Y al pairo, entre las Cajas.
Camps deja a Bancaja expuesta a las necesidades de fusión de Caja Madrid
@Carlos Hernanz - 26/05/2010
El presidente de Bancaja, José Luis Olivas (EFE).
Valencia teme por el futuro de Bancaja. La entidad presidida por José Luis Olivas había pasado desapercibida durante los últimos meses, a pesar del ruido provocado por el baile de fusiones. Nadie incluía su nombre en ninguna quiniela salvo para recordar la opción de una operación con Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Sin embargo, una vez que su vecina ha optado por una fusión virtual, donde está en minoría política (60% PSOE – 40% PP) y el poder ejecutivo lo tiene Cajastur, la atención se centra en la capital del Turia.
Hoy miércoles, Bancaja celebra consejo de administración. En principio, según las fuentes oficiosas consultadas, el orden del día no incluye ningún punto sobre el estudio de eventuales operaciones. Aunque como es previsible, se informará sobre lo ocurrido con CAM y se reflexionará sobre las repercusiones que pueda tener esta operación para el futuro inmediato de la entidad. Como algunos asistentes adelantan, “nos ha sorprendido a todos la celeridad del proceso y la poca resistencia política ofrecida por el presidente Camps”.
El peor de los escenarios sitúa a Caja Madrid como la contraparte para una eventual operación: por la dimensión de la madrileña, la dilución correspondería a Bancaja. Además, el rechazo de CAM a integrarse bajo la órbita de la caja presidida por Rodrigo Rato ha estrechado el margen de elección de Caja Madrid, dado que para el posterior acceso a las ayudas del FROB la segunda caja del país necesita asociarse con alguien que represente un tamaño significativo respecto a su balance. Y el comodín de Caixa Galicia ya desapareció.
Precisamente, tras el acuerdo entre Cajastur, CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria que se anunció por sorpresa el lunes por la tarde, Bancaja pierde un puesto en el ranking de cajas de ahorro, pasando del tercero al cuarto lugar, hasta que nuevas fusiones no modifiquen la clasificación. Un paso para atrás que a pesar de todo “no implica nada para la entidad”, deslizan de manera lacónica desde Valencia. “No nos obliga a hacer nada”. De momento, la voluntad es seguir en solitario, el mismo argumento repetido por otros sin éxito.
En la Comunidad de Valencia, el desencanto con la “fuga” de CAM es notorio. La opción más apoyada por el tejido empresarial era la fusión con Bancaja o, en su defecto, con Caja Murcia, perteneciente otra región vecina gobernada por el PP. “Espero que no hayan faltado altura de miras”, reconocía ayer con pesadumbre un empresario local. “En todos los procesos de integración debe haber sacrificios a la hora de repartir las cuotas de poder. No me gustaría pensar que se han descartado otras alternativas por no ceder competencias”.
Uno de los argumentos para rechazar la fusión Bancaja-CAM ha sido el del coste social (y político) que tendría, dados los recortes de plantilla y cierre de oficinas que implicaría. Sin embargo, “este ajuste es el que vienen realizando los bancos desde hace dos años”, subraya un financiero valenciano. “Es de necios pensar que eso no ocurrirá con las fusiones virtuales. En la que abandera Caixa Cataluña, por ejemplo, van a suprimirse 400 oficinas. Es lo que toca hacer cuando caen tus márgenes y también tu volumen de negocio”.
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