domingo, 2 de junio de 2013

A los Vivítopes.....

Tierras fronterizas de la vieja Aurelia

 
El Mundo
Situación. Entre Ocaña y Aranjuez, en la frontera de Madrid y Castilla-La Mancha.
Cómo llegar. Desde Madrid por A-4 hasta salida 61, Ocaña.
Distancia. kilómetros desde Madrid.
Recorrido. Ruta lineal.
Accesos. Dirigirse al norte de Ocaña, hasta alcanzar la Fuente Grande.
Regreso. Desde la fortaleza de Oreja, continuar por la pista que se dirige rumbo al Oeste y que en cinco kilómetros alcanza el paraje de la Pavera, junto al Tajo y en las afueras de Aranjuez. Si se regresa a Ocaña, por el mismo camino que a la ida.


Fortaleza de Oreja. | Marga Estebaranz


Estuvieron los árabes, guerreando un día sí y otro también con los cristianos. Antes de ellos fueron los íberos quienes se defendieron de los romanos desde sus alturas. Aunque no les valió de mucho, las centurias imperiales les pasaron por encima fundando sobre el roquedo la vieja Aurelia, antecesor según cuentan los lingüistas de la actual Oreja. Estos días, al fin pasado el invierno feroz, en las tierras fronterizas reina la primavera.
La frontera que separó los reinos moro y cristiano en tiempos de Alfonso VI de Castilla hoy es linde entre tierras madrileñas y toledanas. Fue en el 1108 cuando el rey leonés perdió la batalla de Uclés ante las huestes almorávides de Alí ibn Yusuf y, de paso, este castillo, plaza fuerte formidable clavada sobre los altozanos que dominan la depresión del Tajo. La llave, por tanto, para conquistar, o defender, la cercana ciudad de Toledo. 
No volvió a manos cristianas hasta que Alfonso VII de León se empeñó en ellos, organizando un poderoso ejército con tropas venidas de toda la cristiandad de entonces: desde Galicia a Extremadura, de León a Castilla que, igual que ahora, no eran la misma cosa. A pesar de eso, hubo de cercar la fortaleza, que resistió seis meses, hasta que sus defensores empezaron a morirse de sed.
El monarca cedió el castillo a la orden de Santiago, que estableció aquí el cuartel general en sus razias contra los almohades. Acabada la Reconquista, Oreja perdió su valor estratégico, ganando enteros su posición para cabreros y pastores, quienes han tenido desde entonces y hasta el actual despoblamiento del campo, uno de sus más importantes apriscos de la comarca en este paraje.
 

Llanura florecida

Es en estas semanas cuando los campos parecen haberse sacudido de encima las secuelas de un invierno interminable. De manera que los caminos son tenues rayas de tierra que apenas logran marcar una llanura florecida hasta el último de sus terrones. La floración hace dibujos abstractos mientras distribuye al albur los macizos de amapolas, margaritas, genistas, jazmines, cardos y una larga relacción de plantas recién florecidas.
Un cómodo y rectilíneo camino permite cruzar estas llanuras y alcanzar el borde de la meseta que cuelga sobre la depresión del Tajo, en el punto donde se mantienen la fortaleza y el caserío de Oreja. Arranca de Ocaña, al lado de la Fuente Grande, lo que es muy interesante, pues así puede visitarse este monumento, uno de los más sorprendentes que nos ha llegado de su tiempo.
Esculpida según diseño de Juan Herrera en el siglo XVI, la fuente Nueva, que también así se llama, es una amplia plaza de suelo pavimentado con adoquines de caliza colmenareña. Cuadrangular, de 55 por 62 metros, se extiende en el centro de una depresión. Junto a este espacio abierto está la fuente. Recorre su exterior una larga galería, también de piedra, sustentada por 22 pilastras toscanas. Unas escaleras dan acceso a su recinto donde perduran bolas y otros elementos decorativos. La finalidad de esta fuente, cuya agua mana de diez caños, era ser lavadero de la villa.
Sobre la fuente, una carretera arranca hacia el Este, desembocando enseguida en otra transversal. Tomarla a la izquierda y cruzar encima de la vía del tren, rumbo a una cercana antena repetidora. Nada más pasar las vías, girar a la derecha para alcanzar un cruce en el que se elige el Camino de la Barca, en el centro.
 

Cerro de Mata Asnos

Se deja atrás una nave y en compañía de un tendido eléctrico se alcanza una amplia llanura ocupada por sembrados, hasta el segundo cruce, donde se continúa por el camino del Quinto, a mano izquierda. A partir de aquí, la pista marcha decidida hacia el Norte, entre olivares y panes de cereal. Una ligera subida conduce al único accidente de la ruta, el cerro de Mata Asnos, de 737 metros.
Cruza la pista el desabrido cerro y a la altura de una caseta con una antena, empieza un largo descenso. En el horizonte se contempla la silueta de la denostada e indeseable cementera de Morata, imparable en sus fétidas y nada recomendables emisiones.
La pista se entretiene en varias curvas hasta que empalma con otra más importante. Se toma a la izquierda. Unos trescientos metros más adelante se llega a un cruce donde se elige la pista de la derecha. Lleva a una nueva encrucijada junto a una casa abandonada. Se elige la pista de la izquierda que transita por una amplia zanja rumbo oeste.
Siempre por la pista principal se alcanza un suave altozano desde donde se contempla la fortaleza de Oreja y el caserío a su lado. La pista lleva hasta sus casas, que se recorren por su lado sur hasta una zona plana situada al pie de la iglesia. El lugar merece un alto, pues ofrece las mejores vistas del castillo, al que se accede por una senda que encuentra paso entre los paredones.
Han pasado dos mil años de su apasionante historia y fortaleza y aldea corren la misma suerte: ruina, abandono y olvido. Estos y no otros son los definitivos ganadores de una plaza disputada como pocas. En el borde de la meseta la silueta de la fortaleza lleva siglos desmenuzándose como un azucarillo, igual que el  cantil yesífero sobre el que todavía se apoya.
 


Castillo de Oreja.| Marga Estebaranz

 

Ficha

Horario: Entre 3.00 y 3.30 horas para el recorrido solo ida.
Longitud: 15 kilómetros solo ida.
Desnivel: 170 metros negativos. (Ocaña, 755 metros; Castillo de Oreja, 585 metros).
Dificultad: Ruta que discurre por pistas y caminos sin dificultades.
Material: Botas de marcha, agua y protección solar.
Recomendaciones: Para hacerla a pie ida y vuelta la ruta es algo prolongada, por lo que es mejor contar con dos vehículos, dejando uno en cada extremo de la ruta. Mucho más recomendable es hacerla en bicicleta, pues la distancia total ida y vuelta es más asequible con las dos ruedas.
Abundancia de aves. Estas semana se produce la floración anual. Se aconseja llevar prismáticos y guía de identificación de especies.

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