lunes, 1 de noviembre de 2021
Más RESPETO....
Tumbas ilustres con poco lustre
Los enterramientos del arquitecto Juan Miguel de la Guardia o del primer director de la Fábrica de Gas, Rodrigo Gutiérrez no se conservan bien
R. AGUDÍN
OVIEDO.
Lunes, 1 noviembre 2021, 00:31
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Dentro del cementerio de El Salvador hay mucho arte. Figuras como el violín sobre el mármol de la tumba de Ángel Muñiz Toca, hijo predilecto de Asturias, o el panteón de la familia Masaveu, obra de Cipriano Folgueras (1863-1911), que rinde homenaje a la arquitectura clásica griega y romana. Reluciente también está el mármol donde descansa el doctor Ildefonso Martínez, muerto «en cumplimiento de su deber durante la epidemia de la cólera», según se puede leer.
Sin embargo, no todos lucen con tanto brillo. Hay algunos enterramientos donde la piedra está rota y rajada, las vallas que los rodean están llenas de óxido o el nombre se ha borrado por el paso del tiempo sin que nadie lo remedie. También hay letras de nombres que fueron ilustres en esta ciudad que están a punto de desprenderse y perderse.
Una de las figuras más emblemáticas que descansa en el camposanto de El Salvador es el arquitecto burgués, Juan Miguel de la Guardia. Sus manos dibujaron edificios tan relevantes como la plaza de toros, el mercado del Fontán o el palacete de Villa Magdalena. No todas sus obras se han conversado de forma adecuada como es el caso de la primera que se ha declarado en ruina y lo mismo pasa con su panteón, muy deteriorado por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Allí descansan los restos del arquitecto desde el 27 de septiembre de 1910. Ubicado a la izquierda del pasillo central, tiene piedras caídas y la que se mantiene en su sitio está ennegrecida debido al moho y la suciedad. Una imagen que contrasta con las letras donde se anuncia que ahí yacen sus retos, junto a los de Leonor de la Guardia y Pulido, su hija, fallecida el 20 de abril de 1935.
En el pasillo central y muy cerca de la capilla, descansa el cuerpo de Rodrigo Gutiérrez, primer director y socio fundador de la Fábrica de Gas. Fue también caballero de la distinguida orden de Carlos III muriendo en 1886. La piedra de su panteón está ennegrecida como consecuencia de las inclemencias meteorológicas y el paso del tiempo. Sus vecinas son Teresa López y Pérez y Asunción Coello y López. Algunas de las piedras que componen la tumba se han caído y las letras son difíciles de descifrar.
Otro de los que allí descansa es Luis Noval, el cabo Noval, héroe de la guerra de Marruecos y fallecido a manos de los rifeños en 1909. El césped que rodea al panteón está cuidado, pero la piedra presenta numerosas manchas y en algunos tramos está rajada. Se encuentra al lado donde descansan los familiares fallecidos de otra familia ilustre los Figaredo.
También hay tumbas de personas más anónimas en mal estado de conservación.
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