén continuarlas el próximo año con la construcción del gimnasio. Todo ello se ha hecho «a base de financiación y sin subidas extraordinarias de cuotas».
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