Historicamente los territorios que hoy forman la comunidad de Castilla y León componían reinos distintos y la historia pesa. Tan es así que a la hora de elaborar el estatuto de autonomía de la comunidad vecina se consideró un asunto tan delicado que no se fijó una capital del territorio, aunque en la práctica todas las instituciones autonómicas estuvieran en Valladolid. No es que el asunto se quedara en silencio durante años, porque es una polémica recurrente al sur de la cordillera que despierta de cuando en cuando los malestares de León, pero ahora ha resurgido de forma más virulenta después de que José Antonio de Santiago, antiguo vicepresidente de la Junta de Castilla y León y edil del PP en el Ayuntamiento de Valladolid, anunciara su intención de llevar al pleno un iniciativa para que se reconozca a la ciudad del Pisuerga, explícitamente como capital. Y es algo que ha levantado por semanas debates y polémicas no sólo entre León y Castilla sino en el seno de su propio partido.
¿Y Asturias? Para un espectador exterior podría parecer que hay poco debate y que Oviedo es indiscutida, pero lo cierto es que el Estatuto de Autonomía fijó que la ciudad es «sede de las instituciones del principado de Asturias» sin mencionar expresamente la palabra capital y además señala también que «sin perjuicio de que por Ley del Principado se establezca alguno de sus organismos, servicios o dependencias en otro lugar del territorio». No hay dos reinos históricos que formen lo que hoy es la comunidad del Principado (y de hecho en la historia del reino de Asturias Oviedo es la sede la corte de sus monarcas desde los primeros momentos de su expansión), pero hay una división soterrada, que traspasa generaciones, una rivalidad sin remedio entre Oviedo y Gijón que también, de cuando en cuando, salta a la arena pública. El irredentismo gijonés hace que de forma habitual la prensa local mencione a la villa como «capital marítima de Asturias» y aún el pasado mes de enero la candidata socialista y actual alcaldesa, Ana González, al hilo de los muchos debate sobre la pertinencia de un Área Central Metropolitana, declara a los medios, que «la capitalidad no es que no sea sagrada, es que tampoco está recogida en el estatuto de autonomía que solamente habla de Oviedo como sede de las instituciones del Principado».
Se lo decía González al hoy alcalde de la capital, Alfredo Canteli, por las reticencias de Oviedo (no sólo del PP sino de la marca local de Podemos, Somos) a unirse al Área Metropolitana precisamente cuando parte de la opinión pública carbayona expresaba sus reticencias, justamente a que fuera a ponerse en cuestión la capitalidad de la ciudad. Y es un debate tan recurrente a través de las décadas que otro alcalde, Gabino de Lorenzo, llegó reclamar todavía en 2008 que una reforma del estatuto blindara este reconocimiento.
No es un asunto que los grupos parlamentarios en la presente legislatura asuman con entusiasmo y buena parte de sus valoraciones consisten en insistir en que no se trata de un debate que esté sobre la mesa. La portavoz de los socialistas en la Junta General, Dolores Carcedo, señáló que «como está establecido en el Estatuto de Autonomía, Oviedo es la sede de las instituciones del Principado de Asturias. La capitalidad no está en cuestión. No es un asunto que en estos momentos sea objeto de debate en nuestra comunidad autónoma».
Por su parte, el diputado del PP, Pablo Álvarez Pire destacó que los casos de Castilla y León y el Principado «no son comparables dadas las diferencias históricas entre ambas comunidades autónomas. La capitalidad de Oviedo nunca se cuestiona ni es objeto de debate. Nuestro Estatuto de autonomía recoge que es sede de las instituciones del Principado. Es cierto que no contamos con una ley de capitalidad como si tienen otras comunidades, y podriamos discutir su idoneidad. Pero en ningún caso puede discutirse la capitalidad de Oviedo».
En términos similares, los responsables del grupo de Ciudadanos indicaron que la situación de Castilla y León no tiene reflejo en Asturias y que el reconocimiento como sede de las instituciones del Principado supone una declaración suficientemente expresa de forma que «la capitalidad de Oviedo está totalmente garantizada por nuestra norma fundamental, siendo algo perfectamente conocido y asumido por todos los asturianos». Los naranjas señalaron también que en una posible reforma del estatuto, antes que la capitalidad, sería necesario abordar aspectos como como «el estado de nuestro tejido económico y empresarial, nuestra competitividad como región, ambas indisolublemente relacionadas con el problema demográfico, o el éxodo juvenil».
Desde Podemos se señaló que «vemos necesaria una reforma del Estatuto de Autonomía que lleve adelante como prioridades el aumento del autogobierno para Asturies -para que no seamos menos que otras CCAA-, el aumento en derechos sociales, y la supresión de los aforamientos y medidas de regeneración democrática. Consideramos que este es el debate que hay que tener y de hecho nosotros ya solicitamos que se abriera esta legislatura y esperamos que PSOE y PP no la vuelvan a bloquear como sucedió la legislatura pasada».
Por su parte, el diputado de Foro Adrián Pumares declaró que «en Asturias no hay ningún problema con este asunto y nosotros no vamos a generar ningún problema al respecto. Aquí ahora urge hablar de los problemas reales que tiene Asturias: financiación autonómica, despoblación, industria o infraestructuras».
Hacia el oeste, en Galicia, la situación es totalmente distinta a la de Castilla y León pero también a la de Asturias. No sólo está establecida la capitalidad de Santiago de Compostela sino que, años después de que se elaborara su estatuto se desarrolló una ley concreta el Estatuto de Capitalidade.
Fue en el año 2002, y por unanimidad, aunque se arrastraba desde 1991, y se fraguó con el objetivo de que, dado que Compostela es capital, la circunstancia le obliga a prestar servicios y a realizar despliegues institucionales que, con la nueva norma, tendría respaldo financiero por ley.
La demanda de una ley de capitalidad semejante en Asturias no es nueva y tampoco ha venido de grupos de un mismo espectro ideológico, aunque siempre desde partidos con representación en la corporación ovetense. En 2008, todavía Gabino de Lorenzo insistía en que se recogiera explícitamente la capitalidad de la ciudad para frenar «debates localistas». De forma más reciente, el pasado mes de mayo, en la víspera de los últimos comicios locales, la marca local de Podemos, Somos Oviedo, pidió que se elaborara una ley así para corregir la «infrafinanciación» que sufre la capital por parte del Principado. Según Somos, este agravio de la administración autonómica con Oviedo alcanza los 7 millones anuales. La candidata, Ana Taboada, indicó que el Ayuntamiento de Oviedo «asume cada año servicios y costes que debería prestar el Gobierno asturiano», y ha puesto como ejemplos las escuelas infantiles, la ayuda a domicilio, el mantenimiento cultural. «Se trata de competencias impropias que se ejercen para defender los derechos de los vecinos del municipio y de actuaciones que en otros concejos sí ejecuta el gobierno regional» entre críticas al «abandono» de importantes terrenos de la ciudad como el antiguo hospital, la fábrica de La Vega y también el entorno del Prerrománico.
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