jueves, 26 de noviembre de 2020
Armonización fiscal....yá !
La gran batalla económica y territorial
MANEL PÉREZ
26/11/2020 06:00
La política fiscal de los sucesivos gobiernos populares de la Comunidad Madrid, inaugurada por Esperanza Aguirre en el año 2003, es
el primer problema territorial español. Consiste en combinar las elevadas rentas que genera de la capitalidad del Estado con un bajo nivel relativo de gasto social para atraer riqueza del resto de territorios.
El Gobierno de la Comunidad utiliza el excedente que obtiene de su privilegiado estatus y su escaso gasto para compensar a sus residentes con alto poder adquisitivo por los impuestos que pagan al Estado. Lo que aumenta el atractivo para los patrimonios y elevados salarios de los que residen en otros territorios. Un creciente círculo vicioso que atrae con cada declaración de la renta a más contribu-yentes adinerados y empresas del resto de autonomías. Resultado: los más ricos de la comunidad más rica son los que menos pagan; todo al ritmo de un chotis con letra sobre la igualdad y referencias a que no pagan los territorios sino los contribuyentes.
Va de suyo que, cuanto mayor es la potencia económica de una comunidad, más sufre la competencia desleal madrileña. Allí donde se generan rentas altas y hay empresas, más incentivos tienen para ir a Madrid. Este el caso de Catalunya, aunque no solo.
Por eso, el reverso presupuestario del exceso madrileño es factura para los gobiernos del resto de las comunidades. Se les van los contribuyentes ricos y les crece el déficit. Apenas tienen alternativa más que seguir subiendo los impuestos a los que siguen siendo residentes, cada vez menos y, al mismo tiempo, recortar los servicios sociales a sus conciudadanos. Otro canto fallido a la igualdad desterritorializada.
La conciencia de esa realidad ha ido cuajando en diversas comunidades. Ximo Puig, el presidente valenciano, había encabezado la marcha. Y, ahora, desde Catalunya, donde a cuenta del procés se había optado por desentenderse del asunto, pensando que en el futuro no iba a ser cosa suya, ha renacido el interés por proponer y participar en la definición de un nuevo modelo. Y es que, si no hay cambios, el futuro Govern de la Generalitat no tendrá salida: subir impuestos sin respiro y jibarizar prestaciones
Un cambio, el de ERC, que es agua de mayo para María Jesús Montero, la responsable de Hacienda, antes consejera del ramo en la Junta de Andalucía. Se conoce el cuento de memoria y predica desde que llegó al ministerio para introducir algún criterio que acote la deslealtad.
La aportación de ERC con su enmienda a la totalidad de la política fiscal madrileña no es económica, o no solo. Es, fundamentalmente, política: vuelve al ruedo, aparca el inconcreto pacto fiscal, encabeza con propuestas el debate sobre un nuevo modelo y apoya una reforma que, caso de ponerse en marcha, desatará una batalla política de tan alto voltaje como el procés .
El PP ha cohesionado en Madrid un formidable bloque electoral e ideológico que fusiona amplias clases medias, sectores nacidos al calor del boom financiero de las últimas décadas y poderosos intereses económicos. Además, es el gran banderín propagandístico de los populares en el resto de España.
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