sábado, 2 de noviembre de 2024
Cuidadín,cuidadín!!!!
«La sanidad asturiana está en alerta roja en su conjunto», clama el sindicato médico
Carmen Liedo
REDACCIÓN
ASTURIAS
Imagen de archivo de una operación quirúrgica
Imagen de archivo de una operación quirúrgica Pixabay
El secretario del sindicato de los profesionales de la medicina advierte de que ya hay especialidades con mucha demora en la sanidad pública y en la privada, como el caso de la especialidad de traumatología
02 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
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Dice el dicho que «el que espera, desespera», y cuando se trata de cuestiones de salud la desesperación puede ser aún mayor, sobre todo, si se forma parte de una lista de espera de la sanidad asturiana. Los últimos datos publicados en el Portal de la Salud del Principado de Asturias, correspondientes al mes de septiembre, indican que el tiempo medio de espera de los pacientes que están pendientes de la consulta con un especialista está en 99,53 días, es decir, algo más de tres meses. También se indica que el tiempo máximo de espera de un paciente por una consulta con especialista está en 456 días. El rango de tiempo de espera varía en gran medida en función de la especialidad para la que se haya solicitado la consulta. Los pacientes de cirugía torácica tienen un tiempo medio de espera que no llega al mes y un máximo de 88 días, mientras que la media para quienes esperan una consulta de urología está en 108 días y el máximo en 456 día, es decir, un año largo esperando por la consulta. Pues así, esperando por una consulta con un especialista, había en septiembre en Asturias 24.376 personas, siendo las listas de Oftalmología (6.085), Traumatología (5.789), Cirugía general y digestiva (4.332) y Urología (2.327) las que tienen mayor número de pacientes en espera.
Si lo que se mira es la lista de espera para una cirugía, la situación no es mucho mejor. El número de pacientes en espera estructural es de 11.323, estando una tercera parte de ellos en espera para una cirugía de catarata (4.826), mientras que 1.173 esperan para operarse de hernia inguinal-crural y otros 1.009 por colocarse una prótesis de rodilla. En el caso de la espera quirúrgica, el tiempo medio de espera se situaba a finales de septiembre en 103,13 días y el tiempo máximo de espera en 441 días, habiendo varias cirugías, como la prótesis de cadera (360 días), la colelitiasis (360) o la de hemorroides (354 días) con tiempos máximos de espera cercanos al año.
El caso es que para las consultas de algunas de las especialidades citadas y de las cirugías mencionadas «ya hay listas de espera también en los centros privados», señala José Antonio Vidal, secretario general del Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA), quien ante esta situación en nuestra comunidad advierte que «la sanidad está en alerta roja en su conjunto».
Pero ¿a qué se debe que se haya llegado a esta situación en la sanidad asturiana? Vidal no lo achaca a un factor único, sino a un conjunto de variables. El primer factor importante que señala es «el aumento de la demanda» al ser Asturias «la región de Europa más envejecida», ya que el consumo de recursos sanitarios es proporcional a la edad de la población. «El aumento de la demanda hace que cada vez hagan falta más recursos», señala el mismo, unos recursos que cojean, mismamente, por la falta de facultativos que, añade, «no son suficientes» porque «los números son relativos». En este sentido, explica que la plantilla de los profesionales médicos también está envejecida, lo que significa que esos médicos tienen más días de descanso. También «más feminizada, lo que conlleva derechos de conciliación», añade el secretario del SIMPA que, si bien dice que son mejoras muy beneficiosas en las condiciones laborales de los facultativos, derivan en que «restan efectivos».
¿Es la exclusividad un hándicap?
Otro hándicap que ve José Antonio Vidal son «las limitaciones de orden económico», ya que compatibilizar la atención en la sanidad pública y en la privada supone para los médicos una pérdida de unos 13.500 euros al año dividido en sus 14 pagas. La consecuencia de esto, traslada el mismo, es que se produce «competencia desleal entre comunidades autónomas» o, incluso, pérdida de profesionales que se van a otros países donde los sueldos son mayores. «Hay profesionales que trabajan en las comunidades vecinas en la sanidad pública y vienen aquí determinados días y trabajan en la privada porque en esas comunidades no pierden tanto dinero», manifiesta, añadiendo que supone «un hándicap brutal» porque «ya que trabajan aquí en la privada, que lo hagan también en la pública».
Imagen de archivo de un quirófano
La lista de espera de personas con prioridad para operarse se redujo en septiembre en Asturias
La Voz
«Todo esto genera una desproporción entre la demanda y la espera», concreta el secretario de la organización sindical médica que, reconoce, que en determinadas especialidades se producen «verdaderos cuellos de botella», como es el caso de traumatología, oftalmología, dermatología o ginecología.
¿Qué se puede hacer para aminorar esas listas de espera para consultas con especialistas o para cirugías? La respuesta de Vidal va en varias líneas: «además de que se pueda compatibilizar la sanidad pública y la privada con menos penalización para los facultativos, también habría que mejorar los programas especiales», indica el mismo, que respecto a este último punto precisa que «habría que convertir al programa especial de tarde a todo el que quisiera».
También hace referencia a lo mucho que ralentiza la atención el que haya pacientes que están en 4 listas de espera: «para una consulta con el especialista, para pruebas técnicas, para el cirujano y después en la lista de espera quirúrgica. Eso dificulta la llegada del paciente y que las listas de espera bajen», advierte el secretario del SIMPA, que insiste en que «lo ideas es que hubiera programas especiales ajustados» que resultaran más atractivos para los médicos.
Otro ámbito sobre el que considera que se podría actuar sería «intentar que la espera no sea por número de pacientes, sino por procesos», ya que «el sistema no puede dar salida a todos por igual». Así, entiende que habría que diferenciar «por gravedad y por urgencia», y aunque también ve la complicación que puede suponer por tener que «implicar sistemas de información», no obvia que «las listas de espera, a una buena parte de los pacientes les va a conllevar un empeoramiento por los efectos de la enfermedad a largo plazo, mientras que a otras no les va a suponer nada».
«Confío en lo prometido por la consejera de Salud, Concepción Saavedra, de revisar el tema de la exclusividad. Y aunque ya ha dicho que no lo va a quitar, que lo deje en unos límites adecuados», reivindica José Antonio Vidal para tratar de «arreglar las listas de espera con especialistas y técnicas que, a su vez, nutren la lista de espera quirúrgica».
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