Interesantísimo.
Internet y neutralidad de las redes de telecomunicación
23:23 25-05-2010
El Consejo Asesor de Expansión, con la participación del presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, D. Reinaldo Rodríguez, debatió el 10 de mayo de 2010 el desarrollo en España y en la Unión Europea de Internet y, en particular, la "neutralidad" de las redes de comunicación respecto a los servicios y contenidos que, basados en Internet, circulan por ellas.
Las principales conclusiones del debate pueden resumirse así:
1. Pluralidad de agentes
Además de los usuarios, en la actividad empresarial vinculada a Internet cabe distinguir las siguientes categorías de empresas:
Empresas líderes
Fuente de ingresos
Fabricantes de terminales y equipos
Apple, Nokia, Blackberry, HTC, HP, Dell, Samsung, LG, Motorola...
- Venta de equipos
- Licencias de uso
Desarrolladores de aplicaciones (para empresas o consumidores)
Aplicaciones para empresa: Microsoft, SAP, Oracle...
- Licencias de uso, Publicidad...
Prestadores de servicios y contenidos a través de la Red (over-the-top)
Google, Facebook, Youtube, Yahoo, iTunes...
- Publicidad
- Servicios premium de pago
Operadores de redes (fijas o móviles) de telecomunicaciones (carriers, IP providers)
En UE: Telefónica, BT, France Telecom, Telecom Italia, Vodafone y Deutsche Telecom
- Tarifas cobrada al usuario por acceso a línea ADSL, cable o banda ancha móvil
Las mayores empresas que prestan servicios y contenidos a través de la red son, en su mayor parte, empresas estadounidenses de ámbito global, mientras que las compañías de telecomunicaciones son -como ocurre, por ejemplo, en la Unión Europea (UE)- de base nacional o regional.
La divergencia de intereses entre operadores de redes y prestadores de servicios -a la que luego se aludirá- suscita un potencial conflicto de interés en aquellos reguladores -como, por ejemplo, la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes- responsables simultáneamente del sector de telecomunicaciones y de la sociedad de la información, conflicto que se agudiza por el carácter europeo de las compañías de telecomunicaciones.
2. Crecimiento exponencial del tráfico
Se ha dicho de Internet que es "un descubrimiento del siglo XXV que se ha producido en el siglo XX".
Desde el punto de vista técnico, su extraordinario desarrollo puede atribuirse a la sencillez, estandarización y carácter abierto de los "protocolos" o normas técnicas (Internet Protocols o IP) que regulan cómo se transmite la información a través de la Red (World Wide Web).
El tráfico en Internet es una de las múltiples magnitudes que sigue la llamada "Ley de Moore": se duplica aproximadamente cada 18 meses.
Ese crecimiento se está viendo acelerado por la circulación masiva no sólo de textos y datos, sino sobre todo de películas y vídeos (p.ej. acceso a Youtube; o acceso a la web de TVE, una de las más visitadas en la actualidad), lo que exigirá un aumento de la capacidad de las redes para soportar ese aumento del tráfico.
3. Innovación permanente en aplicaciones y servicios
El desarrollo de Internet ha ido acompañado de la aparición continua de nuevas aplicaciones, servicios e incluso formas de acceso, que hacen de la Red ejemplo paradigmático del proceso schumpeteriano de innovación y "destrucción creativa": la innovación deja pronto obsoletas antiguas aplicaciones y productos, y desplaza súbitamente a las empresas hasta entonces dominantes (incumbents).
Un ejemplo reciente es Apple, una empresa que parecía haber perdido frente a Microsoft la batalla del ordenador personal y que, sin embargo, ha vuelto a la vanguardia con varias innovaciones recientes: iPod, iPhone y, más recientemente, el iPpad, un dispositivo que permite leer y transportar libros de forma muy cómoda.
Otro ejemplo reciente de innovación son los sistemas de cloud storage -gestionados con ánimo de lucro por empresas como Megaupload o Rapidshare y otras- que almacenan en servidores centrales radicados en Hong Kong y Suiza, respectivamente, contenidos almacenados por empresas o usuarios y permiten a los usuarios finales descargarlos con gran rapidez . Se estima que ya representan el 85% de las descargas de contenidos de dudosa legalidad en España.
La experiencia muestra que los operadores de telecomunicaciones no tienen suficiente inventiva y capacidad innovadora como para competir con las empresas especializadas en aplicaciones y plataformas que utilizan la Red.
4. Quejas de los operadores de red frente a los desarrolladores
La principal queja de las compañías de telecomunicaciones es que proporcionan una red de transmisión que exige fuertes inversiones, pero cuya rentabilidad es limitada, porque se limita a las tarifas (habitualmente "planas") pagadas por los usuarios por contratar una línea. La gran rentabilidad la obtienen todas aquellas empresas (Google, Facebook...) que utilizan o "se montan encima de la red" (over the top o OTT) para proporcionar servicios, muchas veces gratuitos y muy demandados que les permiten captar grandes ingresos por publicidad.
Por eso, las compañías de telecomunicaciones se quejan de que, a pesar del crecimiento extraordinario del tráfico por sus redes y de los grandes beneficios de los desarrolladores de aplicaciones, su "ingreso medio anual por usuario" (en inglés, ARPU) e incluso sus ingresos totales se están reduciendo. Esa falta de rentabilidad ¿señalan- acabará por limitar su inversión en redes y en aumentos de capacidad, lo que terminará colapsando la utilización de la Red. Para evitarlo, las empresas dominantes (incumbents) reclaman que se les libere de las limitaciones a las que están sometidas ("vacaciones regulatorias").
¿Hasta qué punto están fundadas esas quejas de las compañías de telecomunicaciones?
Como factores que aconsejan relativizarlas se señalaron los siguientes:
o La relación entre desarrolladores de aplicaciones y operadores de redes tiene un carácter simbiótico, en el que ambos pueden salir ganando (win-win): el desarrollo y popularización de ciertos servicios (p.ej., la difusión de vídeos por Youtube, adquirida recientemente por Google) llevará a los usuarios a contratar conexiones más rápidas y de mayor capacidad, lo que elevará los ingresos de las operadores de red.
Hace ya muchos años, cuando la Federal Communications Commission (FCC) en Estados Unidos investigó la petición de las compañías de telecomunicación de cobrar un canon de interconexión a las empresas suministradores de contenido, la rechazó tras constatar que las familias estaban contratando una segunda línea telefónica, dedicada a Internet.
o La pérdida de ingresos de las compañías de telecomunicaciones responde a una caída de ingresos por servicios clásicos (p.ej. telefonía de voz), no a sus ingresos por servicios de acceso a Internet. Se recordó, en particular, que el ingreso medio o ARPU por acceso a Internet es en España especialmente elevado y que los ingresos totales por ese concepto no han bajado.
En presencia de nuevas tecnologías la demanda se está desplazando hacia las más eficaces y baratas para el usuario (p.ej. telefonía o envío de mensajes a través de Internet, en vez de telefonía de voz o mensajes por SMS). Es cierto, sin duda, que dentro de una misma operadora de redes ese fenómeno está "fagocitando" servicios tradicionales más rentables. Pero ese fenómeno es inherente a la competencia y la innovación tecnológica, y no debiera quedar frenado artificialmente por intervenciones regulatorias.
Como estrategia parcial para paliar ese fenómeno, las operadores de telecomunicaciones están intentando dar prioridad al desarrollo de sus redes móviles frente a las fijas, porque en las primeras las tarifas no son -al menos por completo- de carácter plano, lo que permite a las operadores beneficiarse más del aumento de tráfico.
o La popularización de ciertos servicios (p.ej. difusión de películas y vídeos) exigirán nuevas inversiones que aumenten la capacidad de las redes, pero las propias fuerzas del mercado se encargarán de que se produzcan, ya sea como consecuencia de
- acuerdos entre prestadores de servicios y operadores de redes; o bien
- la propia competencia entre operadores de redes, para no perder como clientes a los usuarios de esas aplicaciones nuevas.
La experiencia muestra que, cuando hay demanda, la inversión se acaba reactivando ¿como está ocurriendo ya en España en la telefonía móvil-.
En la red fija la situación puede ser diferente cuando, como ocurre en España, existe un operador dominante, Telefónica. Pero en cambio en Francia existen ya competidores (p.ej. Iliad) que está haciendo nuevas inversiones en fibra óptica en la red fija.
Aunque, según el razonamiento expuesto, las propias fuerzas de mercado se encargarán de que la capacidad de las redes crezca a medida que lo exija la demanda, algunos países de la UE están subvencionando deliberadamente el desarrollo de la red de telecomunicaciones, para acelerar el proceso. No parece, sin embargo, que, a la vista de la situación presupuestaria, sea una alternativa que pueda contemplarse en España.
o No existe ningún obstáculo regulatorio que impida a las operadores de red cobrar una tarifa que no sea plana, sino que esté en función de la capacidad utilizada. Ese sistema de tarificación, al basarse en un dato objetivo y no entrañar discriminación, sería congruente con el principio de neutralidad de las redes y permitiría racionar el uso de un recurso potencial escaso.
Ahora bien, las compañías no han optado por ese método por razones de competencia: temen perder clientes si ofrecen un servicio premium más rápido y de mayor capacidad, pero también más caro, que tal vez otro competidor lograr ofrecer más barato.
En suma, no parecen existir argumentos concluyentes que justifiquen una actitud intervencionista de los reguladores que ponga trabas a la competencia. La regulación debe ser favorable al desarrollo del mercado y ser previsible. Sólo parece justificada:
- En aquellas regiones o zonas donde la competencia entre operadores de redes sea insuficiente.
- Para aumentar el grado de transparencia de los sistemas de facturación a clientes.
5. Aparición de nuevos problemas jurídicos
El rápido desarrollo de Internet ha puesto en peligro o minado ciertos derechos tradicionales. Entre ellos destacan:
o La protección de datos personales, como consecuencia de la pervivencia casi indefinida de ficheros e informaciones -fácilmente accesibles a través de buscadores- con datos personales, y noticias adversas, sobre muchos ciudadanos.
o La protección de derechos de la propiedad intelectual (películas, música, libros, noticias...).
Como ilustración del fenómeno, se señaló que en Estados Unidos el productor de una película sólo puede rentabilizarla desde su estreno hasta la producción del primer DVD, porque a partir de entonces su difusión gratuita por Internet es general.
La impresión general es que se trata de un proceso irreversible, consecuencia de varios hechos:
- Los usuarios buscarán siempre, y encontrarán, el producto gratuito, salvo que el servicio de pago proporcione "valor añadido" a un precio moderado.
- No existen mecanismos administrativos o judiciales, ni Tratados internacionales, que permitan disciplinar, de forma eficaz, las violaciones en Internet de los derechos de propiedad intelectual. Incluso si se pudiera proceder con rapidez contra una página web ilegal, surgirán de inmediato tecnologías descentralizadas que proporcionen un servicio parecido.
- Tampoco existen medidas tecnológicas eficaces que permitan proteger ¿al menos de forma duradera- los contenidos: por cada ingeniero dedicado a diseñar mecanismos técnicos de protección habrá muchos más, dispersos por toda la Red, para burlarlas.
En consecuencia, la única respuesta realista es que los productores de contenidos (artistas, periódicos...) adopten modelos de negocio que produzcan servicios no reproducibles a través de la Red. En el mundo de la música ya está ocurriendo, con la vuelta a los conciertos en directo. En el de los medios de comunicación, serán precisos sistemas de distribución multi-canal, para adaptarse, además, a los cambios generacionales de hábitos.
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