martes, 16 de junio de 2009

En el filo.......

De la basura.

Las preferentes que vende la banca española son caras, perpetuas y de alto riesgo
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@Eduardo Segovia - 30/05/2009 06:00h

La banca española ha encontrado la piedra filosofal para reforzar sus ratios de capital en estos momentos tan críticos a un coste irrisorio: la colocación de participaciones preferentes entre sus clientes particulares. Algo que no se ha producido en ninguna otra parte del mundo -ni siquiera donde ha habido que nacionalizar a toda la banca- y que tiene a numerosos profesionales y analistas indignados ante lo que consideran una práctica muy poco ética. A tal extremo ha llegado el escándalo, que la CNMV ha publicado una advertencia pública sobre estos productos, ha enviado una carta a las patronales del sector y, finalmente, ha incluido una durísima advertencia en el folleto de la última de estas emisiones, la de Banesto (anteriormente incluyó una más suave en la de BBVA).


Básicamente, el escándalo estriba en que estos productos tienen un riesgo mucho más alto del que cuentan los bancos, son perpetuos (no se puede rescatar el dinero salvo vendiendo en mercado... al precio que uno pueda) y su remuneración es muy inferior a la que exigen los inversores profesionales. Éstas son las principales preguntas que se plantean los ahorradores cuando su banco o caja les ofrece estos misteriosos activos:

- ¿Qué son las participaciones preferentes?

Se trata de un instrumento a medio camino entre un bono (renta fija) y una acción (renta variable), de ahí que se llame híbrido. Su funcionamiento es similar a un bono, puesto que el cliente le presta un dinero a la entidad que ésta debe devolver y que debe retribuir con un interés todos los años. Ahora bien, al igual que las acciones y a diferencia de los bonos, las preferentes cuentan como parte de los recursos propios de las entidades, dentro del ratio de capital llamado Tier 1. Dada la escalada actual (y la que queda por llegar) de la morosidad, bancos y cajas necesitan reforzar estos ratios como sea, de ahí esta avalancha de colocaciones que ya va por 10.000 millones de euros.

- Pero si son como un bono, ¿por qué se las critica tanto?

Porque, aunque se parecen a un bono, en realidad no lo son. Para que puedan computar como capital y no como deuda para la entidad, tienen que cumplir una serie de condiciones muy perjudiciales para los clientes que las compran. La primera es que deben ser perpetuas, es decir, no vencen nunca. Lo cual significa que, si usted quiere recuperar su dinero, tiene que venderlas en el mercado, que es muy poco líquido (es difícil encontrar quién te las compre) y donde el precio nunca va a ser el que usted pagó por ellas. Es verdad que todas estas emisiones tienen un plazo de rescate de cinco o 10 años, pero este rescate es a voluntad del banco; si cuando llegue el momento, no quiere rescatarlas, usted no le puede obligar a hacerlo. Y lo más habitual desde diciembre es que no se rescaten.

- ¿Hay algún otro perjuicio aparte del plazo?

Sí, otros dos muy importantes. El primero es que, si la entidad no tiene beneficios un año, puede dejar de pagar los intereses. Y tal como están las cosas, es de prever que numerosas entidades entrarán en pérdidas en este mismo ejercicio o en el próximo. El segundo es lo que se llama "orden de prelación", es decir, que si la entidad quiebra, los tenedores de las preferentes son los últimos en cobrar pese (sólo por delante de los accionistas y por detrás de todos los acreedores, depositantes y tenedores de bonos)... y es probable que no llegue el dinero para que cobren. Vamos, que a pesar de llamarse preferentes, no tienen ninguna preferencia. Seguro que en su oficina le han dicho que la entidad no va a quebrar, pero después de que lo hiciera Lehman Brothers, de la intervención de Caja Castilla-La Mancha y de que haya sido nacionalizada la mayoría de la banca de los grandes países occidentales, es difícil poner la mano en el fuego por nadie.

- Pero me han dicho que esto es tan seguro como un depósito

Eso directamente no es cierto. El banco o caja debe responder con su patrimonio del pago de estos títulos, pero, como acabamos de decir, son los últimos en cobrar. Además, el Fondo de Garantía de Depósitos le garantiza el dinero que usted tenga en un depósito hasta 100.000 euros en caso de que quiebre la entidad, mientras que las preferentes no están sujetas a este fondo ni a ningún tipo de garantía. Y en cuanto a la solvencia de nuestra banca, las agencias de calificación han bajado el rating del sector en su conjunto, y hay entidades con una calificación muy baja (de hecho, alguna como Cajasur ya está en nivel de bono basura).

- En todo caso, nadie me da un 6% o un 7% por mi dinero

Es verdad que los depósitos ya no pagan estos niveles alcanzados en pleno pánico financiero del otoño pasado, porque bancos y cajas no tenían otra forma para conseguir liquidez con el interbancario y los mercados mayoristas cerrados a cal y canto. Ahora los mercados han mejorado y, además, los tipos oficiales han caído en picado, por lo que dar estas rentabilidades sería ruinoso para las entidades. Pero insistimos en que esto no es un depósito, sino un producto que la propia CNMV califica de "alto riesgo". Y cuanto más riesgo, más rentabilidad debe pagarse. Ahí está el gran motivo de escándalo de estas preferentes: pagan unos intereses muy inferiores a los que deberían pagar para compensar el riesgo en que están incurriendo los clientes que las compran.

- Entonces, ¿puedo perder dinero con esta inversión?

No sólo puede perderlo sino que, si usted quiere recuperar su dinero a corto plazo, va a perder seguro. Ahora mismo, instrumentos similares de las entidades que han colocado o están colocando preferentes cotizan en el mercado a precios muy inferiores al que cuestan en la red: hablamos de un 30%, 50% (o incluso más) por debajo del precio actual de colocación. Dicho más claramente: si usted quiere vender dentro de unos meses las preferentes porque necesita el dinero, va a perder el 30%, el 50% o más de su inversión.

- ¿Por qué a los bancos les interesa tanto colocar las preferentes?

Dele la vuelta a la tortilla: todo lo que es malo para usted es bueno para su banco. De lo que se deduce que estas emisiones son un chollo para las entidades, porque puede reforzar sus recursos propios a un coste muy inferior al que tendría que pagar si colocara las preferentes entre inversores profesionales, por no hablar de otras alterntativas. Esas alternativas serían la ampliación de capital en el caso de los bancos, cuyo coste es superior y que además tienen un riesgo de imagen: implica reconocer que el banco tiene dificultades de solvencia. En el caso de las cajas, la situación es mucho peor porque no tienen acciones. La única alternativa es emitir cuotas participativas, algo que sólo se ha atrevido a hacer hasta ahora una entidad -la CAM- porque hay mucho temor a que esta entrada de capital pueda desembocar en la privatización de las cajas y en la consiguiente pérdida de privilegios de políticos y sindicatos.

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