La desaceleración de la economía ha alcanzado finalmente a EEUU. La Reserva Federal ha conculido su reunión de dos días recortando en dos décimas su previsión de crecimiento de diciembre, hasta el 2,1%, e iniciando un debate sobre el fin de las subidas de los tipos de interés. Si hace tres meses la entidad descontaba dos subidas de los tipos de interés para este año, ahora los miembros de la entidad se debaten entre dejarlos como están o realizar una única subida de 25 puntos porcentuales. De media, los miembros del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) estiman que los tipos de interés cerrarán el año en el entorno del 2,4%, esto es, en el rango actual.
La entidad subió los tipos en diciembre hasta situarlos en una horquilla entre el 2,25% y el 2,5% y desde entonces no han cambiado. La reunión concluida hoy tampoco modifica la situación de los tipos de interés, pero sí frena claramente el calendario de subidas, lo que deja en el aire que vaya a continuar con la senda de endurecimiento de la política monetaria que comenzó en 2014. Este es el resultado de la desaceleración de la economía económica. La entidad reconoce que la actividad se ha "ralentizado" en el inicio del año después de un sólido cuarto trimestre de 2018. EEUU ya empieza a sentir los efectos de la madurez del ciclo económico y la ralentización de la economía global. En este contexto, prolongar la retirada de estímulos podría precipitar un frenazo de la economía que los miembros de la Fed quieren evitar a toda costa.
Además, la Fed ha decidido moderar el ritmo de reducción de su balance para evitar una retirada excesiva de liquidez. En concreto, ha anunciado que reducirá su amortización de activos desde los 30.000 millones de dólares al mes actuales a 15.000 millones a partir de mayo. Esto es, reducirá a la mitad de ritmo su balance. Este ritmo se mantendrá hasta el final de septiembre y en octubre terminarán las ventas. "El Comité pretende reducir el ritmo de la disminución de las reservas siempre que la economía y las condiciones del mercado monetario evolucionen como se esperaba", ha anunciado la entidad.
"Los indicadores recientes apuntan a un crecimiento más lento del consumo de los hogares y la inversión de las empresas", señala la entidad en su comunicado posterior a la reunión. Este cambio en el ritmo de crecimiento ha provocado el cambio de planes de la Fed, igual que ha provocado una nueva batería de estímulos por parte del Banco Central Europeo. En concreto, estima que la economía estadounidense crecerá un 2,1% en 2019, dos décimas menos que su previsión de diciembre. También ha recortado su estimación de inflación en una décima, hasta el 1,8%. Esto significa que la entidad tiene margen para frenar el endurecimiento de su política monetaria sin afectar al objetivo de mantener el IPC en el 2%.
Los indicadores recientes apuntan a un crecimiento más lento del consumo de los hogares y la inversión de las empresas
"Estamos vigilando de cerca la evolución de los mercados financieros", ha apuntado el presidente de la Fed, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la reunión. De esta forma, el presidente manda un mensaje claro de que la Reserva Federal no adoptará ninguna medida que pueda desembocar en una ralentización mayor de la actividad económica.
El cambio en la previsión de subidas de tipos ha provocado un pequeño'rally' en los mercados de deuda. Los inversores se han animado a comprar deuda estadounidense ante la expectativa de que la entidad se mantiene dispuesta a modificar su previsión de política monetaria si la actividad económica se ralentiza más. La rentabilidad exigida al bono estadounidense a 10 años se frena a media sesión hasta el 2,5%, el nivel más bajo en algo más de un año.
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