martes, 3 de septiembre de 2019

La apisonadora de Rafa...

Nadal impone respeto hacia los cuartos de final

Nadal impone respeto hacia los cuartos de final

El español, ante la baja de Djokovic, da su primer golpe sobre la mesa en el torneo y se deshace de Marin Cilic en cuatro sets para meterse en cuartos de final

ENRIC GARDINER
Rafael Nadal se enfrentó a su primer reto de altura en el Abierto de los Estados Unidos y, con la única herida de un set perdido, abrió camino hacia los cuartos de final del torneo. Marin Cilic, la piedra de toque del balear en la ruta neoyorquina fue solventada con contundencia (6-3, 3-6, 6-1 y 6-2) y demostrando la gran variedad de soluciones de las que dispone. Ni la irreverencia del croata, ni la advertencia de la marcha de Novak Djokovic el día de antes, alteraron a un Nadal que en sus novenos cuartos en el US Open se medirá al argentino Diego Schwartzman, una antítesis de lo que fue Cilic.
El croata, caído en desgracia hasta el número 23 del mundo, lleva todo el año siendo una sombra de sí mismo, pero este lunes se transformó acogido por la terrible humedad estadounidense.
No dejó que Nadal siguiese con su cantinela de escaparse rápido. Pese a que el español se anotó el primer set, Cilic estaba cerca. La humedad creaba estragos en todos los estratos y mientras el balear se encaminaba a su banquillo con la primera manga en el bolsillo, Carlos Moyá bebía agua en la grada. Había que hidratarse, esto no iba a ser un paseo.
El balcánico estaba cómodo en el bochorno que asolaba la pista y enrocó su actitud. Mostró la cara de antihéroe que le convirtió en campeón aquí en 2014 e igualó la contienda.
Tiger Woods se molestaba en la grada ante el fallo de Nadal que provocó la rotura a favor del croata y la juez de silla advertía al español por perder tiempo. El encuentro se estaba complicando. Cilic encontraba las sensaciones con la derecha, su gran arma, y empotraba al balear contra el muro de la pista.
Nadal se tenía que ir metros y metros fuera de la pista para conseguir restar el saque del de Medjugorje. Por primera vez, Cilic se sentía dominador y lo correspondió arrebatando al zurdo su primer set del torneo. Se rompía de ese modo la lejana posibilidad de que Nadal fuera el primer tenista en la Era Abierta en ganar este torneo sin ceder ni un set, pero también se abría la ventana de la necesidad de, por primera vez en estas dos semanas, tener que levantar el nivel para sobreponerse al rival.
Cilic había mostrado una cara desconocida durante el desierto en su carrera que habían sido los últimos meses, pero había rejuvenecido como ya hizo en aquellos nefastos cuartos en Australia hace dos años, cuando Nadal tuvo que irse lesionado muscularmente.
Sin embargo, un cuarto juego del tercer set memorable, con un remate de espaldas ganador y un 'passing' tras dos remates que puso la piel de gallina a todo el público, enmascaró la cara de antihéroe del croata y quebró su resistencia.
A Nadal se le encendió la bombilla de las soluciones y apagó la de un Cilic cuya mentalidad se rompió en mil pedazos en cuanto vinieron mal dadas. Y cuando te enfrentas a Nadal, lo normal es que vengan mal dadas. La sentencia, el penúltimo punto del partido, una derecha en carrera que pasó por fuera de la red y que merece ser vista una y otra vez.
El próximo rival del número dos del mundo será el argentino Diego Schwartzman, que venció al alemán Alexander Zverev en cuatro sets y disputará sus segundos cuartos de final en Nueva York. Será el octavo enfrentamiento contra el de Manacor, con 7-0 a favor de Nadal, y el segundo en estas pistas, después del duelo de segunda ronda en 2015.

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