Urbanismo aprobará el documento de prioridades del Plan General este otoño
El avance revertirá la clasificación como suelos urbanizables de terrenos con la consideración de inundables en La Malata Norte y San Claudio
De lo que queda de la autonomía municipal, ninguna potestad tan trascendente como la ordenación de su territorio. La Concejalía de Urbanismo tiene previsto aprobar el documento de prioridades de la revisión y adaptación del Plan General «este otoño», según confirmaron fuentes del área que dirige el primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta. El avance, que dejó prácticamente ultimado el anterior equipo de gobierno, ha sido sometido durante este año y medio a un ajuste en función de las directrices políticas del bipartito. No será, en cualquier caso, «radicalmente contraria» a la planteada por el tripartito, como anunció el propio Cuesta hace menos de un año, sino una vía intermedia en la que se tratan de preservar los objetivos de la revisión aprobados por el Ayuntamiento el mandato pasado, con el voto favorable de Ciudadanos, pero en el que se confía en la información pública para definir el ajuste del PGOU, según explicaron fuentes del área.
El documento vigente, aprobado en 2006, tiene todos los excesos de los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. Algunas actuaciones programadas directamente incumplen la normativa vigente sobre gestión del suelo. Terrenos inundables en los que estaban previstos miles de viviendas como la Malata Norte o parte de las actuaciones anunciadas y nunca iniciadas en San Claudio serán desclasificadas como urbanizables.
Se evitarán, eso sí, las referencias negativas a la Ronda Norte, que, según el acuerdo que dio inicio a la revisión y firmado por PSOE, Somos, IU y Ciudadanos, era innecesaria para el desarrollo urbanístico de la ciudad, pero que en la que el Ministerio de Fomento ultima el estudio de alternativas en el que prima el trazado por el Naranco.
Áreas de oportunidad
El documento de prioridades planteará cuatro alternativas, cuatro Oviedos del futuro. El más obvio y descartable el que deja el PGOU como está; un segundo, que suprime desarrollos irrealizables. El cuarto repite la estructura viaria, pero se pone en lo peor, en un escenario de envejecimiento de la población con importantes necesidades de inversiones públicas en equipamientos. La tercera dibuja una ciudad más compacta, como preveía la anterior versión nunca aprobada, pero se abre a ajustes sobre algunas actuaciones, sobre una previsión inicial que, cifró el edil de Urbanismo, reduce en casi 8.000 viviendas las previstas en los próximos años, con un ajuste especialmente duro en el sector unifamiliar que perdería la mitad de los casas autorizadas de más de 6.000 a 3.000. Abordará, además, desde una nomenclatura nueva el futuro de los terrenos de El Cristo o La Vega, ahora serán áreas de oportunidad, pero sus definición seguirá dependiendo de sendos planes especiales, de los que solo el primero está en trámites.
La intención del equipo de gobierno es negociar sobre el documento de prioridades con promotores, propietarios y vecinos. Un escenario que sitúa la aprobación del nuevo PGOU más allá del presente mandato, teniendo en cuenta los obligados plazos de información pública.
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