viernes, 6 de noviembre de 2020

Sus medios le dan la espalda...

Trump empieza a perder el apoyo de la Fox y de los republicanos en su pulso al sistema “Nosotros no hemos visto ninguna prueba que demuestre que haya habido fraude”, dijeron los presentadores de la televisión conservadora tras la rueda de prensa del presidente de este jueves Foto: Donald Trump. (Reuters) Donald Trump. (Reuters) CARLOS BARRAGÁN. WASHINGTON D.CCARLOS PRIETO TAGSFOX TIEMPO DE LECTURA10 min 06/11/2020 05:00 - ACTUALIZADO: 06/11/2020 08:30 Donald Trump ha quemado todas las naves. Este jueves, en una nueva rueda de prensa incendiaria y con el escrutinio de varios estados aún en marcha, el presidente de Estados Unidos volvió a denunciar que le están "robando" las elecciones -sin presentar ninguna prueba—. También repitió que el voto por correo era un “fraude” y que, contando solo las papeletas “legales”, él había ganado, pese a que Joe Biden va en cabeza. "Nadie nos va a robar nuestra democracia. No ahora. Nunca", contestó el candidato demócrata en Twitter. El discurso de Trump, que busca sembrar dudas y deslegitimar los provisionales resultados de las elecciones, se asemeja mucho a lo que ya pronunció el miércoles de madrugada. Sin embargo, hay una diferencia importante tras 48 horas agónicas. Desde entonces, varias figuras del Partido Republicano se han distanciado de él y, aunque no se han opuesto frontalmente, han rechazado sus acusaciones de fraude. De forma paralela, Fox News, su televisión favorita, parece que le está dejando caer. “Nosotros no hemos visto ninguna prueba que demuestre que haya habido fraude”, dijeron los presentadores de esta televisión inmediatamente después de la rueda de prensa desde la Casa Blanca. Además, el movimiento de Fox News de decir que los demócratas habían ganado Arizona, estado que sería vital para Trump y otros medios aún siguen marcando en disputa, cabreó mucho a la familia del magnate neoyorquino. Con Arizona en el bolsillo, Biden tan solo necesitaría uno de los estados en juego (Pensilvania, Georgia o Nevada) para convertirse en el próximo 46º presidente de Estados Unidos. “¿Dónde está el Partido Republicano? Nuestros votantes nunca lo van a olvidar”, escribió furioso Eric Trump este jueves antes de la aparición de su padre. Su tuit es una clara llamada a filas en un momento en que el apoyo interno al presidente podría estar desvaneciéndose, sobre todo al haber cruzado la línea roja de declarar no ya una guerra abierta contra el partido demócrata, los medios o las tecnológicas, sino contra el sistema por completo. El todopoderoso Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, contradijo el miércoles a Trump y aseguró que el país necesitaba esperar a conocer los resultados finales para sacar conclusiones. “No es lo mismo decir que has ganado las elecciones a ganarlas cuando ha acabado el escrutinio”, recalcó. Pero McConnell no ha sido el único en alejarse de la teoría de Trump sobre el ‘pucherazo’ electoral. “Tardar varios días para contar los votos emitidos legalmente NO es fraude”, escribió el senador republicano Marco Rubio en su cuenta de Twitter. Misma línea argumental siguió Chris Christie, exgobernador y asesor del presidente, cuando cargó contra él por su rueda de prensa. “Es una mala decisión estratégica, es una mala decisión política y no es el tipo de decisión que se esperaría que tomara esta noche alguien que ocupa el cargo que ocupa”, destacó Christie en televisión. “Tardar varios días para contar los votos emitidos legalmente NO es fraude”, escribió el Senador republicano Marco Rubio Al día siguiente, tras la rueda de prensa de Trump, Christie volvió a repetir el mismo argumento. "Enséñanos las pruebas, no hemos escuchado nada sobre las pruebas", dijo en la televisión ABC. "Este tipo de cosas solo inflaman sin informar. Si Trump está en lo cierto y existe el fraude, estaré furioso, pero necesito ver las pruebas". Por su parte, el gobernador republicano de Ohio, Mike Dewine, también se alejó de forma implícita de la postura del presidente. “Nosotros contamos los votos. Creemos en el Estado de derecho. Yo apoyo a Trump, pero si esto acaba yendo para Biden, todos nosotros lo aceptaremos… Todos los votos tienen que ser contados. Nuestro país acepta los resultados electorales”, declaró el miércoles. En definitiva, las líneas del ‘establishment’ republicano han recibido con mucho escepticismo los gritos de “fraude” del presidente. No parece que, tras una nueva aparición incendiaria de Trump, vayan a cambiar su discurso. Por un sencillo motivo: no hay evidencias que sostengan las serias acusaciones de fraude. "Para hacer un pucherazo de cientos de miles de votos, haría falta una conspiración propia de una película de James Bond. Y eso no va a pasar", escribía Karl Rove, el poderoso exjefe de gabinete de George W. Bush y asesor republicano, en un artículo de opinión en el 'Wall Street Journal'. Mucha indecisión en el Partido Republicano Sin embargo, las declaraciones de estos políticos no suponen una clara condena a las palabras del presidente. Además, algunos, como el vicepresidente Mike Pence, se han limitado a decir que apoyan a Trump y que se debe contar "cada voto legal" (pero sin hablar de ningún fraude). Otros como Ted Cruz o Lindsey Graham han sido más explícitos y se han abonado a las teorías del jefe. ¿El motivo? Entre las filas del GOP hay mucho miedo a alienar a sus bases porque, aunque acabe perdiendo, Trump ha logrado un apoyo histórico de casi 70 millones de votos. Los líderes conservadores prefieren mantener un perfil bajo antes que hacer una repudia directa como la que hizo su partido en el verano de 1974, cuando los líderes congresionales republicanos, preocupados por el escándalo del Watergate, le dijeron a Richard Nixon que estaba acabado. Porque, pese a todas las turbulencias y líos de los últimos años, Trump ha demostrado una habilidad innata para caer de pie cada vez que se le ha dado por muerto. Si estos cuatro años han dejado clara una cosa en la derecha estadounidense es que sus votantes escuchan y siguen a Trump, no al Partido Republicano. Y los líderes del partido prefieren esperar y conocer los resultados de las elecciones antes de huir demasiado pronto del barco. Las lecciones que Europa puede sacar de las elecciones de Estados Unidos RAMÓN GONZÁLEZ FÉRRIZ La táctica electoral de Trump (afirmar que él era la última barrera ante la llegada de una coalición de radicales de izquierda que pretende socavar los principios de la familia) no es nada nuevo La victoria de Joe Biden, a falta de conocer el escrutinio final en Pensilvania, Georgia, Nevada, Arizona y Carolina del Norte, podría ser inminente porque solo necesita dos de esos estados. Y, paradójicamente, podría ser Fox News la primera cadena de televisión del país en anunciarla. “Es difícil exagerar lo enfadados que están los asesores de Trump con la Fox ahora mismo”, tuiteó Jonathan Swan, periodista del portal de noticias de Axios. ¿Está Fox dejando caer al presidente? Como escribía hace unos días Gabriel Sherman, el periodista que mejor conoce los entresijos de esta cadena, el único medio que importa ahora para saber hacia dónde se dirige el país es la Fox. Este es el canal (de noticias por cable) más visto de todo EEUU y la principal fuente de información de muchos votantes que apostaron por Trump. ¿Están dando un paso atrás los Murdoch para dejar caer a Trump? Aunque aún es pronto para saberlo a ciencia cierta, ya hay evidencias que así lo sugieren. “La Fox va a ganar aunque Donald Trump no sea presidente”, explica Sherman por correo electrónico a El Confidencial. “Las audiencias de la Fox han sido igualmente altas con un presidente demócrata en la Casa Blanca. Si la Fox continúa distanciándose de Trump, será cada vez más difícil para Trump seguir diciendo que las elecciones han sido un fraude”. El propio Sherman, que escribió el aclamado libro 'The Loudest Voice in the Room' sobre el auge de la Fox, lleva días alertando del divorcio entre la cadena y la familia Trump: "La Fox se está distanciando de Trump como el que se aleja de puntillas en una fiesta del tipo que se ha tirado un pedo", escribió. Donald Trump durante la rueda de prensa de este jueves. (Reuters) Donald Trump durante la rueda de prensa de este jueves. (Reuters) Según las fuentes del periodista, Trump telefoneó al dueño del imperio televisivo, Rupert Murdoch, y le exigió a gritos que se retractaran tras su decisión de dar Arizona a Biden. Murdoch, que lleva meses diciendo que Trump perdería las elecciones, se negó (tanto Fox News como AP han explicado por qué creen que Arizona caerá del lado demócrata seguro, mientras que medios como el 'New York Times' o la CNN dicen que aún está en juego). Por supuesto, como todos los grandes medios, la Fox no es un ente uniforme que se haya rebelado en bloque contra Trump. De hecho, la situación ahora mismo en Estados Unidos está tan voluble que toda posición es momentánea. Los famosos presentadores Tucker Carlson y Sean Hannity, amigos del presidente, se hicieron eco de las palabras de Trump minutos después y airearon sus teorías conspirativas entrevistando a los pocos líderes republicanos que han salido a apoyarle a pecho descubierto. Carlson, además, atacó a los medios por declarar la ventaja de Biden "demasiado" pronto, en una clara alusión a su propia cadena. Sin embargo, incluso él se curó en salud al asegurar que todavía no había visto "las pruebas" que confirmaran el "fraude" electoral. Cuatro hipótesis sobre la Fox En medio de este panorama incierto, la pregunta no es si Donald Trump ya no es amigo de Rupert Murdoch y de sus hijos, si no si lo fue (sinceramente) alguna vez. Que Fox News ha sido el brazo mediático del trumpismo está fuera de toda duda, pero no menos cristalino es el pragmatismo empresarial del imperio Murdoch (dentro de su conservadurismo). La ideología es importante; el olfato para los negocios lo es más. Cuando Donald Trump empezó a arrasar en las primarias republicanas, Murdoch mostró su malestar en varias ocasiones (llegó a decir que detestaba a Trump). Cuando Trump se convirtió en candidato presidencial, Murdoch tuiteó: “¿Cuándo va a dejar Trump de avergonzar a sus amigos?, además de a todo el país”. ¿Qué pasó después? Que Trump ganó las elecciones, se convirtió en el propagandista número uno de la Fox y creó un clima favorable para los negocios. Todos tan amigos… ¿hasta hoy? Minutos después de la rueda de prensa del presidente, el 'New York Post', perteneciente a Murdoch y uno de los pocos periódicos que apoyó la candidatura de Trump frente a Joe Biden, publicó esta noticia: "Un abatido Trump hace afirmaciones infundadas sobre fraude electoral en su discurso en la Casa Blanca". Pero hay más pistas. ¿Puede Trump intentar un golpe? IGNACIO VARELA El 20 de enero de 2016, tras el discurso inaugural de Donald Trump como presidente, quedó claro que sacarlo de la Casa Blanca requeriría algo más que un puñado de votos Durante la noche electoral, antes de que empezara el recuento, la Fox proyectó los resultados de una encuesta propia sobre el estado de la nación... tan escorada a la izquierda que generó estupefacción en la 'tuitosfera' estadounidense. El 54% de los encuestados tenía una opinión "desfavorable" del Partido Republicano, el 78% creía que EEUU tiene un problema con el racismo, al 72% le preocupaba el cambio climático y el 72% otorgaría la ciudadanía a los inmigrantes ilegales. Más tarde, tras darle Fox más votos a Biden que la CNN, estalló el escándalo. Así que una de estas cuatro hipótesis es la cierta (o quizá las cuatro): o Fox es más independiente de lo que dice el mito, o hay infiltrados trotskistas, o no hay nadie al mando o Donald Trump huele a cadáver. Quizá la respuesta la diera el propio presidente el martes en una conexión matutina en el programa de la cadena Fox & Friends: "La Fox ha cambiado mucho. Alguien me preguntó: ¿Cuál es la mayor diferencia entre ahora y hace cuatro años? Y yo dije: "La Fox".

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