lunes, 24 de marzo de 2025

Europa ahora es * RESISTENCIA * Recomendado.

Nortes | Centraes na periferia ActualidáTemesCulturesMemoriaOpiniónGaleríesXenteHazte socia de Nortes ActualidáDestacaesOpinión Los progresistas también pueden ser una infección Europa es un símbolo y los símbolos no basan su eficacia en la verdad, sino en el efecto sobre la conducta y el ánimo. Por Enrique Del Teso 23 marzo 2025 Manifestación europeista en Roma. Recomendados Enrique Del Teso Enrique Del Teso Es filólogo y profesor de la Universidad de Oviedo/Uviéu. Su último libro es "La propaganda de ultraderecha y cómo tratar con ella" (Trea, 2022). Los Escribano, dos hermanos tras el negocio de la guerra 24 marzo 2025 Descuentos y tarjeta CONECTA impulsan un crecimiento espectacular del transporte público 24 marzo 2025 El Banco de Tierras y la red Reader promoverán el relevo generacional en el medio rural 24 marzo 2025 Los progresistas también pueden ser una infección 23 marzo 2025 «El que acepta un amo ha nacido para tenerlo». Así zanjaba el rico y próspero Voltaire la contradicción entre sus lúcidos alegatos por la dignidad humana y la libertad con los beneficios que él obtenía con el comercio de la esclavitud. Más pecado comete el que vende a sus hijos que el que los compra, decía. Con algo de ingenio todo encaja, hasta democracia con esclavitud. «[…] esos bichos no respiran aire, no comen carne. Respiran beneficios, se alimentan de los intereses […] El monstruo muere cuando deja de crecer». Así le explica un personaje de Las uvas de la ira a otro la naturaleza de los bancos y el mercado y por qué su miseria y desesperación eran, no solo inevitables, sino correctas. Estos días Europa parece el último reducto de las democracias liberales, la última fortaleza frente al autoritarismo. La mugre ultra manda fuera de Europa y crece como una mala hiedra dentro de sus murallas, y lo hace con el voto popular. Parecería que el ideal de Europa tendría que atraer mucho más que la fealdad y brutalidad ultra. Pero los sueños suelen estar hechos de topicazos y el sueño europeo también. Europa fue en muchos sitios explotación, esclavitud y barbarie. Europa fue Voltaire, excelencias en casa y atrocidades fuera. Y también en casa. Aunque se suavizara la injusticia límite retratada en Las uvas de la ira, nunca dejó de haber bolsas de perdedores del crecimiento que acabaron siendo bolsas de rencor. La libertad es sobre todo una libertad para el mercado que hace culpables a los pobres de su pobreza. Por eso Europa no fue tan seductora y por eso en sus entrañas crece la frustración que los químicos del malestar saben convertir primero en ira, después en odio y finalmente en apoyo a los traficantes del odio. Pero no nos flagelemos. Descontextualizar es una forma de necedad, en el sentido etimológico de no entender. Y en el contexto actual, Europa, sin almíbares de valores risueños, es resistencia. No olvidemos lo que está pasando. Estos días Tom Friedman dijo en una entrevista: «Trump 1 estaba rodeado de amortiguadores, pero Trump 2 está rodeado de amplificadores. Simplemente ya no hay ningún amortiguador entre lo que Trump escucha en el bar de Mar-a-Lago y lo que se convierte en política del Tesoro o en política exterior días después». Trump dice que los aranceles son bajadas de impuestos. Es un soberano disparate, que puede desmontar hasta un lego en economía como el que escribe. Pero el mismísimo Secretario del Tesoro se refiere a los aranceles como recortes de impuestos, una muestra contundente de que Trump solo tiene voceros, no asesores. El mundo se está reconfigurando a bramidos, todo el mundo está amenazado, los mercados son un polvorín. No se trata del efecto mimético que consigue donde haya un tonto lo bastante profundo para babear por las migajas del amo, como el ridículo Bukele, haciéndose el importante con fotografías infames de los presos americanos que mandan a sus cárceles. Cualquiera puede ver que los ultras europeos, que son canallas pero no bobos, no están ruidosos como se esperaba con la victoria de Trump. Están mustios y como pisando huevos, porque el amo no pone fácil lamerle el culo amenazando a todo el mundo. En lo que debemos poner atención es en la parte de la maldad ultra que ya se va asimilando aquí. Dos convencimientos malignos aumentaron en estos tiempos. Uno es que la democracia no funciona o no es la prioridad. No necesitamos democracia, necesitamos un líder, parece creer mucha gente. La democracia se asocia despectivamente con «los políticos», como aquello por encima de lo cual surge el líder. Y cuando la gente quiere líder más que libertades, lo que quiere son los atributos más espurios del liderazgo. YPO, Young Presidents’ Organization, es una organización de jóvenes multimillonarios que mandan en alguna empresa lo bastante grande como para sentir que el mundo es suyo. Si entran en su página, la consigna que les saludará es «El mundo necesita mejores líderes». La ingeniera de Google Justine Tunney ya había propuesto nombrar al presidente ejecutivo de Google como director ejecutivo de EEUU La ingeniera de Google Justine Tunney ya había propuesto nombrar al presidente ejecutivo de Google como director ejecutivo de EEUU, después de haber transferido la autoridad administrativa a las industrias tecnológicas. Algo de eso hay en el mando que se le dio a Musk y su fantasmal DOGE. Esto solo indica la incultura y ramplonería de los niños malcriados de Silicon Valley. La consecuencia es Trump y el besamanos tembloroso de los niñatos asustados de las tecnológicas. Pero esta percepción, tan bien fabulada en Star Wars, fluye en otros formatos también por aquí. En España en concreto se usa la figura del Rey. Como no hay transición que atribuirle, ni 23 F para impostar una hoja de servicios, arrecia el culto al monarca como el hombre recto que está por encima de estos mediocres políticos. El tipo alto y rubio, dijo Reverte con motivo de la dana, haciendo de adulador de corte. El otro convencimiento que crece y del que es máximo exponente Trump ataca al núcleo de la democracia: la responsabilidad. La democracia no se distingue de las dictaduras por su bondad. Lo que las distingue es que todas las áreas de poder han de ser responsables ante otras áreas de poder y la última instancia del juego de responsabilidades es el pueblo que vota. Si algo caracteriza la conducta de Trump y su influencia es la impunidad, la ausencia total de responsabilidad ante nadie, rebasar continuamente las líneas de contención sin explicación ni justificación. El andamiaje institucional que hace de amortiguador entre el poder y la votación popular es despachado por Trump como «estado profundo», como una masa de burócratas que limitan fraudulentamente al líder. Cuando se normaliza en la vida pública la impunidad, la falta de justificación y de responsabilidad, estamos chapoteando en el autoritarismo ultra. Viktor Orban. Y parece que no se puede hacer nada, que son incontenibles. Pero no es verdad. Se puede ser lo mismo que ellos: patógenos a la espera de que cojan frío. Estamos rodeados de gérmenes siempre. Cuando cogemos frío, las defensas pierden eficacia y los gérmenes que siempre acechan entran. La democracia siempre está acechada por poderosos que lo quieren todo y patógenos fascistas de diferentes cepas. Solo hizo falta que se debilitaran las defensas para que las oligarquías lograran una propaganda eficaz para convertir el resentimiento en ansias autoritarias. Y parece que no se puede hacer nada. Pero en Roma hubo una sorprendente y notable manifestación por Europa. Europa ahora es resistencia. Ahora es un símbolo y los símbolos no basan su eficacia en la verdad, sino en el efecto sobre la conducta y el ánimo. Italia en tiempos de pandemia percibía a Alemania como país hostil, miraba más a China y vehículos militares rusos circularon por sus carreteras con ayuda para la epidemia. Los fondos europeos tuvieron que ver con que el sur no se echase al monte. Y esa Italia es la que sale a la calle a gritar Europa como acto de autoafirmación y de resistencia. En Budapest se montó otra manifestación contra Orbán y en Belgrado otra contra el ultranacionalista Vucic. Los dos están con problemas. La izquierda está haciendo en parte lo que debe. Todo eso que no sirve para nada, que no cambia nada, pero que retiene ideas y actitudes, todos esos memoriales, todas esas denuncias y manifiestos, todos esos panfletos y pancartas, todas esas intervenciones parlamentarias, todo eso son también gérmenes. Trump hizo coger frío a la ultraderecha y los gérmenes entran hasta en Hungría. A la izquierda solo le sobra melancolía y mojigatería tendente al desmayo escandalizado y le falta decisión y lenguaje. Ahora hay que hablar claro y directo. Si queremos cambiar las cosas, que lo parezca; justo lo contrario de lo que se suele hacer, que se habla intentando no asustar. Lo que en otros momentos asustaba ahora vigoriza. Eso sí lo podemos aprender de los ultras. La izquierda tiene que ser más izquierda y que sus cambios sean cambios reales y lo parezcan. Y mientras tanto ser un patógeno insidioso. Siempre acaban cogiendo frío

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