La recuperación económica de España no consigue llegar a la I+D+i
MARÍA CUESTA
Instituciones científicas denuncian la inejecución de los créditos públicos
«España debe cambiar su modelo productivo». Éste quizá comentariossea uno de los mensajes que con más insistencia repitieron los políticos durante los años de la crisis. Hoy, sin embargo, el mantra ha quedado relegado únicamente al discurso de economistas que denuncian cómo, al comenzar la recuperación económica, la modernización productiva del país ha quedado eclipsada por la llegada de millones de turistas y el nuevo pulso inmobiliario. España vuelve a avanzar hacia la recuperación apoyándose en empleos baratos y sectores de baja intensidad tecnológica. Mientras, Europa camina en la dirección opuesta. Según datos de la fundació Cotec, mientras el conjunto de la UE invierte hoy un 25% más en I+D que antes del inicio de la crisis económica, nuestra economía lo hace un 10% menos.
España se ha convertido durante estos años en una excepción en Europa: es uno de los cuatro países que todavía no han recuperado los niveles de inversión de 2008. Los Presupuestos de 2018, presentados esta semana por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso recogen un alza del 8,3% de la inversión en I+D+i, hasta los 7.044 millones. Un alza que, sin embargo, ha sido tachada de insuficiente y engañosa. La trampa, según los expertos consultados, está en la inejecución de la gran mayoría del presupuesto. Es decir, se presupuesta un dinero para investigación que finlmente nunca llega a los investigadores.
Valores intangibles
«En España no hay una correspondencia entre el tamaño de la economía y el grado de inversión en intangibles, que son precisamente las ventajas por las que se va a lidiar la competitividad de las economías. De hecho, se está viendo cómo economías emergentes están destinando a la I+D+i cantidades cada vez mayores. Sin embargo, el esfuerzo hecho sólo recupera en parte la caída. En los Presupuestos esto debería ser una prioridad. Ya no sólo la apuesta con fondos públicos, sino también la señalización del camino al sector privado. Y eso sólo se puede lograr manteniendo una tónica de inversión constante», asegura Emilio Ontiveros, catedrático de Economía y presidente de Analistas Financieros Internacionles (Afi).
En la misma línea apunta Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de CUNEF y director de Estudios Financieros de Funcas: «los Presupuestos de 2018 muestran una apuesta por los servicios sociales, pero se echa en falta una estrategia de país que impulse la digitalización y la modernización. Somos un país turístico, esto es innegable, pero necesitamos dar un paso adelante en innovación. Ahora que estamos en una coyuntura favorable hay que apostar por los indicadores en los que estamos más retrasados. Hace falta destinar más fondos a la investigación, es un problema que llevamos arrastrando desde hace años».
Datos enfrentados
El propio Gobierno reconoce en el libro amarillo de los Presupuestos la importancia de esta partida para el futuro de España y la compleja situación de la misma. Eso sí, tira la pelota al tejado del sector privado para justificar la falta de inversión nacional. «En comparación con nuestros socios europeos, España presenta un bajo nivel de inversión en I+D+i. El gasto en I+D medido como porcentaje del PIB en España ascendió al 1,19% en 2016, significativamente por debajo de la media de la UE (2,03%) y de países como Suecia (3,25%), Austria (3,09%) y Alemania (2,94%). Un análisis detallado de los datos muestra que el menor gasto en I+D registrado en España se debe fundamentalmente a la menor inversión del sector privado, mientras que el gasto de las Administraciones Públicas está prácticamente al mismo nivel que la media de la UE», recoge el documento.
«Esto es radicalmente mentira», asegura Jorge Barrero, director general de Cotec, al ser pregutado por estas cifras. «Las empresas españolas van retrasadas con respecto a las europeas en términos de inversión en I+D+i pero la perspectiva desde el punto de vista de la Administración es muy negativa. Hace falta voluntad política para dar la vuelta a la inejecución, sobre todo, de los créditos», asevera.
Fuentes del Gobierno consultadas por este diario piden «ser precisos al enfocar este debate». «El presupuesto en I+D+i se divide en dos instrumentos. Por un lado, las subvenciones, que tienen un grado de ejecución altísimo, superior al 95%. La confusión está en los préstamos al sector privado, que en los Presupuestos figuran como una autorización máxima de financiación, pero la concedida finalmente está por debajo por criterios de prudencia, y por tanto se mezclan ambas y se transmite una impresión equivocada del nivel de ejecución. Los créditos que damos a través del Cedeti y otras empresas y quizá es necesaria un revisión», aseguran las mismas fuentes.
Según los datos de Cotec, sin embargo, desde el año 2010, los ajustes acumulados en inversión pública han ascendido al 50%, una cifra muy superior a lo inicialmente anunciado en los Presupuestos anuales, que sumaban recortes del 30%. «Además, el aumento de los fondos captados por España en programas de I+D europeos no compensa en absoluto esta dramática reducción de los recursos disponibles», asevera Barrero.
«Después de años de convergencia que redujeron la distancia a 0,44 puntos porcentuales en 2010, el proceso de divergencia iniciado ese año hace que en 2015 la distancia sea ya de 0,73 puntos, similar a la que había en 2002. Así, mientras que en 2015 la inversión en I+D era en España un 10% inferior a la observada antes del inicio de la crisis, en la UE-28 fue un 25% superior. El drama es que la recuperación no se ha trasladado a la I+D+i», concluye Barrero.
En cuanto a la inversión empresarial, las cifras tampoco son buenas. En España la participación de las empresas en actividades de innovación es la mitad que la media europea y es significativa la ausencia de las grandes compañías. No obstante, la apuesta de nuestras pymes sí que es más alta que el de sus homólogas europeas.
Pese a ello, los economistas consultados apuntan a que el compromiso público es la llave que debe abrir la puerta ala innovación. «El Gobierno debe estimular con inversión para que después el sector privado continúe», apunta Carbó. «En materias como Educación o I+D+i los gobiernos deberían olvidarse de regatear porque son condicionantes decisivos de la capacidad competitiva de la economía. Es mejor limar otras partidas de inversión y apostar definitivamente por estas», añade Ontiveros.
Apuesta de los Gobiernos
«Todos los casos de éxitos de las economías avanzadas que poseen un liderazgo en innovación tienen un denominador común: la apuesta decidida y previa de los Gobiernos. Estados Unidos vivió un fuerte impulso con la vicepresidencia de Al Gore (desde 1993 hasta 2001), quien sin duda alguna cebó la inversión en I+D+i del país. A medida que el sector privado se fue sumando a esta iniciativa, el sector público se fue retirando. Probablemente Silicon Valley no sería hoy el referente mundial de innovación sin aquel impulso inicial. En el norte de Europa ha pasado lo mismo. El Gobierno debe hacer una función de acompañamiento que no necesariamente tiene que mantenerse muchos años. Más adelante puede retirarse», concluye el presidente de Afi.
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