REDACCION
Al mediodía está convocada la manifestación a favor de la oficialidad del asturiano que, si no la última, espera ser de las ya postreras antes de que pueda fraguarse la mayoría suficiente en la Junta General para incluirla en una reforma del Estatuto. Convocada por la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana (XDLA), la marcha ha reunido el apoyo de buena parte de los agentes sociales y los partidos, también de la Federación Socialista Asturiana, que enviará representantes, aunque el Secretario General, Adrián Barbón ha disculpado su presencia por motivos de agenda. Pero la reforma del Estatuto tendría que esperar a la próxima legislatura, y no sólo porque la vigente está a punto de terminar. Si la FSA ha remarcado en varias ocasiones que pretende incluir la oficialidad entre sus propuestas en las próximas elecciones, el Gobierno de Javier Fernández ha insistido en que en esta materia se ceñirán estrictamente al programa con el que concurrieron ellos a las urnas.
iedo a partir de las 12:00 pretende ser una de las más multitudinarias de los últimos años y se hará acompañar de una potente participación musical, con dos bandas de gaitas, grupos de pandereteres, y un repertorio de canciones, dos compuestas para la ocasión, sobre la reivindicación lingüística, y en las que han tomado parte Xune Elipe de Dixebra, el gaitero Xuacu Amieva o el poeta Pablo Texón.
¿Cuajarán las reivindicaciones sobre el reconocimiento del asturiano en el medio plazo? Depende sobre todo del resultado de las próximas elecciones, en 2019. En el ámbito político, la aprobación de una enmienda a favor de la oficialidad en el último congreso de la FSA supuso un giro histórico a la postura tradicional del partido que se conlleva internamente con demasiadas espinas. Adrián Barbón prometió una oficialidad «amable», que trate de aunar el mayor consenso posible y que aleje de sus definiciones cualquier sombra de lo que pudiera sugerir imposición. Desde la Academia de la Llingua (ALLA) se ha tendido la mano poniendo sobre la mesa un proyecto de oficialidad modesto, que apenas plantea cambios en el modelo educativo más allá de que la asignatura pase a ser troncal como el resto de lenguas con el mismo estatus, y con un presupuesto anual barato que supera los 20 millones de euros.
Grupos ligados a la extrema derecha han iniciado desde hace meses una campaña muy virulenta en redes sociales contra la posibilidad de que la oficialidad llegue a tomarse en consideración y dentro del arco parlamentario asturiano ha sido el PP el que ha asumido la postura más beligerante contra la oficialidad, no sólo llevando a los tribunales ordenanzas municipales que recogen el asturiano como lengua propia de sus concejos sino también equiparando en sus valoraciones públicas el caso de la lengua asturiana con el procés soberanista catalán, algo que ha terminado por alertar incluso a Foro Asturias. Los casquistas afrontan un panorama complicado en los próximos comicios, de sus inicios en 2011 donde pescaron en el calado electoral del regionalismo han pasado a unas valoraciones de su fundador en las que consideraba «inimaginable» la oficialidad pero en su programa se incluye el respaldo a la medida en el caso de que reuniera la mayoría suficiente en el cámara. Tres quintas partes, por ahí pasa la necesaria reforma del Estatuto de Autonomía.
Podemos e IU apoyan explícitamente la oficialidad. Desde la presidencia de la comisión parlamentaria sobre la Dignificación del Asturiano, la diputada de la coalición Concha Masa apremió a los socialistas a dar pasos a su favor ya en esta legislatura, el PSOE se abstuvo en sus conclusiones. Tanto IU como los morados han buscado que se arrancara un cierto compromiso político ya en este mandato sobre el asturiano. Para Ciudadanos, también opuesto a la oficialidad y que insiste en que la Ley de Uso no se ha desplegado en su totalidad, la postura de Podemos e IU ha pretendido arrinconar a los socialistas en el debate. Dentro del propio partido socialistas se ha llegado a plantear que, a pesar de haber sido aprobada en su congreso, se sometiera la propuesta de la oficialidad al voto directo de los militantes, pero la dirección zanjó esa posibilidad. El propio secretario general, Pedro Sánchez, respaldó la postura de la federación seguro que de que buscará «una fórmula integradora».
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