US Open 2019, Federer-Dimitrov: 'Baby' se sacó las cadenas (6-3, 4-6, 6-3, 4-6 y 2-6)
Grigor Dimitrov se sacó las cadenas y la presión que durante años le supuso el apelativo de 'Baby Federer' y derrotó por primera vez al suizo en los cuartos de final del US Open 2019. El búlgaro protagonizó un partido de tú a tú ante Federer, al que nunca había ganado en las siete ocasiones en las que se habían enfrentado, y lo derrotó en cinco sets, marcado el último por una lesión del helvético.
Personajes
Roger Federer. El final de año está siendo bastante duro para el tenista suizo. Después de una segunda final histórica de Wimbledon perdida, esta vez a manos de Novak Djokovic, Nueva York se perfilaba como el escenario ideal para la reválida, sobre todo tras la retirada del serbio por lesión. Ironías del destino, el físico no respetó tampoco al número tres, lo que deja más abierto que nunca ese lado del cuadro, en el que Federer claudicó de pie en el quinto set, aunque sin poder competir. Será difícil que el suizo recomponga su moral golpeada en los últimos meses, pero tiene aún por delante las ATP Finals y el Open de Australia el próximo mes de enero para seguir aumentando su leyenda.
Grigor Dimitrov. Por fin reivindicado ante Federer, la figura inabarcable con la que se le comparó desde su más tierna juventud. Baby Federer tuvo que perder siete veces contra Big Federer antes de poder imponerse sobre la pista y lo hizo a lo grande, sin renunciar a atacar ni sentirse intimidado, como le sucedió a David Goffin en la ronda anterior. La lesión del suizo en el último set no desmerece un partido jugado a un altísimo nivel, con un ritmo infernal por momentos, en el que dejó puntos para el recuerdo de la siempre bien predispuesta afición neoyorquina, que ya espera verlo medirse con Daniil Medvedev. De un referente de la vieja guardia a uno de la vanguardia más en boga, Dimitrov tiene por delante aún un duro examen más que aprobar.
Nudo
Grigor Dimitrov tardó en entrar en el partido seis minutos, tiempo suficiente para que Roger Federer pusiera tierra de por medio con un rotundo 3-0. Era sólo el primer aviso de que el partido se iba a jugar a una velocidad endiablada, y Dimitrov debía ponerse manos a la obra si no quería que el tren de las semifinales se le escapara desde la misma salida de vestuarios. Comenzó entonces a competir el búlgaro, pero era demasiado tarde para poder remontar la primera manga, que terminó cayendo de forma funcionarial del lado de Federer.
Muy distinta fue la película en el segundo set, ya con Dimitrov entrado en calor y con Federer a medio camino entre el exceso de confianza y el despiste. Todo avanzaba sin sorpresas hasta que Dimitrov empezó a forzar al suizo con varios puntos de alta escuela, siempre con intercambios brevísimos, y llegó el momento en el que el Expreso de Basilea dio su brazo a torcer. De repente, Dimitrov estaba en disposición de llevarse el que sería su tercer set contra Federer en ocho partidos, una marca que denota la diferencia que ha existido siempre entre el suizo y el que estaba llamado a ser su sucesor. Al búlgaro le temblaron las piernas y cedió su saque con una doble falta, pero esta vez tuvo fortuna y replicó rápidamente con un contrabreak sin margen de maniobra para la corrección de Federer. Esta vez sí, Dimitrov celebró la igualdad en el marcador. Y Baby Federer se sacó las cadenas.
El nivel mostrado por el tenista de Haskovo empezó a parecerse al que lo llevó en su momento al número tres de la clasificación ATP. Los dos seguían su hoja de ruta en la pista central neoyorquina, con un tenis muy directo, un tiroteo repleto de calidad y golpes imaginativos que mostraban que en unos cuartos de final de Grand Slam el espectáculo está garantizado de una u otra forma. Sin apenas mostrar nerviosismo en su rostro, Federer empezaba a sufrir, pero supo gestionarlo; mientras Dimitrov patinó cuando menos debía. Le regaló otra rotura de servicio al suizo para que se pusiera 4-3 con otra doble falta y, ahí sí, Federer no perdonó. Olió sangre el helvético y dejó al búlgaro un set por debajo con dos roturas consecutivas.
Si la alternancia fue la nota dominante hasta el momento en el partido, lo del cuarto set se convirtió en una montaña rusa sin frenos, en la que Dimitrov consiguió romper el saque de Federer nada más comenzar, lo que a la larga sería decisivo en la manga. Para descubrirlo, hubo que vivir una serie de juegos tan intensos como largos, con seis bolas de break salvadas primero por Federer y otras seis después por Dimitrov, poniéndole ambos el candado a sus servicios para que no se fugaran más juegos. La ventaja inicial llevó el duelo a un incierto quinto set con un punto extra de drama después de que Federer tuviera que ir a vestuarios para ser tratado por el fisio del US Open. De nuevo su espalda jugó en su contra.
No duró mucho la incógnita de hasta qué punto esas molestias iban a lastrar a Roger Federer. El de Basilea saltó a la pista totalmente convencido de que no iba a tener opciones con Dimitrov, pero aun así no optó por la retirada. Dimitrov no tuvo piedad: dos roturas consecutivas y el set quedó rápidamente cuesta abajo para asegurar su pase a semifinales. No fue el final épico que la Arthur Ashe esperaba, pero sí fue la constatación de que Dimitrov por fin se sacó de encima todos los complejos que le impidieron mostrar todas sus condiciones ante los más grandes, y lo hizo ante el auténtico Federer, el referente. El US Open sigue cobrándose víctimas de postín en la segunda semana, dejando el cuadro abierto entre Medvedev y Dimitrov, ambos opositores por derecho propio a la final en el último Grand Slam del año.
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